Resuelven el secreto medieval del "jefe de seis cabezas" encontrado en Escocia
Un equipo de arqueólogos utilizó el análisis de muestras de ADN para desentrañar los secretos de los restos del apodado "jefe de seis cabezas" que fue hallado en una tumba de la Edad Media en Escocia.
El sepulcro fue encontrado, en 1997, en el pequeño pueblo de pescadores Portmahomack, en las Tierras Altas de Escocia, y contiene los restos de un hombre con una herida mortal de espada en el cráneo. El esqueleto fue enterrado junto a otras cuatro calaveras antes de que su tumba se volviera a abrir para enterrar a un segundo hombre, mientras que un tercer hombre fue sepultado cerca.
Las excavaciones demostraron que, en realidad, había dos esqueletos completos, uno puesto encima del otro. Uno de ellos tenía una horrible herida en la cara, ocasionada por una espada que le cortó los huesos y acabó con su vida. Se trata de una persona que tenía cerca de 40 años en el día de su muerte y una estatura inusual para la época: más de 1,75 metros. Por todo ello, los investigadores creen que era un destacado guerrero que cayó en el campo de batalla.
El otro cuerpo fue colocado años después en la misma tumba. La datación por radiocarbono reveló que ambos fueron enterrados entre finales del siglo XIII y comienzos del XIV. Y es aquí donde el análisis genómico aporta la información que no se podría conseguir de otra manera: el segundo sepultado resultó ser sobrino del presunto guerrero o su primo, según indicó la investigación realizada por el grupo de arqueólogos FAS Heritage publicada en Live Science.
El análisis comparativo del ADN de los restos con el extraído de las calaveras convierte al conjunto funerario en una tumba familiar, pero con una excepción. Uno de los cráneos pertenecía al padre del segundo hombre sepultado y, junto al mismo, yacía el de su madre, mientras que el cráneo de su abuelo se hallaba depositado al otro lado de la cabeza del nieto. Solo la cuarta calavera no encajaba en el patrón: pertenecía a una persona fallecida cientos de años antes, entre los siglos VII y IX.
La manera de enterrar a estas personas subrayando su linaje y su enlace familiar con un guerrero hace pensar a la investigadora Shirley Curtis-Summers que se puede tratar de un intento de "legitimar su sucesión al asumir el liderazgo de la comunidad". El grupo vivía en una "situación muy estresante, supuestamente estaba en tiempos de guerra", afirmó la arqueóloga. Después de la violenta partida de su líder, cree que les fue necesario "legitimar a quienes lo sustituyeron".
Mientras la identificación efectiva del guerrero y su sobrino (o primo) todavía no está completa, el estudio dejó en claro que ambos fueron enterrados junto al altar de la iglesia por méritos propios y que pertenecer a ese linaje era un orgullo para sus descendientes.
Los métodos contemporáneos de análisis refutan una de las principales hipótesis iniciales que se plantearon sobre este insólito entierro del "jefe de seis cabezas". En un primer momento, se suponía que los restos del personaje principal pertenecían a uno de los protagonistas de la batalla de Tarbat, librada cerca de ese lugar entre dos clanes escoceses en 1480. Sin embargo, la muerte llegó a todos los sepultados al menos un siglo y medio antes de esa fecha, por lo que esa conjetura fue descartada.
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