Es 1944 y sobre la colina de 80 metros, que marca el punto más alto de la comarca, el tamarindo no es todavía frondoso, pero ya da sombra. A su cobijo, un grupo de hombres trabaja clavando maderas hasta convertirlas en paredes, poniendo los vitraux en las ventanas, martillando los largos bancos oscuros del piso superior. Pronto se sentarán allí mujeres con sombreros y vestidos de colores vivos y llenos de volados, niñas con moños en sus peinados elaboradísimos, hombres enfundados en su mejor traje, varoncitos elegantes como adultos en miniatura.
Más de siete décadas después, la vieja escalera cruje a cada paso mientras Dios vuelve a ser invocado cada mañana de domingo en inglés y en creole, el dialecto local, en la primera iglesia bautista del territorio. Durante la misa, todos visten como antaño. Y detrás del viejo edificio blanco, el mismo tamarindo sigue dando sombra.
Aferrada a sus tradiciones culturales, y a la vez abierta al turismo mundial, la isla de San Andrés ofrece su combo de sol, playas, naturaleza y tiendas de duty free.
No solo está lejos (desde Bogotá, son dos horas de avión) del continente, sino que también dista desde sus contenidos, cincelados con influencias de inmigrantes ingleses, holandeses, irlandeses, españoles, noruegos, norteamericanos, chinos, hindúes y de varios países africanos. Este crisol se manifiesta en la gastronomía, la música y la idiosincrasia de la isla, que dio origen a la comunidad étnica raizal.
Biodiversidad y turistas
Algunos dicen que tiene el doble de los 73.000 habitantes que consigna oficialmente el último censo, de 2005. Es posible: la isla exhibe algunas dificultades para controlar el tema de los residuos, que se explican por la sobrepoblación y por la afluencia masiva de turistas. Demasiada gente para sus escasos 26 km2. La ciudad de Buenos Aires podría albergarla ocho veces.
Reserva de biosfera y tercera barrera coralina más grande del mundo, la isla fue lugar de paso de navegantes, piratas y traficantes de esclavos. Los primeros conquistadores fueron ingleses, en el siglo XVII, quienes se disputaron con los españoles en múltiples ocasiones la posesión del archipiélago (incluye también las islas de Providencia y Santa Catalina) hasta que sellaron un pacto a favor de los británicos, en 1789. Estos territorios quedaron adheridos a Nueva Granada, hoy Colombia, en 1822.
Más de 150 especies de aves, 130 de esponjas marinas, 100 de corales, 66 de invertebrados (erizos, langostas, caracoles, estrellas de mar), 4 de las 7 especies de tortugas marinas que existen en el mundo, lagartijas e iguanas gigantes son parte de la diversidad de la isla. Hay algunos animales particulares, como el pez loro, colorido como un guacamayo y capaz de limpiar los arrecifes con su boca con forma de pico duro.
La fauna resiste la invasión de turistas. Sin ir más lejos, un cangrejo grande como un cachorro de caniche toy se adueña de un escalón en el hotel. Naranja y desafiante, blande sus pinzas como quien tira tarascones a los que osan invadir su territorio.
En esta zona -en las playas de San Luis, y también en las del centro de la isla- el mar tiene algas, aunque no tanto como en otros destinos del Caribe y, según dicen los locales, solo es por épocas.
La vuelta a la isla
Recorrer la isla no lleva más de una hora en auto. En la ruta costera aparecen, cada tanto, señoriales casonas abandonadas, cubiertas por vegetación espesa. También, algunas viviendas en madera, pintadas de colores fuertes y sobre pilotes. Varias conservan los cementerios familiares en el jardín.
Aunque en las escuelas se enseña español, en las casas se habla en creole, el dialecto gestado por los esclavos para comunicarse sin que sus amos los entendieran. Tiene como base un inglés con palabras inventadas y otras acortadas, pero también incluye términos incorporados desde lenguas africanas. Por ejemplo, "mi old, but mi nuh cold" es una frase que alude a la importancia de valorar la experiencia. Significa "Estoy viejo, pero no frío".
