Todos los años, cuando despunta septiembre, Fernanda Vázquez suele tener sus vacaciones definidas. Los últimos cinco veranos, junto con su familia, eligió Brasil, principalmente Florianópolis y otras playas de Santa Catarina. Iban en auto, lo que demandaba más de un día al volante, pero para el próximo verano no se atreven ni a salir de San Fernando, donde viven. "No nos animamos a ir muy lejos, nos da miedo programar vacaciones y que se implemente alguna normativa nueva antes de salir o en la mitad del viaje. Pero necesitamos estar al aire libre, en contacto con la naturaleza, después de un año de encierro, así que estamos planificando alquilar una casa en el Delta", cuenta Fernanda, de 43 años, madre de dos adolescentes.
Si antes pensaba en el Delta como destino de fin de semana, ahora lo considera para sus vacaciones: "A mi marido le encanta remar en kayak, a las chicas también, algo que no pudieron hacer durante el año. Es tranquilo, sin amontonamientos, con mucho verde y estamos a media hora de casa, por cualquier cosa. Nos parece el mejor plan para descansar y cambiar de aire por un par de semanas".
Como Fernanda, son muchos los que este año están pensando en vacaciones cercanas, algunos muy próximas a sus hogares y otros un poco más lejos, pero siempre priorizando destinos nacionales. Es lo que desde hace unos años se llama staycation. Detrás de este término bastante marketinero se encuentra el concepto de veranear en la propia ciudad, en los alrededores o incluso por el país. Volar bajo, en otras palabras.
La confirmación desde el Ministerio de Turismo de la Nación de que están trabajando para que haya temporada de verano, con estrictos protocolos en los diferentes destinos del país y para diferentes actividades, despertó el entusiasmo por comenzar a organizar las vacaciones, pero la incertidumbre del virus al acecho inevitablemente sobrevuela y los temores de lanzarse a programar y pagar un viaje existen, aunque se tengan unas ganas locas. Suele ser bastante complicado conseguir reembolso por pasajes y servicios ya pagos, si no se pueden utilizar.
Tiempo para reencontrarse
"Desde hace unas semanas empezamos a recibir muchísimas consultas para alquilar casas en barrios cerrados y countries, muchas más que otros años en esta época, cuando los llamados arrancaban más instalada la primavera, pero la particularidad es que la gente no busca por un mes, sino alquilar por cuatro o cinco meses, desde octubre, noviembre y por todo el verano, explica Cristián Mieres, de Mieres Propiedades, inmobiliaria referente de Zona Norte.
Pero también aclara que la oferta estará muy restringida y los precios, por las nubes: hay que calcular tarifas al doble del año pasado. "Como no se sabe muy bien que va a pasar, si se va a poder viajar o no, muchos propietarios no están poniendo en alquiler sus casas para usarlas ellos o prestárselas a su familia y amigos. Y los que las ofrecen en alquiler les están poniendo precios muy altos, más de lo que pensábamos para este año. Los meses de primavera, por ejemplo, también los cobran como de temporada alta", agrega.
Además de querer estar al aire libre y relativamente cerca, por las pocas certezas sobre cómo se pueda desarrollar el verano y las restricciones para la movilidad, la necesidad de compartir unos días con familia o amigos íntimos, luego del distanciamiento social, está más presente que otros veranos. Así lo pensaron en la casa de Paula Rivas: están organizando junto con su hermana y su familia, alquilar una quinta o una pequeña chacra en la zona de Cañuelas durante un mes en el verano para que los seis chicos (tres de cada pareja) se entretengan y compartan tiempo juntos después de tantos meses de cuarentena y distanciamiento.
"Mi hermana todos los años se va a Brasil con el auto, pero este verano lo ve directamente inviable, ya lo descartó por completo, y nosotros las últimas vacaciones estuvimos yendo a la costa, pero para esta vez no estábamos tan convencidos. Así que nos pusimos de acuerdo para alquilar la quinta entre todos y en principio, seguiré trabajando desde allá, en home office como hasta ahora o de manera presencial, según lo que se disponga en mi trabajo, y más cerca de la fecha, si es posible, me tomaré vacaciones para irnos más lejos. Pero estar en un lugar con pileta, un poco de verde y que los chicos puedan disfrutar, jugar y correr, nos parece lo mejor", comenta Paula, de 45 años, coordinadora de marketing en una empresa multinacional.
La idea de la familia es poder ir a Villa La Angostura con el auto, algo que venían planeando desde hacía un tiempo, pero eso lo decidirán más sobre el momento y con un panorama más claro de la situación. "Las ganas de viajar están, pero no queremos arriesgarnos a reservar y no poder ir. Si podemos hacer las dos cosas, sería buenísimo, sino aprovecharemos la quinta directamente como vacaciones".
Natacha Cassano, de 46 años, es jefa administrativa de departamento en la Universidad de Buenos Aires. Después de un año duro porque perdió a un familiar que murió de coronavirus, necesita estar tranquila, en familia, al aire libre y, sobretodo, segura. Todos los veranos los pasa con sus hijos en Pinamar, pero para el próximo ya desistió de la habitual salida playera: "La realidad es que está difícil con la cantidad de contagios de los últimos días, no sabemos bien cómo serán las condiciones para viajar, si nos vamos a tener que hacer el hisopado, los protocolos. Así que decidimos alquilar una casa en un country y compartirla con mi hermana, sus chicos y mi mamá", relata entre resignada por la situación y entusiasmada por pasar un mes bajo el sol y al lado de una pileta.
