La campaña se convierte en la nueva prioridad de los jefes sindicales
La CGT describió el paro nacional de ayer, el quinto desde que Mauricio Macri es presidente, como "muy contundente" y advirtió que puede no ser el último de la era Cambiemos. Además, aunque menos abiertamente, dejó en evidencia que, cumplida la huelga, la prioridad son desde ahora las elecciones presidenciales del 27 de octubre próximo. La CGT ya funciona enteramente en modo electoral.
"El acatamiento fue muy contundente. Muy importante en todo el país", sentenció Héctor Daer, uno de los dos jefes de la CGT desde el escenario del salón Felipe Vallese, el auditorio principal del edificio de la calle Azopardo, una cita obligada histórica en cada día de huelga. "La fotografía fue la de ciudades desiertas, ciudades fantasma, en esta ciudad y en las capitales de todo el país", graficó enseguida.
A su derecha, se sentó el estacionero Carlos Acuña, el otro jefe de la CGT, el encargado de responderles a los voceros elegidos por el Gobierno para el esgrima mediático con los gremialistas. "Es una lástima que la ministra de Seguridad no entienda que el paro es una herramienta constitucional que tenemos los trabajadores", descargó. Patricia Bullrich había dicho por la mañana estar "harta" de los paros.
Después de solidarizarse con los trabajadores desocupados e integrantes de movimientos sociales que fueron reprimidos por policías y gendarmes en el corte del Puente Pueyrredón, Acuña arremetió contra el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que le había puesto número a las "pérdidas económicas" ("cuesta unos 40.000 millones de pesos") por el día de paro. "Sería bueno que nos dijeran cuánta plata se viene perdiendo en poder adquisitivo por la inflación, o que nos digan dónde está la plata de la bicicleta financiera", le enrostró.
Además de Acuña y Daer, participaron de la conferencia Gerardo Martínez (Uocra), Andrés Rodríguez (UPCN), Julio Piumato (judiciales) y Sergio Sasia (Unión Ferroviaria). No estuvieron el mercantil Armando Cavalieri ni Roberto Fernández, jefe del gremio de los colectiveros, que son dos de los garantes del éxito del paro.
Cuando a Daer le preguntaron si después del paro de ayer y con las PASO a menos de tres meses de distancia hay margen para otro paro antes del final del mandato de Macri, Daer esquivó una definición, pero dejó una puerta abierta. "Será motivo de análisis y evaluación permanente. No podemos descartar un paro ni ponerle fecha al próximo", dijo el dirigente de Sanidad.
Daer aprovechó la última pregunta, vinculada a la "actualidad" del peronismo, para volver a la carga con su arenga de "unidad", la misma que repiten otros dirigentes gremiales que, además, la nombren o no, creen que el peronismo necesita a Cristina Kirchner para ganarle a Macri. "Tiene que haber gestos de grandeza para lograr una base de sustentación amplia que pueda ganar las elecciones", opinó Daer en el cierre de la conferencia posterior a la medida de fuerza.
El pedido de "grandeza" pareció dirigido a Sergio Massa, que, aunque anteayer dijo que quiere ser candidato a presidente y que participará de la interna de Alternativa Federal, sigue sembrando dudas sobre la posibilidad de acordar con el kirchnerismo. Daer conoce bien a Massa y es uno de los que no entienden ese último movimiento del tigrense en Córdoba, donde se reunió con los otros tres fundadores del frente peronista no kirchnerista. A las interpretaciones sobre esa movida se sumaron las lecturas sobre el anuncio de la fórmula kirchnerista para la gobernación bonaerense y sus efectos en el resto del tablero.
Ayer, apenas terminó el balance del paro, quedó claro que el mudo grito de largada de la campaña electoral había sonado. O como lo sintetizó a LA NACION uno de los gremialistas mientras bajaba del escenario: "Olvidate, desde ya mismo nos ponemos todos a laburar en política". Una misión compartida y envuelta en un halo de optimismo que hace tiempo no sobrevolaba en la sede cegetista de Azopardo.
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