Boedo y San Cristóbal: qué se puede hacer en estos barrios porteños
Bares notables, bodegones, teatro y mucho más; lugares con historia que no deberías perderte en Buenos Aires
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Buenos Aires tiene mucho que ofrecer para quienes se animan a conocer destinos que las guías turísticas a veces parecen ignorar. Si nos alejamos un poco de los barrios de moda encontramos dos joyas escondidas: Boedo y San Cristóbal. En sus calles se ve la historia de la ciudad reflejada en sus edificios, los cafés que parecen detenidos en el tiempo, bodegones regentados por inmigrantes, la biblioteca donde Borges trabajó e incluso un mítico bar en que se rumorea que un expresidente hizo desviar una comitiva para probar el plato especial de la casa.
Para quienes quieran un paseo lleno de cultura y lugares emblemáticos les recomendamos no perderse esta guía.
Café Margot
El Café Margot ha sido punto de encuentro de intelectuales, artistas, políticos y deportistas.
Fundado a principios del siglo XX, el edificio fue sede de distintos establecimientos gastronómicos: bombonería, restaurante, fábrica de pastas y confitería. Con el tiempo se convirtió en una cafetería cuyo ambiente cálido y decoración de antaño invitan a los transeúntes a tomar asiento, charlar o simplemente leer un libro y disponerse a leer en la tranquilidad del lugar.
El Café Margot fue —y aún es— un punto de encuentro entre vecinos y distintas personalidades de la cultura. Por sus mesas han pasado escritores, compositores de tango, deportistas y políticos. De hecho, cuenta la leyenda que Juan Domingo Perón hizo que una comitiva se desviase del camino para probar el mítico sándwich de pavita al escabeche de la casa.
Dónde: Av. Boedo 857
Museo Monte de Piedad
A pocos metros del Café Margot se encuentra el Museo Monte de Piedad del Banco Ciudad. Este edificio está dedicado a retratar cómo fueron cambiando los vínculos entre esta entidad financiera y la comunidad. ¿Qué tiene de interesante? Relata la historia, poco común, de un banco del lado de los humildes: con el objetivo de asistir a la población más vulnerable intercambiaba dinero por bienes empeñados con bajos intereses por el rescate, de esa forma quienes no tenían garantías podían evitar acudir a usureros. Uno de los empleados y defensores más acérrimos de esta institución fue nada más ni nada menos que José Hernández, autor del Martín Fierro.
Relatos orales, objetos varios, proyecciones y hasta la baranda de la casa matriz abollada por los ahorristas en plena crisis económica presentan en forma lúdica la historia de la institución. La propuesta del museo tiene la virtud de ser atrapante y de fácil comprensión incluso para los más chicos.
Dónde: Av. Boedo 870
El faro de Vigo
La entrada de uno de los mejores restaurantes de comida española de Boedo pasa desapercibida para los peatones que circulan distraídos. Sobre la calle Quintino Bocayuva, en la planta baja de la Mutual Residentes de Vigo, se encuentra un bodegón de ambiente íntimo, con pocas mesas y comida preparada en el momento. Quienes busquen una verdadera explosión de sabores gallegos no deberían dejar de probar la tortilla de papa, la paella con mariscos y pollo y de postre la natilla.
Dónde: Quintino Bocayuva 522
Fundación Augusto y León Ferrari
León Ferrari es un artista plástico polémico que sufrió la censura en varias ocasiones. En sus obras abundan las críticas a la Iglesia, a las altas esferas de poder y la discriminación en cualquiera de sus formas. Hoy en día, parte de sus creaciones pueden apreciarse en las visitas guiadas que se hacen por el taller en el que trabajó desde 2006 hasta su fallecimiento. En este recorrido se observan más de 500 pinturas y esculturas de Ferrari, así como obras de su padre Augusto y de varios amigos que formaron parte del círculo íntimo del artista.
