Cristina toma distancia de las elecciones provinciales y madura su candidatura
La derrota en las elecciones provinciales de Neuquén, el 10 de marzo, fueron una enseñanza amarga y un punto de inflexión en la estrategia de Cristina Kirchner de cara a las elecciones presidenciales. Para no quedar asociada a resultados que afecten su "caudal electoral", como pasó hace un mes en la derrota del peronismo frente al Movimiento Popular Neuquino (MPN), la expresidenta decidió tomar distancia de las elecciones provinciales. No volverá a involucrarse en persona en la campaña, como hizo en los comicios del 10 de marzo.
No solo eso. Así como hizo hace unas semanas en Córdoba, Unidad Ciudadana (UC), la fuerza que lidera Cristina Kirchner, no llevará candidatos en Misiones, donde se elige gobernador el 2 de junio, veinte días antes del cierre de las listas nacionales.
La lectura de la mayoría de los dirigentes de UC es que, aunque la decisión todavía no esté del todo tomada, es una señal de que Cristina Kirchner va a ser candidata a presidente. "Si no, ¿para qué querría cuidar su caudal electoral?", se preguntan. Podría ser, abren el paraguas los más cautos, solo una manera de fortalecerse antes de sentarse a una mesa de negociaciones con el resto del peronismo.
Al margen de esas interpretaciones, en la derrota del PJ en Río Negro volvió a quedar claro que la adhesión que la expresidenta puede tener en distintos distritos no se traslada en los comicios locales a los candidatos a gobernador. "Son elecciones provinciales. Hasta ahora vienen ganando los oficialismos locales y lo más probable es que siga pasando lo mismo", dijeron a LA NACION en el Instituto Patria.
"Se decidió privilegiar la estrategia nacional antes que las estrategias provinciales", dijeron a LA NACION dirigentes de los partidos que integran UC, para explicar el cambio de estrategia. Voceros del Instituto Patria aseguran que la declinación de candidaturas provinciales es una acción concreta para lograr que la unidad del peronismo en las provincias contribuya a construir una victoria frente a Cambiemos en los comicios presidenciales. "La prioridad es derrotar a Mauricio Macri", insisten.
Fuera de micrófono, las segundas líneas del kirchnerismo reconocen que el objetivo es no desgastar el "caudal electoral" de la expresidenta, asociándola con candidatos que no miden ni la mitad que ella. "Solo llevaremos listas en las provincias donde peleemos el primer lugar y en las que no pongamos en peligro el triunfo de la oposición a Cambiemos. No podemos darnos el lujo de tener candidatos testimoniales de 10 o 15 puntos", precisaron.
Mar de fondo
El retiro de las candidaturas en Córdoba, donde se vota el 12 de mayo, tuvo un costo alto: UC perderá cuatro bancas en la Legislatura provincial. También tuvo una trastienda más conflictiva de la que trascendió. La decisión, presentada luego como un aporte a la unidad del peronismo, se tomó en medio de fuertes tensiones por el armado de las listas entre el candidato a gobernador, Pablo Carro, y los referentes nacionales de las agrupaciones que integran UC: Martín Sabbatella (Nuevo Encuentro), Diana Conti (Partido de la Victoria), Carlos Castagneto (Kolina), Mario Secco (Frente Grande) y Leopoldo Moreau (Movimiento Alfonsinista).
Las tensiones quedaron plasmadas en una charla de Carro con dirigentes de la provincia, al filo del cierre de listas, que llegó a oídos de los referentes nacionales de UC, con formato de audio filtrado. "¡No sé en qué cabeza cabe que yo voy a ser candidato a gobernador de una lista de legisladores que se arma en Buenos Aires!", dijo en esa conversación Carro, diputado nacional y jefe provincial de la CTA de los Trabajadores.
Tras intentar persuadir a Carro, los dirigentes de UC reclamaron la intervención de Máximo Kirchner . Pero no fue suficiente, por lo que Oscar Parrilli, presidente del Instituto Patria, llamó por teléfono a Cristina. Ella dio el visto bueno para bajar la lista, coinciden las fuentes.
En Misiones no había tantas peleas, pero el panorama electoral mostraba puntos de contacto. El Partido Agrario y Social (PAyS), que tiene como referente al dirigente tabacalero Héctor "Cacho" Bárbaro, quedó tercero en 2017, con el 13% de los votos. En esas elecciones fue en alianza con el kirchnerismo, ya alejado del oficialismo provincial, del gobernador Hugo Passalacqua. Cristina recibió a Bárbaro hace un mes en el Instituto Patria, gracias a una gestión de Juan Grabois. El dirigente del Frente Patria Grande fue la semana pasada a Misiones a dar su respaldo a PAyS, pero dejó en claro que Cristina no tenía candidato a gobernador en la provincia.
Una situación particular se da en Tierra del Fuego: La Cámpora, que gobierna Ushuaia, respalda la reelección de la gobernadora Rosana Bertone y Nuevo Encuentro promueve la candidatura de Gustavo Melella, actual intendente de Río Grande y dirigente de Forja. En el Instituto Patria explican que en ese caso se habilitó la división porque no está en peligro el éxito del peronismo, dado que Bertone y Melella pelearán por el primero y el segundo puesto. También estaría garantizada la reelección de Walter Vuoto en la capital provincial. El problema de ir con listas separadas, reconocen en UC, es que se pondría en riesgo el triunfo municipal en Río Grande.
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