Tiene 11 años y un coeficiente superior al de Stephen Hawking y Albert Einstein
Un niño británico diagnosticado con autismo realizó la prueba de coeficiente intelectual y obtuvo 162 puntos; el pequeño se encuentra entre el 1% de las personas más inteligentes del mundo
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Un niño británico de tan solo 11 años fue invitado a unirse a Mensa, la sociedad de personas altamente inteligentes más antigua y respetada del mundo, después de obtener 162 puntos de coeficiente intelectual. El pequeño, que está diagnosticado dentro del espectro autista, se encuentra entre el 1% de las personas más inteligentes del mundo.
Su resultado es más alto que el del físico Stephen Hawking, que tenía un coeficiente intelectual de 160. Si bien Albert Einstein nunca realizó la prueba, se cree que tenía la misma puntuación.
Según el Daily Mail, Kevin Sweeney viajó con sus padres a Edimburgo, donde tomó una prueba de coeficiente intelectual. En una entrevista con el periódico británico, el padre, Eddie, de 40 años, dijo que el pequeño estaba muy ansioso por conocer el resultado: “Kevin se puso a correr por el jardín cuando obtuvo el puntaje. Significaba mucho más para él de lo que pensábamos”.
Los padres de Kevin esperan que esto sea un gran impulso para el niño: “La vida tiene muchos desafíos para Kevin y realmente queremos ayudar a maximizar su potencial y darle todas las oportunidades”.
Laura, la madre del pequeño, dijo que siempre supo que su hijo era un genio: “Obtuvo el puntaje máximo para alguien de su edad y no había otros niños en la prueba, todos eran adultos. Pensamos que podría estar abrumado por la presión de estar solo con gente grande, pero estaba tranquilo y hablaba con todos”, contó.
Debido a que les apasiona responder cuestionarios, los padres también dijeron que tomaron la misma prueba hace unos años, pero que esta fue la primera vez que Kevin participó de la evaluación. “Estamos muy orgullosos, siempre supimos que es muy inteligente. A los seis años memorizó la tabla periódica y si alguien le preguntaba un número podía decir cuál era el elemento correspondiente, así como su símbolo y peso. Además, aprendió a leer antes de comenzar la escuela primaria”, dijo Eddie.
Al igual que a sus padres, a Kevin también le encanta completar cuestionarios y ver programas de televisión de preguntas y respuestas como el famoso Quién quiere ser millonario. “Puedo ver un programa completo y no hacer nada bien porque es muy difícil. Pero Kevin siempre sabe la mayoría de las respuestas, eso es sorprendente”, se maravilló su padre.
Como ejemplo de su excelente memoria, su madre recordó una anécdota: “Cuando otro programa preguntó sobre el costo de un boleto de autobús de Harry Potter, Kevin insistió en que su respuesta era incorrecta. Subió las escaleras, encontró la página correcta en el libro correcto en segundos y le dio la razón: la versión cinematográfica había usado un valor diferente”.
En abril, otro niño de diez años también fue invitado a Mensa después de obtener el mismo resultado que Kevin.