Dónde: Pichincha 849
Parroquia San Cristóbal
Si sos fanático de la arquitectura y la historia, visitar la parroquia San Cristóbal es un imperdible. Su construcción se inició durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento y fue inaugurada años después por Julio A. Roca. En su fachada se puede apreciar el estilo neogótico en sus grandes ventanales, arcos puntiagudos y un rosetón ubicado arriba de la entrada. El interior del edificio no es menos bello que su exterior, el altar mayor está tallado íntegramente en madera y las paredes de la Iglesia están adornadas por coloridos vitrales con iconografía católica.
Dónde: Av. Jujuy 1241
Spiagge Di Napoli
Spiagge (que en italiano significa “playa”) di Napoli refleja en su cocina y ambientación la herencia italiana en Buenos Aires. Como es de esperarse, la casa se especializa en pastas, las cuales son ofrecidas a los comensales por porciones o por peso. Particularmente se destacan los fusilli al fierrito, los niños envueltos y, de postre, la copa de la nonna. Quienes quieran probar alguna de estas delicias preparadas por la cuarta generación de restauranteros, será mejor que se armen de paciencia: el local suele estar lleno y afuera se arman largas filas para ingresar.
Dónde: Av. Independencia 3527
Timbre 4
Timbre 4 es un referente cultural entrañable de Boedo y uno de los teatros más importantes de la ciudad. Todo comenzó como una pequeña sala al fondo de la casa del director y dramaturgo Claudio Tolcachir. Luego de varios años de intensa actividad, el espacio se amplió en tres escenarios que ofrecen programación permanente, clases de actuación, seminario y, en cada febrero, también se pueden ver producciones internacionales en el marco del Festival de Temporada Alta.
Dónde: México 3554
Rotisería Miramar
Que la palabra “rotisería” en su nombre no te engañe: en la Miramar no sólo se sirven minutas. El menú ofrece platos tradicionales de la gastronomía contemporánea junto con otros más inusuales como caracoles, ranas a la provenzal, mondongo y rabo de toro. En este bodegón se conservan los sabores de antaño que cayeron en desuso en la cocina casera. La comida no es lo único que parece detenido en el tiempo, la fisonomía del local sigue prácticamente igual a como era en la década de los 50.
Dónde: Av. San Juan 1999
Biblioteca Municipal Miguel Cané
Borges trabajó en la Biblioteca Municipal Miguel Cané desde 1937 hasta 1946.
La Biblioteca Municipal Miguel Cané tuvo entre sus empleados a uno de los escritores más ilustres de la Argentina: Jorge Luis Borges. Durante nueve años el autor de El Aleph trabajó allí elaborando fichas literarias y, cuando terminaba esta tarea, subía a la terraza para escribir lo que serían algunos de sus textos más célebres. Hoy en día la institución le rinde homenaje en una muestra permanente que incluye fotografías, proyecciones, primeras ediciones e incluso los libros que el autor encargó para el patrimonio de la biblioteca.
Bar de Cao
Visitar el Bar de Cao es como viajar en el tiempo.
Fundado en 1915, el Bar de Cao es reconocido como uno de los bares notables de San Cristóbal. En sus comienzos el local estaba dividido en dos: si entrabas por la esquina de Independencia podías comprar artículos de almacén, y si lo hacías por la calle Matheu tenías a disposición una mesa para tomar un trago. En ese momento lo regentaban los hermanos José y Vicente Cao, quienes se hicieron cargo del establecimiento por setenta años.
Con el correr del tiempo el restaurante pasó por distintas manos, pero la esencia se mantiene. Hoy funciona como establecimiento gastronómico y —de alguna manera— también como testigo de otras épocas. La sensación que se tiene al entrar es la de haber viajado al pasado, ya que sus alacenas están llenas de botellas antiguas, la balanza y la caja registradora son de otro siglo y abundan los carteles con fileteado porteño.
Dónde: Av. Independencia 2400
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