Durante 13 años residió en Mar del Plata, hasta que salió a vivir una vida en movimiento con paradas prolongadas; en el camino, reveló la existencia de un idioma único que se vislumbra con fuerza en las nuevas generaciones
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Hace unos días, Victoria Scaffino llegó de visita a Sri Lanka sin imaginar que en aquellas tierras encontraría una gran comunidad de jóvenes de su misma edad y con una visión compartida: “Gente con buenas ideas y ganas de cuidar el mundo, algo que me convoca mucho y que genera un intercambio positivo a nivel personal y profesional”, cuenta.
Hoy vive en la India, aunque también residió en Hawái y Australia, así como en Egipto e Indonesia por períodos más breves. Siempre le gustó vivir afuera, lejos de una Argentina que por estos tiempos siente más cerca que nunca. Su anhelo por explorar otras culturas jamás debilitó su amor por su país - en especial por Mar del Plata, lugar donde vivió durante trece años-, ni diluyó los recuerdos vívidos de su barrio, su gente, sus aromas y su mar.
Para Victoria, como para muchos jóvenes, incluso los rincones más inusuales dentro del imaginario argentino están más cerca de lo que parecen; “irse” es una palabra relativa cuando se vive una existencia en constante movimiento. Las nuevas formas de ver y entender la vida lo permiten, así como los caminos para ganarse el sustento: “Enseño pilates y yoga online; además, trabajo en los lugares a donde voy, en los cuales elijo las oportunidades que más me enriquecen”, dice al respecto.
“Siempre tuve el ojo en el exterior y siento que, especialmente después del Covid, hubo una gran movida de gente joven de todas partes del mundo que se instaló en lugares tropicales en busca de una mejor calidad de vida”, continúa Victoria, quien a lo largo de su travesía reveló la existencia de un idioma único que atraviesa al ser humano y se vislumbra con fuerza en las nuevas generaciones.
Vivir en la India con un “hogar, lejos del hogar”
India siempre había estado entre sus planes. Como profesora de yoga esperaba algún día sumergirse en la tierra de su génesis, vibrar la atmósfera creadora, aprender y enriquecerse desde la fuente.
Aun así, la India nunca fue su meca y al yoga lo vivió desde el comienzo como una parte de un gran todo. Su trabajo y desarrollo personal, con una fuerte influencia del Pilates y el surf, la impulsaron a estudiar y trabajar en diversos destinos del mundo cercanos a las costas. Su rumbo cambió en noviembre de 2022, cuando su hermano anunció que había recibido una oferta laboral que lo llevaba a la India junto a su familia por un período de tres a cinco años.
Apenas lo supo, Victoria decidió sumarse. Con aquella determinación, una oleada de emociones desconocidas se agolparon en su ser, sería la primera vez que viviría en el exterior con parte de su familia nuclear: “Esto hoy me brinda una contención enorme. Es mi `mi hogar lejos del hogar´”.
Fue así que su llegada a la India marcó el comienzo de un capítulo diferencial en su vida, aunque algo se sintió inalterable. Apenas pisó Mumbai, Victoria experimentó una sensación familiar: “Los argentinos somos queridos en todas partes y en general me reciben muy bien en todos lados”.
Sin embargo, y a pesar de la contención de su hermano, la explosión caótica de las calles de la India la golpearon con fuerza y trajeron consigo un sentimiento que nunca antes la había asaltado con tanta fuerza.
“Cuando llegué a Mumbai extrañé cosas de mi vida cotidiana en Mar del Plata, como ver el mar todos los días, respirar aire puro, caminar a todas partes y poder estacionar en cualquier lado. Y después de un tiempo de estar lejos, revalorizo también nuestras costumbres y formas. La familia, las amistades, la comida y nuestra manera de relacionarnos en general. De este lado del mundo se siente que la calidez y espontaneidad de la cultura latina son únicas”.
Sí a todo, religión y aceptación: “No se andan quejando de todo como nosotros ni mirando lo que hace el otro”
“Yes, yes, yes”. Al poco tiempo de su arribo, Victoria comenzó a escuchar la palabra como nunca antes. En la cotidianeidad de Mumbai, todos parecían estar de acuerdo con ella, con todo y con todos, aunque pronto descubrió que esto reside en su miedo a confrontar, algo que suele derivar en promesas incumplidas y numerosos malos entendidos.
Y, a pesar de hallarse sumergida en el mundo del yoga, la devoción de su nueva comunidad por el hinduismo se sintió muy ajena. Jamás había vivido rodeada de personas tan creyentes, cuya fe abraza todos los aspectos de su vida: “Me gusta que sean tan fieles y protectores de sus costumbres y religión. Me inspira a hacer lo mismo con las mías”, reflexiona.
“Son gente de mucha aceptación. No se andan quejando de todo como nosotros ni mirando lo que hace el otro. Y son muy sonrientes en general. Todavía existen matrimonios arreglados y conocí muchas mujeres casadas felices con su vida y sus familias. Es muy normal que toda la familia viva junta: matrimonio con hijos que viven en la casa de los abuelos con algún hermano o tío también”, continúa. “Son muy impacientes al volante y tocan la bocina para todo, pero a la vez se mueven en el enjambre de vehículos con mucha naturalidad y otra vez con mucha aceptación”.
