En Santa Cruz la liturgia kirchnerista quedó reducida a una parrilla
El propietario es Rudy Ulloa, chofer y amigo de Néstor Kirchner; su inauguración, en 2015, fue a todo vapor
RIO GALLEGOS (De nuestra corresponsal).- Quienes lleguen a Santa Cruz en búsqueda de señales del “ kirchnerismo” o del “Frente para la Victoria”, las encontrarán en la “Parrilla NK Ateneo” que sólo abre viernes y sábado, y entre bocados de chorizos y cordero (que anoche no había) podrán ver fotos, libros y recuerdos del líder.
Rudy Ulloa, mucho más que el chofer de Néstor Kirchner, es quien atesora los recuerdos. Les dio forma de un pequeño museo culinario, y quizá sea la persona que más se preocupa en mantener vivo el recuerdo de quien fuera su jefe y amigo.
En julio de 2015, en la sede de lo que fue su diario “El Periódico Austral”, abrió una suerte de café literario “NK Ateneo” que prometía continuar el espacio político que fundó Néstor Kirchner aquí en los albores de los años ´80. Su inauguración en julio de 2015 fue a todo vapor: participó del evento la fórmula presidencial del Frente para la Victoria, FPV, Daniel Scioli y Carlos Zannini,Máximo Kirchner, funcionarios nacionales y provinciales.
Dos años después el mismo espacio se convirtió en la “Parrilla-NK Ateneo”, mantiene el mismo decorado dedicado al creador del kirchnerismo, sólo que Ulloa decidió ampliar el menú. Del café y tragos pasó al “Asado a la leña, cordero al palo, variedades de ensalada”, según promueve en el folleto que se reparte en la calle de la ciudad y propone “Venga a disfrutar una noche diferente”.
Quizás con la intención de ampliar más la oferta o simplemente cambiar de rubro, es que Ulloa abrió la Parrilla, que gerencia a través de “Alma Sur”, una SRL fundada en 2015 junto a su esposa Jessica Uliarte con un capital inicial de 250 mil pesos. Está dedicada al servicio de expendio de comidas y bebidas, espectáculos públicos, venta de artículos al por menor, como también a la instalación, explotación y administración de polirrubros, supermercados, y autoservicios, entre otros rubros.
Desde el momento que ingresa el cliente ocasional, fan del kirchnerismo o no, se verá rodeado de cada signo K. Bajos los títulos “Primero Santa Cruz”, el lema local del FPV, o “Intendencia Kirchner 1987” se agrupan los recuerdos, las fotos de Cristina y Néstor Kircher, cuadros y posters hasta la infinidad. Hasta la parca marrón de cuero, atuendo habitual de Kirchner aparece guardado en una vitrina con la aclaración de que fue la usada durante la campaña de 1987.
Pegarse un baño de liturgia tiene sus costos. Una parrilla para una persona vale $450, una porción de asado $130 o bien un chorizo a $50. El menú es acotado, la ensalada es autoservicio y los postres no tienen carta. Se puede beber desde un whisky importado a $180 hasta el vino más caro de la carta a $1100. Desde los individuales de papel, hasta el baño están decorados: desde la cara de Perón y de Kirchner hasta los graffitis en la puerta de los baños de las “compañeras” y “compañeros” se puede leer “Néstor Vive”.
En el primer piso está recreado un balcón de la Casa Rosada, hay estantes con libros de la Patagonia Rebelde de Osvaldo Bayer, ejemplares de la Ley de Comunicación Audiovisual y estatuas por doquier. Apartada de la parrilla se encuentra la tienda NK, donde se puede comprar desde un llavero a $60, hasta chombas a $390, camisetas de la selección que atrás llevan el nombre de Kirchner hasta tazas térmicas a $170. Nada queda librado al azar, quizá sólo la música, que entre Soda Stero y Miranda alguien coló “La Mordidita”.
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