Desde que el periódico Mundo Sportivo organizó los desfiles de escolas de samba en la Praça Onze, en 1932, la gran fiesta brasileña no ha parado de crecer. Hay más similitudes con el fútbol: una primera A y una primera B, con ascenso y descenso como en los campeonatos, y un fervor popular que justifica llamarla pasión de multitudes.
Posiblemente Mário Leite Rodrigues Filho haya hecho más por Brasil que muchos próceres, aunque sólo haya sido un periodista deportivo. A los amantes del fútbol y a quienes hayan ido al Maracaná en Rio de Janeiro seguramente les suene su nombre, porque el sitio lleva su nombre: Estádio Jornalista Mário Filho.
Muchos le adjudican haber inventado el periodismo deportivo, cuando fundó Mundo Sportivo, diario dedicado al deporte en 1931, pero pocos saben que fue este periódico el que patrocinó el primer desfile de escolas de samba. El 7 de febrero de 1932 desfilaron 23 escuelas de samba formadas por un centenar de bailarines, un encuentro que ya se promocionaba como "el mayor espectáculo de la Tierra".
La idea de Filho, basada en las notas que hacía su colega Carlos Pimentel a los sambistas durante la "temporada baja" del fútbol, fue darles a los cariocas algo que los entusiasmara entre diciembre y marzo. Así fue que organizó los desfiles de Carnaval como una competencia, esencia del deporte. Desde entonces, 28 escolas, divididas en 14 del Grupo de Acceso y 14 del Grupo Especial (se llamaron Grupo 1 y Grupo 2 hasta 1990), desfilan a lo largo de cuatro noches ante un jurado que las evalúa según reglas estrictas. Establece una tabla de posiciones y dos del Grupo de Acceso "ascienden" al Grupo Especial, y dos del Especial "descienden" al de Acceso.
Filho murió en 1966,pero seguramente estaría más que contento de saber que su idea se transformó en el mayor espectáculo de la Tierra, que Oscar Niemeyer construyó el Sambódromo Marquês de Sapucaí en 1984 y que hay una Cidade do Samba, en pleno centro de Rio, donde las 14 escolas del Grupo Especial tienen sus barracas.Allí construyen sus seis carros alegóricos y ornamentos y cosen más de tres mil trajes que usarán en un 90% sus "passistas", y venderán el 10% restante a turistas que desfilan con ellos.
Allí, algunas escolas, como Portela, reciben visitantes todos los sábados desde las 10 y comparten una feijoada al mediodía, finalizado el tour. Invitan a recorrer los talleres, a probarse los trajes de años anteriores, brindan una miniclase de samba y explican la composición y el funcionamiento de una escola.
Año a año, el desfile se organiza alrededor del "samba-enredo", que está a cargo del "carnavalesco" (similar al régisseur en una ópera) y del samba, compuesto a partir de un concurso que dura varios meses. En octubre todas las escolas ya tienen su samba oficial y la promocionan para que el público pueda cantarla en el Sambódromo.
Los primeros en desfilar son los de la "Comisión de frente", una veintena de actores y bailarines profesionales que realizan complejas coreografías dirigidas por un coreógrafo. Detrás de ellos, vienen los carros, con sus invitados exclusivos que samban arriba ("destaques"), y los "passistas" que van abajo, entre los carros.
Otras figuras relevantes son las dos parejas de Mestre de Sala (él) y Porta Bandeira (ella), que deben girar todo el tiempo mirándose entre sí, y la bandera no debe arrugarse ni tocar el cuerpo de ella en ningún momento. Por último, desfilan los 300 percusionistas conducidos por el mestre de batería y precedidos por otra figura importante, la Reina de Batería". Las figuras destacadas de las escolas son verdaderas celebridades, tapas de revista y estrellas de la televisión, que son tentadas cada año a pasarse de una compañía a otra, y a las que les llueven propuestas de trabajo.
Si la Cidade do Samba es la "fábrica de sueños", tal como dice en la puerta de la barraca de Portela, los ensayos se realizan en la "quadra" que cada escola tiene en el barrio que la vio nacer, y que funciona como un club social.
Desde que existe el Sambódromo, la Liga de las Escuelas de Samba estipula un tiempo máximo de 82 minutos para recorrer los 700 metros de la pista, y el cumplimiento de esto, como de tantas otras reglas, se suma a la evaluación estética.
En 2020, las 14 escolas del Grupo de Acceso desfilarán el 21 y el 22 de febrero, mientras que las del Grupo Especial lo harán el 23 y el 24, desde las 22.30. Y el martes 25 desfilarán nuevamente las 12 ganadoras. Ya están a la venta las entradas, cuyo precio oscila entre los 38 dólares la tribuna de cemento y los 1.200 dólares los camarotes para grupos de al menos 12 personas, con cena buffet, bebidas, camareros y servicio de seguridad.
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