Reglas silenciosas y libertades restringidas: “Qué suerte que tenemos en Argentina…”
Con el paso de los meses, junto a las sonrisas y la aceptación como una forma de fluir de la sociedad india, Victoria se descubrió confrontada en sus propias ideas y aceptaciones. Entendió que allí, como en muchos otros rincones del oriente, es conveniente trasladarse con los hombres y las piernas tapadas: “Aunque no es estricto en todas partes, me siento mejor cuando lo hago”.
Para Victoria, hubo días más fáciles de aceptar las reglas silenciosas que otros. Cuando el sol abrasa y el calor no da respiro, algo tan simple como el recuerdo de caminar por la rambla de su Mar del Plata querida en short y musculosa se vuelve un tesoro: “Cuando voy muerta de calor pienso: qué suerte que tenemos en Argentina de andar como queremos. Y eso me hace extrañar la cultura latina y nuestra forma de expresión a través del cuerpo y la seducción”.
En su travesía por el universo del yoga, poco a poco, Victoria comenzó a desentrañar otros claroscuros del centro financiero y densamente poblado de la India. En su atmósfera reveló una pobreza constante generalizada, salpicada por algunas de las personas más ricas del mundo.
“Son muy buena gente en general. Y siempre me siento bienvenida cuando llego a algún lugar”, cuenta. “Por otro lado, esta parte del mundo está sobrepoblada y eso genera más polución, más mugre y también más dificultad para moverse de un lado a otro. En las ciudades, en general, el contacto con la naturaleza y caminar a todos lados como se hace en Buenos Aires o en otras partes de Argentina no es posible y eso para mí resta en la calidad de vida”, asegura.
“Sin embargo, creo que en Asia hay muchísimas oportunidades para extranjeros, pero, particularmente en India, el sistema de visado es muy complicado y no contempla a los trabajadores free lance, por ejemplo”, agrega. “Pero, por otro lado, el clima cálido hace que necesitemos menos para vivir, y en general comer y moverse es más barato, aunque en los destinos más populares los precios ya son internacionales”.
Argentina que aprieta, cimbronazos y aprendizajes: “Todos tenemos una historia detrás que le da forma a nuestros miedos”
Como toda alma nómade, Victoria abraza el movimiento, pero también el don de permanecer quieto; detenerse para contemplar y dejar que ingresen los aprendizajes que cada lugar en el mundo tiene para ofrecer. Así lo hizo en Rishikesh, “la capital mundial del yoga”, a fin de empaparse de su tradición y nutrir su práctica y fuente de trabajo.
Mientras tanto, cuando puede viaja a Indonesia -en especial a Bali-, entre otros destinos similares, para sumergirse en el mar con una tabla de surf, una pasión que trae de su amada costa marplatense. Argentina la acompaña siempre y a su país regresa cada vez que puede para recargar una energía esencial, pero que también despierta sentimientos encontrados.
“Es un buen cimbronazo. Siento mucho el encuentro con los seres queridos, con los lugares que más me gustan y pienso que cada destino tiene sus cosas positivas y negativas y en definitiva la decisión se reduce a las prioridades que tengamos en ese momento en particular. Porque también eso cambia. Todo cambia y viajar entrena la cualidad de adaptación”, reflexiona.
“Y con respecto a lo que es vivir Argentina en sí, a mí me encanta, pero la desvalorización constante del peso argentino me cuesta un montón. Creo que nos aleja del mundo, hasta comprar un libro o un curso online se vuelven un lujo cuando vivo allá y eso me aprieta. Y con respecto a la inestabilidad política y económica, viviendo afuera descubro que la corrupción y la incertidumbre, especialmente post Covid, son algo mundial”, continúa.
“Recorrer el planeta enriquece y Asia trae sus enseñanzas particulares. Un aprendizaje es que los idiomas le dan forma al pensamiento de las personas y que incluso si podemos comunicarnos en inglés, nuestra lógica es muy diferente y eso da lugar a interpretaciones exactamente opuestas. En general, gran parte de la comunicación para mí tiene más que ver con el contexto, el momento y la expresión facial, que con lo que realmente esa persona está diciendo”.
“Lo que más me gusta de viajar es poder conectar con esa fibra humana que es común a todos nosotros. Todos queremos amar y ser amados, ser felices, no tener que preocuparnos por el dinero y vivir en paz. Y todos tenemos una historia detrás que le da forma a nuestros miedos y limitaciones y también a nuestras virtudes. En mi experiencia, cuando puedo realmente conectar con ese pedacito del ser que tengo delante, aun en las situaciones más difíciles se caen todos los miedos y genero amistades en los lugares menos pensados. Mirarnos a los ojos y hablarnos con el corazón: ese es para mí el idioma internacional”, concluye.
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Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
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