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Salta: claves para no dejar ningún imperdible afuera
Gastronomía de primer nivel, vinos expresivos y con carácter, formaciones geológicas que parecen de otro planeta y los secretos mejor guardados de los Valles Calchaquíes, como el espectacular Museo de la Luz. Datos para para sumergirse en la cultura andina y recorrer el norte argentino
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El maravilloso encanto de los pequeños pueblos, como Cachi. El juego de luces y sombras proyectadas sobre la Quebrada de las Flechas y el eco del Anfiteatro. El oasis verde de los Valles Calchaquíes y sus viñedos de altura. Eso, y mucho más es Salta.
De Salta capital a Cachi por La Cuesta del Obispo
El recorrido tiene una estructura circular, ya que tiene su inicio y su fin en Salta Capital, pasando por las localidades de Cachi y Cafayate. Es que el verdadero encanto de recorrer Salta es disfrutar del camino. En el trayecto de una pequeña ciudad a otra se atraviesan diferentes rutas escénicas, parques nacionales y pueblos históricos en los que vale la pena detenerse.
Por ejemplo, el trayecto que une Salta y Cachi atraviesa una zona con paisajes impactantes y pueblos encantadores a lo largo de sus 165 km. Es un camino de alrededor de 20 km zigzagueantes y de cornisa que sorprenden con sus colores y formas, en un paisaje de montañas y pastizales de altura. Va desde los 1270 msnm a los 3348 msnm en la Piedra del Molino, su punto más alto, el mirador.
Pasando la Cuesta del Obispo se atraviesa el Parque Nacional Los Cardones, uno de los bosques de cactus más grandes de Sudamérica. Ideal para hacer caminatas y recorrerlo por alguno de los senderos que permiten acercarse a los ejemplares más antiguos del país.
También en el parque está La recta del Tin Tin, un viejo camino que fue trazado por los incas y que hoy forma parte de la RN 33, con una longitud de 15 km. Un paisaje del que se desprenden varios senderos.
El camino de Los Colorados conecta la recta del Tin Tin con la RN 40 que atraviesa y cruza el parque por espectaculares paisajes desérticos rodeados de cerros rojizos y cardonales. Ideal para disfrutar del paisaje en auto, como en un mágico roadtrip por el desierto.
El recorrido sigue por la RN 40 hasta Cachi, es uno de los pueblos más pintorescos del norte Argentino. Tiene una plaza central con una iglesia colonial española, casas de adobe, y los cerros como el mejor marco.
El siguiente destino es Cafayate, un pueblo al que se accede por la RN 40 luego de un recorrido de 157 km que pasa por algunos pueblos detenidos en el tiempo. Es el caso de Molinos, con su Iglesia San Pedro Nolasco de los Molinos, Angastaco, Seclantás o San Carlos. También se puede visitar el Camino de los Artesanos, un plan ideal para comprar ponchos y tejidos hechos a mano con técnicas ancestrales, y conocer más de la cultura de la zona.
En el camino se atraviesa La Quebrada de las Flechas, que es lo mas parecido a aterrizar en otro planeta. Como un paisaje surrealista, se puede ver en el tramo de la Ruta 40 que recorre el Monumento Natural de Angastaco y llega a Cafayate.
La ruta del vino
Cafayate es una ciudad de ritmo tranquilo y arquitectura colonial, considerada la capital de La Ruta del Vino. Con diversas experiencias como el Museo de la Vid y el Vino, visitas a bodegas y catas exclusivas, toda la región permite conocer las características de los vinos de los Valles Calchquíes. Vinos fragantes, de altura, entre ellos el mejor torrontés del país, la cepa emblemática de la provincia.
Hay muchas bodegas para elegir, con diferentes propuestas de gastronomía regional y degustaciones que permiten aprender acerca de los efectos que la altura y la amplitud térmica tienen sobre los vinos que se producen en la región.
La nueva escena gastronómica
Para maridar los vinos, en la tierra de las empanadas, del quesillo, las nueces confitadas, el locro y los tamales, la gastronomía expresa la cultura. Sin embargo, a los sabores tradicionales, se suma una nueva generación de chefs que eligieron Salta como sede. Es el caso de Fernando Rivarola, quien eligió trasladar El Baqueano, Cocina Autóctona Contemporánea, su proyecto nacido en San Telmo, a Salta. El restaurante se trasladó a la cima del emblemático Cerro San Bernardo. Allí, las carnes autóctonas -que lo pusieron en el mapa de los 50 Best Latam por nueve años consecutivos-, siguen destacándose. Uno de sus platos premiados es el carpaccio de llama con quinoa pop de tres colores, emulsión de ají picante, crocante de amaranto y hojas frescas de suico.
Otro proyecto interesante es Casa Díaz, en el pueblo de Seclantás. Se trata de un proyecto familiar que recupera las recetas de la abuela en una gastronomía de paciencia, largos procesos y muchos secretos, siempre preparada con productos de la huerta. Las empanadas son perfectas. Es el lugar ideal para probar los platos más tradicionales.
La gastronomía justifica desviarse del camino para visitar la hermosa finca Colomé. Allí, además de la bodega - una de las más antiguas de la Argentina aún en funcionamiento-, funciona un Hotel de pocas habitaciones. A cargo del diseño del menú está Patricia Courtois, consultora a cargo de la reconfiguración de los sabores salteños ancestrales que llevó adelante la finca. Desde los grandes clásicos como las empanadas salteñas al horno de barro y el bife de chorizo hasta el helado de cedrón o los pickles de tuna (fruto de una cactus silvestre), siempre hay algo delicioso para probar a la hora de maridar el vino.
Una experiencia única: el museo de la luz
Pocos saben que uno de los grandes lujos de hospedarse en Estancia Colomé es el el acceso al Museo de la Luz. En la finca se encuentra el Museo James Turrell, el único museo del mundo dedicado exclusivamente a la obra del artista nacido en California. Al atardecer, comienza la peregrinación de los privilegiados huéspedes. Por un sendero se llega caminando al edificio en tonos tierra que contiene 5490 m2 de exposición divididos en nueve cámaras que representan una experiencia casi meditativa. Entre las obras destacadas se encuentra Unseen Blue, el cierre perfecto de una experiencia sensorial que no se olvida.
El regreso a Salta
Emprender el regreso de Cafayate a Salta implica manejar casi 190 km que incluye las formaciones naturales más impactantes. Se atraviesa la Quebrada de las Conchas, también llamada Quebrada de Cafayate. Se trata de una ruta escénica a través del desierto que sorprende con cerros de colores y montañas de formas excéntricas. Esta ruta contiene algunos de los paisajes más famosos de Salta: el Anfiteatro, la Garganta del Diablo, el Fraile, la Yesera, los Castillos, el Obelisco y el Sapo. Cada una, un espectáculo diferente. Se pueden hacer caminatas y cabalgatas pero hay que ir muy atento para no perderse de nada
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