- 9 minutos de lectura'
Escenario de marchas que unen el Congreso con la Plaza de Mayo. Vía de escape para trabajadores apurados que buscan cortar camino y llegar a tiempo. Testigo fiel de una Buenos Aires pujante y sofisticada. Pieza clave de la modernización de una ciudad en continuo movimiento. La Avenida de Mayo es uno de los lugares ineludibles para ver y entender cómo fue cambiando, de acuerdo a los avances y a ciertas necesidades de época, el centro porteño y, también, la vida de los que eligen vivir en la Reina del Plata.
Su creación fue proyectada por Juan Buschiazzo, bajo la intendencia de Torcuato de Alvear, en tiempos en los que la construcción recibía con los brazos abiertos nuevas técnicas y elementos, como el uso del hierro, la aparición de los ascensores y, claro, la consolidación de la luz eléctrica.
Por eso, desde que fue inaugurada e 1896 y durante su primera década, vio levantarse a cientos de edificios que, con el correr de los años, iban evolucionando del academicismo al art nouveau. Muchos fueron concebidos como residencias de las familias aristocráticas de principio del siglo pasado. Esas mismas familias aprovecharon los terrenos para construir, además, grandes edificios con el fin de alquilarlos. Con el tiempo, algunos de esos edificios de cuatro o cinco pisos se transformaron en hoteles.
Con majestuosas cúpulas y llenos de ornamentos, estas edificaciones competían por acaparar la mirada de los lugareños y también de los turistas, pero convivían, a su vez, en total armonía, volviendo a la avenida una de las arterias más vistosas de la Ciudad. Los turistas, de hecho, la preferían por sobre otra de las opciones que, en materia de hoteles, había sido la más utilizada un tiempo atrás: la zona del puerto. Uno de los más importantes era el Metropole que, para sorpresa de los recién llegados y orgullo de los residentes, ofrecía una batería de comodidades que ni siguiera estaban disponibles en la mayoría de los hospedajes europeos.
Otro, era el Hotel Castelar, construido en 1928 por el célebre arquitecto Mario Palanti. Con un claro diseño academicista, en su planta baja funcionaba la peña Signo, uno de los lugares elegidos por intelectuales de la talla de Oliverio Girondo, Alfonsina Storni, Luisa Vehíl, Jorge Luis Borges y Conrado Nalé Roxlo para sus reuniones y tertulias. Entre sus huéspedes, el hotel también contó con la presencia de celebridades de la época. Federico García Lorca, por ejemplo, se hospedó durante más de un año en la habitación 704 de este hotel, cuando llegó al país en la década del 30 a presentar Bodas de Sangre, junto a Lola Membrives. Son muchos los edificios de esta gran y vistosa arteria que hospedaron a miles de pasajeros y que hoy esperan que algún caminante desprevenido levante su mirada para ofrecerles un vistazo de aquella Buenos Aires que supieron engalanar.
Hotel Metropole / Cecil
Av. de Mayo 1207
Fue proyectado por el arquitecto (Juan) Augusto Plou para La Previsora e inauguró en diciembre de 1899. Era propiedad de los señores Loisy y Roget, que ya tenían el Hotel Roma en Cangallo 759. El edificio subsiste, justo frente al París, pero totalmente modificado en su interior, y ha perdido en la cúpula que da a la Av. de Mayo, el grupo escultórico de Luis Trinchero, característico de los edificios de La Previsora. Lo componían una forma femenina alada, una joven semi desnuda y un anciano. Así remataban el Londres, el Grand Hotel, la casa matriz de la aseguradora y el Metropole: ninguno de los cuatro conserva esas figuras.
En menos de diez años cambió tres veces de administradores; Ansermin y Phews (1899-1902), Martignon, Auguarde y Cía (1902-1908) y, finalmente, J. Pomes y Cía, que coincidió con el cambio de nombre: Hotel Cecil.
Con la Ley de Propiedad Horizontal de 1948, se transformó en un edificio de departamentos, que se vendieron individualmente.
Majestic Hotel
Av. de Mayo 1301/09
En la esquina de Santiago del Estero, justo frente a otro importante edificio de Louis Dubois que aún es hotel –el Chile (ex Lutecia)–, y en diagonal con el hotel Mundial, se yergue el ganador del concurso organizado por la Caja Internacional Mutua de Pensiones. Fue construido en 1906 y se inauguró en 1909. Sus autores fueron Federico Collivadino e Ítalo Benedetti. En sus orígenes, fue uno de los más lujosos de la ciudad. Desde su espléndida terraza vieron los porteños pasar el cometa Halley el 18 de agosto de 1910. En 1924, la Mutua pidió un préstamo hipotecario que no pudo pagar, y en 1931 el edificio quedó en manos del Estado, que lo destinó a la DGI/AFIP. En sus habitaciones se alojó la delegación chilena durante los festejos del Centenario y el bailarín Vaslav Nijinsky.
Chacabuco Mansions
Av. de Mayo 702/748
Funcionó entre 1897 y 1910 en un edificio academicista proyectado por el alemán Adolfo Büttner para el empresario inglés G.W. Drabble, pionero de la exportación de carne congelada desde el frigorífico River Plate Fresh Meat Co, director de compañías de ferrocarril y presidente del Banco de Londres y Río de la Plata. Su gran porte, altura y aspecto "cuadrado" le valieron el mote de Cubo Drabble. Allí se inauguró, en 1897, el hotel de J. Colombo. La Avenida de Mayo recién se había abierto hasta Piedras.
