¿Cómo era compartir la pasión por River con Spinetta?
Todos los Almendra vivíamos a pocas cuadras del estadio y teníamos una banda para ir los domingos. El Flaco Spinetta y yo éramos los más hinchas; Emilio y Edelmiro eran más simpatizantes, no le daban mucha bola. Con el Flaco íbamos mucho a la cancha y ya más de grandes nos juntábamos en su casa a ver los partidos. Como él era muy buen cocinero, armábamos el plan de ver a River en la tele y después cenar juntos. Nos quedábamos charlando mucho sobre fútbol y también jugábamos con otros músicos.
¿Mantuviste esa pasión a través de los años?
Yo me hice de River por el barrio y los amigos. En mi caso, no fue algo hereditario ni recibí influencia alguna porque mi viejo era gallego, y los gallegos eran de San Lorenzo o de Independiente, y él se hizo cuervo. El millo significó mucho para mi niñez y, sobre todo, para mi adolescencia. Ahí me hice socio, lo iba a ver siempre de local y, a veces, de visitante. Ahora sigo viendo los partidos, pero dejé de ser socio y perdí la gimnasia de ir a la cancha. Además, conseguir entradas ya se volvió un problema.
¿El hincha se puso más bravo también?
El hincha verdadero no cambió tanto en su sentimiento a través de los años. Sí hay una notable diferencia en el tema barras bravas, no tiene solución. Coparon la parada, dominan a los dirigentes y presionan a los jugadores; se transformaron en verdaderas organizaciones mafiosas. No tienen nada que ver con el tipo común que quiere a su equipo.
¿Imaginaste alguna vez esta época tan gloriosa?
La era Gallardo me parece maravillosa. Siempre lo admiré como jugador, pero como director técnico superó todas mis expectativas. Él y Ángel Labruna me parecen los mejores que tuvimos en la historia. Lo que más me gusta es cómo respetaron el paladar del hincha de River, transmitieron una mística contagiosa y le dieron prioridad a que sus equipos jugaran bien.
En tantos años de seguir a River habrás visto a cada uno…
Vi jugar a Labruna, a Walter Gómez, a Alonso, al Enzo, a muchas glorias. Mi equipo ideal sería: Amadeo Carrizo, Olarticoechea, Ramos Delgado, Passarella y Matosas, Loayza, un peruano número 8 al que no le podían sacar la pelota, Néstor Rossi y el Beto Alonso. Y arriba tres delanteros: Caniggia, el Enzo y Pinino Más.
¿Cómo viviste la final de la Libertadores con Boca?
Había quedado para juntarme con amigos a verlo en casa, pero no se dio, así que lo terminé mirando solo, acompañado con un vinito. Tenía una ansiedad inexplicable y disfruté muchísimo por toda la previa. El manoseo que hubo, que nos sacaran la localía y haber llenado el Monumental dos veces fue una locura que nunca más se va a repetir, y esa alegría no tiene precio.
Completá la frase
- Por Boca siento... el respeto lógico al rival de toda la vida
- El mejor River que vi fue... el de 1975, que salió campeón después de 18 años
- Cuando vengan las malas... habrá que ponerle el pecho como siempre; en eso tenemos cierta gimnasia a partir de haber sufrido el increíble descenso