Pero la palabra clave que hay que aprender para hacer shopping es en español: "parcelar". Así llaman en la isla al pago en cuotas. Y a la tarjeta de crédito le dicen "ahorro". Se consiguen valijas grandes a 150.000 COP (unos $2.500 argentinos), y acolchados a 60.000 COP, además de perfumes y licores y chocolates y cremas y maquillaje a valores que entusiasman. Dato fundamental: los negocios cierran al mediodía.
Tradiciones isleñas
Angela nos guía en la recorrida por la Casa Museo Isleña, un hogar de 110 años. Construido en pino americano y sobre pilotes, tiene un living y dos habitaciones, una para los padres (que solían tener entre 10 y 14 hijos) y otra para las big mamas, las abuelas, que se turnaban un fin de semana cada una. Los niños dormían en la planta alta.
El agua dulce se obtenía de las lluvias, y se almacenaba en una cisterna de 8.000 litros de capacidad. Los hombres se bañaban en las letrinas; las mujeres, en tinas dentro de la casa, y no podían ser vistas por sus maridos durante la ducha.
Una plancha a querosén, un medidor de cocos (los más grandes se exportaban), un par de espuelas para trepar a los árboles y bajar esos frutos, trajes típicos, aparejos de pesca, monturas, peines que se calentaban para alisar el pelo, un fonógrafo y una mecedora se mezclan con un china closet, armario vidriado en el que se guardaba la vajilla de ocasiones especiales. Los adultos comían en el "salón social" (living); los niños, en la cocina, separada de la casa principal para prevenir incendios.
El plato típico tiene su representación: se llama rondón y es un sancocho (guiso) a base de papa, yuca, ñame (otro tubérculo), fruta de pan, plátano verde y agua de coco, más el agregado de caracol, rabo de cerdo y barracuda, un pez local.
Angela toma en sus manos un antiguo horse jawbone, instrumento musical tradicional que aprendió a tocar gracias a su abuela y cuyos secretos está transmitiendo a su hija Génesis, de tres años. Lo que une a las cuatro generaciones es una quijada de caballo, de la que arranca sonidos frotando un trozo de madera contra los dientes. Vuelve otra vez a nuestra isla, nuestra bella y hermosa isla canta, suave, en creole, raspando la dentadura.
En el jardín de la casa, una escultura recuerda a Henry Morgan Hooker, quien llegó a la isla en 1629 como traficante de esclavos a las órdenes de la reina de Inglaterra. Aseguran que compró 48 esposas de origen afro, con quienes tuvo 120 hijos y por lo tanto fue responsable de comenzar con el mestizaje en San Andrés. Murió en Jamaica, a los 58 años.
¿Por qué le da vergüenza, amigo? Yo no lo conozco, usted no me conoce. ¿Cuál es el problema? Con simpatía arrolladora y sonrisa de publicidad, Luisa, otra de las guías, alienta a un turista a que se anime a practicar los pasos de baile que va a enseñar, junto con Angela y Cayana. Las chicas son expertas en calipso. Tienen su cabello trenzado con hilos de nylon de colores flúo y contagian alegría. Todos los visitantes terminan dando algunos pasitos también de chotise, una danza de salón.
Si pensás viajar...
•1000 COP colombianos = 17 $ argentinos
•No hay agua potable.
•Hay que pagar un impuesto (Tarjeta de turismo) antes de embarcar desde el continente hacia la isla: u$s 35 por persona.
•La bebida local es el Coco loco: tequila, ginebra, vodka y crema de coco.
•En las playas venden bocadillos de guayaba con queso (parecidos a nuestro postre vigilante) a 3000 COP y cocadas con leche condensada y pasas de uva o bien porciones de torta de coco (en ambos casos, 5000 COP). Si prefiere los tentempiés salados, empanadas de caracoles a 5000 COP.
