Trajeron la receta del pollo frito de Corea, abrieron un local en Paternal y hoy venden 1000 kilos al mes
Un matrimonio coreano, amante de la gastronomía, abrió un restaurant en Paternal; con sus salsas, papas waffle y pequeños acompañamientos se convirtieron en una de las mejores propuestas de comida rápida y de calidad
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Pedro Rim y Claudia Kang son un matrimonio coreano con un amor profundo por su patria y también por la Argentina, la tierra que los recibió desde hace mucho tiempo. Fue aquí donde decidieron replicar una fórmula muy popular de su país de origen, pero con una versión adaptada a su nuevo hogar: pollo frito, el plato más consumido en Corea del Sur. Sus esfuerzos no fueron en vano y hoy sus bocados se volvieron famosos en todo mundo.
Como muchos de sus compatriotas, Pedro y Claudia llegaron a la Argentina cuando eran apenas unos niños. De a poco comenzaron a buscar forma armar una nueva vida lejos de su lugar de nacimiento. Se iniciaron en el mundo textil hasta que finalmente encontraron algo que les llenó el corazón y encendió su verdadera pasión: la gastronomía.
Así nació Kikiriki, un restaurante que tiene al pollo frito como su gran especialidad. Con una idea clara en mente, llegó para romper el concepto de la comida rápida en Buenos Aires. El proyecto comenzó a tomar forma durante la pandemia, por lo que a las dificultades de enfrentar un nuevo desafío, se sumaron a las que trajo el coronavirus. Al principio vendían 300 kgs de pollo por mes y se manejaban con delivery. Con el tiempo pudieron abrir un moderno y amplio local en Paternal y hoy despachan 1000 kg de pollo.
Desarrollar su receta les llevó dos años de pruebas y errores. Hasta que, después de muchos esfuerzos, llegaron al resultado tan deseado: piezas de pollo (sin hueso)con una cobertura ultra crocante, hecha a base de una combinación de harinas y féculas.
La proteína animal pasa por un proceso de fermentación especial de 24 horas en frío, que le da un toque distintivo y un sabor mucho más profundo. Además, esta técnica hace que el pollo sea más fácil de digerir.
Esta propuesta, que invita a “comer con las manos”, incluye seis estilos de pollo frito para disfrutar en combos: Crispy (extra crocante), Negrito (con salsa especial a base de soja), Rojito (bien picante con salsa de chile rojo o gochujang gochujan), Nevado (con honey butter y una lluvia nevada agridulce), Dragon (súper picante) y Clásico sin salsa.
Las opciones se acompañan con papas waffle (tipo rejilla y horneadas), diferentes salsas y pequeñas guarniciones a elección. Pueden ser pickles con jalapeños o de nabo, ensalada de repollo, porotos dulces horneados, arroz salteado con sabor a cajún o puré de papa suave. También hay platos con tofu aptos para vegetarianos y veganos.
El local de Paternal ubicado en Terrero 1525 cuenta con un gran espacio, mesas en la vereda, un salón interno con capacidad para más de setenta personas además de una gran terraza, con espacio verde, para noventa cubiertos. Es ideal para ir en grupo y pedir varios combos para degustar y acompañar con una cerveza artesanal.
Kikiriki está ubicado en Terrero 1525 y abre sus puertas de lunes a sábado de 11:30 a 23.
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