Enfrente, en el número 769, Eustoquio Díaz Vélez convocó a los arquitectos Arturo Prins y Oscar Ranzenhofer, quienes levantaron, en 1910, un importante edificio estilo Secesión vienesa para el Hotel Centenario, que actualmente se conoce con el nombre equivocado de "Palacio Vera". El error proviene del libro de Solsona y Hunter sobre la Avenida de Mayo, donde se lo llamó "Vera" en lugar de "Palacio Vero", tal como lo rebautizó Pascual Vero, que lo adquirió en los años 50.
La Argentina
Avenida de Mayo 852/86
Fue construido en la última década del siglo XIX por el arquitecto italiano Pablo Scolpini, llegado al país en 1860. Su desarrollo se estructuró en tres paños, uno central y dos laterales, sobre una superficie cubierta de 3540 metros cuadrados. A pesar de no estar ubicado en una ochava, Scolpini se las arregló para que el edificio no pasara desapercibido, dotándolo de vistosos ornamentos. El eje central cuenta con las ventanas más amplias y sobresale por sobre la acera. Las ventanas del tercer y cuarto piso tienen estructuras arqueadas y, sobre el último nivel, se erige aún una misteriosa estructura abovedada con ribetes palaciegos.
Al igual que ocurrió con otros hoteles de la zona, La Argentina sufrió algunas modificaciones en su fachada - sobre todo, la pérdida de ornamentos- pero los mayores cambios se dieron en su interior. Hoy sigue cumpliendo la función para la que fue creado y en sus cinco pisos se distribuyen un total de 65 habitaciones, un salón comedor y amplios ascensores.
Hotel París
Av. de Mayo 1161/99
Funcionó entre 1904 y 1934, cuando fue transformado en casa de renta y escritorios. Es obra del "misterioso" arquitecto Gerónimo Agostini, que no firmaba sus fachadas, y del que no se han encontrado retratos. Se cree que fue formado en Austria, por los detalles del secesionismo vienés que hay en varias de sus obras, como el salón Imperio del Hotel Savoy o la ex Casa de Galicia en Moreno al 1300. No hay, sin embargo, datos biográficos publicados, pese a ser el abuelo de Alfredo Agostini, arquitecto del célebre estudio modernista SEPRA, creado en 1936.
Tampoco se conoce al escultor de las dos cariátides de la entrada… las estatuas más cabezonas de Buenos Aires.
Gran Hotel España / Astoria
Av. de Mayo 938/916
Inaugurado en 1897 por el navarro Javier Laurenz, y construido por el ingeniero español José Arnavat, fue uno de los pioneros de la avenida, y con más capacidad: tenía 315 habitaciones. En una de las primeras fotos del edificio figura como propietario Manuel Quemada (empresario muy relacionado con la comunidad española) y en la medianera se lo menciona como sucursal del Hotel Español, de Moreno 810. En 1906 sumó el anexo de Av. de Mayo 916: se trata de un edificio de renta que perteneció a María Carranza de Lawson, proyectado por Alejandro Christophersen en 1901, y que fue destinado primero al alquiler de departamentos y recién después funcionó como hotel. Al igual que el conjunto Metropole-París (en la esquina de Salta) o Majestic-Chile (en la de Santiago del Estero), la dupla del actual Astoria (tal es el nombre actual del ex Anexo) con el hotel Tandil (a uno y otro lado de Tacuarí), es una auténtica sobreviviente de esta arteria porteña que vio nacer y morir decenas de hoteles. Por su parte, el anexo del Gran Hotel España se trasladó a un edificio ubicado a los 20 metros, en Tacuarí 80, obra del arquitecto húngaro Andrés Kálnay. Y una curiosidad: las letras del cartel que aún se ven en el balcón del Astoria son las originales, las que usaban los letreros de toda la ciudad. Por último, el chef del Gran Hotel España, Carlos Spriano, era el cocinero preferido del presidente Hipólito Yrigoyen, y le envió durante años la comida a su casa.
Hacia el otro lado, en el 952, aún se mantiene en pie el edificio del Hotel Imperial que perteneció a P. Domecq y L. Bourges.
Hotel Lutecia / Hotel Chile
Av. de Mayo y Santiago del Estero
La construcción de este clásico edificio de estilo art nouveau comenzó en 1904 y terminó en 1907, bajo las órdenes del arquitecto Louis Dubois. Hasta el día de hoy, cumple la función para la que fue creado, aunque recibió varias modificaciones en su interior. A lo largo de su historia el hotel fue cambiando de nombre varias veces. De llamarse Nacional, en 1938, fue rebautizado Chile Hotel Romanelli, en honor a su nuevo propietario, el empresario Domingo Romanelli.
Este edificio con pintorescos balcones franceses y ventanas con arco circular contaba con un atractivo que lo volvía especial: su cúpula con reminiscencias orientales. Justamente, esta fue una de las pérdidas que ocasionó el furioso incendio que se originó en la segunda planta el 4 de agosto de 1988. Si bien el hotel fue restaurado -aunque muchos de los detalles de su fachada se perdieron- fue recién en 2018 que el Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad realizó la reconstrucción de su ampulosa e icónica cúpula.
En la planta baja del edificio funcionó durante varios años el clásico restaurante Plaza España, testigo de los años en los que Avenida de Mayo era la preferida de los inmigrantes españoles.
Más notas de Edificios históricos
- 1
La caída de Noriega: la descomunal operación de EEUU para atrapar al dictador que se enriqueció con los narcos
- 2
Inspirado en una ensalada de pulpo, creó un imperio del que surgieron dos marcas de zapatillas mundialmente reconocidas
- 3
Cómo es la mezcla de orégano y vinagre blanco que promete eliminar a las cucarachas
- 4
Cuántos minutos por día hay que usar la bicicleta fija para lograr resultados positivos, según especialistas