Trata bien a los demás, pero en casa, no lo hace
Algunas personas tratan bien a los demás de la puerta de sus casas hacia afuera. Son amables, cariñosos, agradables; pero no son de este modo con aquellos con quienes conviven, llámese: pareja, hijos, padres o hermanos. Estos últimos solo reciben maltrato e indiferencia.
Se trata de personas con "una doble fachada". Ejercen el maltrato de la puerta hacia adentro porque es el ámbito donde se sienten seguros. Saben que allí pueden discutir, ignorar, hacer callar al otro, etc., y dicha actitud no es amenazante para su vínculo. En cambio, afuera, donde se sienten inseguros, muestran una imagen contraria a la que poseen en su círculo íntimo. Muchos tratan amablemente a su jefe y sus compañeros de trabajo (la imagen falsa que construyen), mientras que descargan en su hogar toda la bronca y la frustración acumuladas.
Existen tres tipos de personas hipócritas o falsas:
- La que muestra un yo externo distinto de su yo interno. Es aquel que se divide y muestra una imagen totalmente contraria a su yo interno. ¿Por qué sucede esto? Por miedo. Este es su pensamiento inconsciente: "Veo algo de mí que no me agrada y creo que, si el otro también lo viera, me rechazaría". Como resultado, construye un yo público divorciado de su yo personal y le demuestra al mundo "que sabe", "que puede", "que tiene", etc.
- La máscara del psicópata. Es aquel que muestra una imagen totalmente distinta de la verdadera donde simula (exagera algo positivo), o disimula (esconde algo negativo), con el único fin de manipular, engañar y sentirse poderoso. No lo hace por miedo, sino porque necesita ejercer la manipulación para obtener una dosis de poder.
- El narcisista. Muestra una imagen maravillosa de éxito porque, en el fondo de su ser, siente un vacío muy grande.
Todos poseemos aspectos fuertes y débiles, fortalezas y vulnerabilidades. Cuando aceptamos ambos aspectos, podemos mostrarnos tal como somos y sentir así un gran alivio. Esta actitud nos permite conectar con el otro desde la honestidad y la transparencia. En la antigüedad, cuando confeccionaban las vasijas de barro y alguna se rajaba, para no tener que desecharla, le colocaban cera y luego la pintaban. Cuando se echaba agua en ella o se colocaba al sol, la cera se derretía y se podía quebrar. Entonces, el orfebre, cada vez que hacía una vasija de una sola pieza, escribía en su interior: "Vasija sin cera".
Nosotros tenemos que ser tal como somos en todos los ámbitos donde nos movemos. Para ello es fundamental construir "inteligencia emocional", la cual nos permite tratar bien a los demás y llevarnos bien con todos. Porque así somos los mismos siempre (de las puertas hacia afuera y de las puertas hacia adentro).
El término integridad proviene de la palabra integritas, que significa "de una sola pieza". Es decir, mostrarnos como somos sin fingimiento. Pero esto se logra, como ya mencionamos, aceptando que tenemos tanto fortalezas como debilidades, lo cual habilita al otro a abrir un espacio para también mostrarse como es. Sin lugar a dudas, ser íntegro genera confianza y construye un vínculo sano, porque nos libera de tener que demostrarle nada a nadie.
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