Viven en un departamento en Balvanera, cerca de la Facultad de Ciencias Económicas, rodeados de cemento y apenas bajan a la calle para lo estrictamente necesario. "Tengo muchas ganas de estar en familia, prácticamente no vi a nadie durante todos estos meses. Quiero que mis hijos estén con sus primos y al aire libre, pero con la seguridad de compartir solo entre nosotros, como grupo cerrado, si mucho contacto con el exterior, para evitar contagios, especialmente por mi mamá, minimizar riesgos", explica.
Las búsquedas de alojamientos en lugares de proximidad a la ciudad se dispararon: "En el último mes se duplicaron las búsquedas a destinos a menos de 80 kilómetros de las ciudades, con relación al año pasado. Son consultas para diciembre y enero, principalmente. Por ejemplo, para los que viven en Buenos Aires las preferencias se inclinan al Tigre. Para los que residen en Mendoza ciudad, a Potrerillos", explica Carlos Olivos, líder de Comunicaciones para América latina de Airbnb.
Carlos agrega que esta tendencia a buscar destinos cercanos de las grandes ciudades la observan en otros países de la región. "La gente necesita seguridad, un espacio propio y estar rodeada de su círculo íntimo".
Desde la plataforma de alojamientos temporarios Alquileresargentina.com también confirman que hay una tendencia marcada de consultas para el verano, con pico en entre fines de diciembre y enero 2020 en alojamientos, principalmente casas, de la misma provincia de residencia del viajero.
Una mirada al interior
Quedarse carca de casa o viajar fronteras adentro del país es una tendencia mundial en esta nueva e impensada era coronavirus: "En estos primeros tiempos la gente se va a inclinar por lugares de cercanía, más asociados con el turismo rural y destinos dentro de su país, porque necesitan ganar confianza, tener seguridad, saber cómo son los protocolos, ver que se cumplan. Esta tendencia se va a mantener por el próximo año. Es lo que está pasando en Europa ahora, que en general, predominan los viajes nacionales", ratifica desde Madrid Natalia Bayona, experta senior en innovación y transformación digital de la Organización Mundial del Turismo.
Si bien los europeos tienen las fronteras abiertas para viajar dentro del continente, eligieron el staycation. El Reino Unido vive un boom de salidas de camping, con récords de ventas de carpas, colchones inflables y otros insumos para la vida al aire libre. Los franceses se readueñaron de París, para disfrutarla sin tener que compartirla con extranjeros, casi invasores. Los españoles colmaron las playas del sur de la península y los alemanes se animaron a las arenas del Báltico y a descubrir su país, como las montañas de Baviera y la Selva Negra, otras veces, postergado.
En Estados Unidos, ellos sí, con menos posibilidades de viajar, porque muchos países mantuvieron las fronteras cerradas para los norteamericanos, se inclinaron por los viajes ruteros en autos, motorhomes y en muchos casos, compartieron la travesía con otra familia para formar una especie de burbuja segura.
Alquilar una motorhome, un plan que no es tan habitual entre los argentinos, está ganando más adeptos para el próximo verano. Las ventajas son claras en tiempos de incertidumbre, restricciones y distancia social. Con la casa a cuesta se tiene más libertad, se evitan aviones, aeropuertos y hoteles y hasta se tiene la posibilidad de cambiar de rumbo, en medio del viaje, si es necesario.
Jorge Segurel, junto con su mujer y sus dos hijos, probaron un viaje en motorhome hace unos años y le encantó. El año pasado volvieron a la ruta para recorrer San Juan y Mendoza y ahora definitivamente repetirán la aventura en las próximas vacaciones: irán a conocer El Calafate, un plan que quedó trunco cuando avanzó, como un tsunami, el coronavirus, en marzo y el mundo quedó sumergido en la pandemia.
"Para esta situación que vivimos es ideal, te da una autonomía increíble. Si bien uno sale con un plan de viaje, se pueden ir haciendo cambios fácilmente, se acceden a lugares donde estás aislado, se usan las cosas que uno se lleva, sin necesidad de hoteles, restaurantes, medios de transporte y además es una experiencia muy divertida", argumenta Jorge.
Reconoce sí que hay que resignar algunas comodidades, que no es lo mismo que un hotel: "Al principio hay que vencer el preconcepto que el espacio reducido es incómodo, pero después te da mucha libertad, es muy recomendable".
"Desde hace unos meses venimos recibiendo muchas consultas y reservas para el verano y ya tenemos el 90% de nuestros vehículos alquilados para diciembre y enero. Nuestro público habitual es de extranjeros. Alrededor del 80% de nuestros clientes vienen de afuera, pero este año son todos argentinos", cuenta Cristian Torlasco, de Andean Roads Motorhome Rentals, empresa que ofrece vehículos con todas las comodidades y de diferentes tamaños, incluso para familias de seis integrantes.
Torlasco comenta que aunque las motorhomes tienen autorización para cruzar las fronteras, todos los viajeros que ya reservaron se inclinarán por quedarse en el territorio nacional, sin ir a los países limítrofes. "Muchos se van a ir al Sur, otros a la costa y por sitios cercanos a la ciudad. También hay familias amigas que reservan dos vehículos para compartir el viaje", agrega.
Sin dudas, aunque se levanten las restricciones, se restablezcan los vuelos y se permita viajar por el país, e incluso ir al exterior, como se espera, será una temporada muy diferente a las habituales. Un verano donde será necesario priorizar la seguridad sanitaria y acostumbrarse a cumplir con protocolos hasta para zambullirse en el mar.
Los lugares al aire libre, con mucha naturaleza, de cercanía y poco concurridos serán los más buscados. Viajar, pero sin alejarse mucho, ir a lo seguro para evitar contratiempos. Y en modo staycation, disfrutar las ansiadas y necesarias vacaciones, después de un año para el olvido.
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