Siberia: Ukok, la momia tatuada de 2500 años que fue enterrada con joyas y cannabis
LA NACIONTomás Sanguineti
Hace unos 2500 años, el pueblo escita Pazyryk, de la región de Altái (límite entre Rusia, China, Mongolia y Kazajstán) le dio un entierro de alto perfil a una princesa de unos 25 años. Fue sepultada en un kurgán, típico montículo funerario de esta cultura irania, que se rellenaba con tierra, rocas y ataúdes de madera.
En este caso, también había seis caballos, joyas, un espejo, y el vestido de seda que la acompañó momificada hasta nuestros días. Bautizada como "la princesa de Ukok" (por la meseta en donde apareció), "princesa de Altái" y "la Dama de hielo", fue encontrada por la arqueóloga rusa Natalia Polosmak en el año 1993.
La Dama de hielo
El último de sus nombres no es casual y explica en gran medida el estado de conservación en que fue hallada. Sucede que sobre el féretro de madera de esta "princesa" siberiana -cuya descomposición permitió fechar el entierro alrededor del siglo V a. C.- había otro ataúd más tardío y dispuesto con menor pompa: una probable muestra de gratitud de un pueblo subordinado de los Pazyryk. Ese ataúd había sido saqueado y perforado, por lo que la nieve y el agua de la estepa siberiana se filtraron en la cámara funeraria de la princesa de Ukok y se congelaron con ella.
Lo más curioso probablemente sean los rasgos característicos de esta mujer que fue enterrada sola, una señal de que tenía una importante función religiosa en su cultura. Los tatuajes en su cuerpo le dan mayor validez a esta teoría: un dibujo de un ciervo inmortalizado sobre su hombro izquierdo, más otros tatuajes de animales en su muñeca y dedos.
La sorpresa más grande para los arqueólogos fue encontrar, en un pequeño contenedor, una bolsa de marihuana. En 2014, los estudios sobre los restos óseos arrojaron algo de luz sobre este último hallazgo. Una resonancia magnética reveló que la líder espiritual siberiana sufrió de cáncer de mama, un dolor que la aquejó hasta sus últimos días, aunque no se pudo determinar con exactitud si esa fue la causa de su muerte. La marihuanapodría haber sido su analgésico, o una ofrenda funeraria que la acompañaría en la posteridad.
"Solo el cáncer podría haber tenido tal impacto. Se ve claramente en el tumor en su mama derecha, es visible la lesión metastásica del ganglio linfático y la columna vertebral. Tenía cáncer y la estaba matando", aseguró al Siberian TimesAndrey Letyagin, quien participó del análisis de la mujer momificada y pudo distinguir la huella de la metástasis en su cuerpo.
"Probablemente para esta mujer enferma, inhalar cannabis era una necesidad forzada", aventuró al mismo medio la arqueóloga Polosmak. "Y a menudo se encontraba en un estado mental alterado. Podemos sugerir que a través de ella pudieron hablar los espíritus y dioses ancestrales. Sus visiones extáticas con toda probabilidad le permitieron ser considerada como un ser elegido, necesario y crucial para el beneficio de la sociedad. Ella puede haber sido vista como una adorada por los espíritus, y apreciada hasta su último aliento".
Por Tomás Sanguineti
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