CÓMO MOVERSE
•Si bien hay mototaxis, por cuestiones de seguridad no son recomendables para los viajeros.
•De 0 a 6 los taxis cobran doble tarifa.
•Se puede alquilar una mulita (carrito de golf, entre 130.000 y 180.000 COP al día para cuatro personas, en los propios hoteles), una moto (80.000 COP al día) o moverse en taxi o en bus. Taxi desde el aeropuerto a San Luis y también desde las playas de San Luis al centro, unos 30.000 COP. Pasaje en colectivo (tarifa fija): 2.600 COP.
DÓNDE COMER
La regatta. Av. Newball, Carrera 3 -121, contiguo al Club Naútico. Restaurante ubicado sobre un muelle, en la parte céntrica de la isla. Solo con reserva.
Aqua Beach Club. Vía San Luis Sector Cocoplum Bay. Restaurant en la playa con platos sabrosos y abundantes.
DÓNDE ALOJARSE
Cocoplum. Sencillo hotel all inclusive situado en la zona de San Luis, que tiene como gran atractivo su salida directa a la playa.
PASEOS Y EXCURSIONES
• Johnny Cay. Salida en lancha todos los días entre 9.30 y 11 (por orden de llegada), regreso a las 15 aproximadamente. 20.000 COP por persona, almuerzo no incluido.
• Solo Acuario. Salida en lancha todos los días entre 9.30 y 11 (por orden de llegada), regresos a partir de las 13. 20.000 COP por persona, almuerzo no incluido.
•Tour Acuario y Haynes Cay con mantarrayas. Traslado en lancha a los cayos más tour por los manglares, estrella de mar y avistamiento de las mantarrayas. Salida todos los días entre las 9 y las 11 y regreso a las 16 aproximadamente. 25.000 COP por persona.
• Combo o VIP. Salidas en lancha entre las 9.30 y las 11 a Johnny Cay, luego paseo por la bahía, tour por los manglares, avistaje de estrellas de mar y mundo marino, visita al Acuario y Haynes Cay y avistaje de mantarrayas. 30.000 COP por persona, sin almuerzo.
Más actividades
•Parasailing, vuelo de 20 minutos sobre el mar, en un paracaídas que va atado a una lancha. 160.000 COP por persona.
•Combo con los tres principales tours: Acuario - Johnny Cay - Tour por la bahía y vuelta a la isla: 80.000 COP por persona.
•Tour VIP: Johnny Cay, Acuario, tour mantarrayas, tour estrella de mar y reserva de manglares: 55.000 COP por persona.
•Vuelta a la isla en mulita, con visita a sitios emblemáticos: 230.000 COP para 5 personas.
Más información:Airwolf Sai Production
Primera Iglesia Bautista . La Loma, San Andrés. Oficios religiosos los domingos a la mañana. Duran unas dos horas e incluyen música en vivo. Se sugiere pedir permiso en la sacristía para asistir.
West View Balneario: 5000 COP la entrada, incluye trampolín, tobogán y pancito para alimentar peces. El mismo valor tiene el alquiler de reposera, el chaleco y la máscara para snokel (se paga todo por separado).
Aquanautas.Vía Circunvalar km 11, esquina con Pepper Hill, West View. Buceo pero caminando con escafandra. No se necesita saber nadar. A partir de los 12 años, 25´ de inmersión a 6 m de profundidad. 100.000 COP por persona, con reserva previa.
Mini buceo. Traslado, inducción, equipo y 50 minutos de inmersión. 150.000 COP por persona.
Kayak "ecológico". Av. 20 de julio Sprat Bight. Son transparentes por lo que se pueden ver los peces. El paseo incluye guía y snack. 90.000 COP por persona.
Agradecemos a Procolombia por el apoyo brindado para la realización de esta nota.
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