Atajate
“Este producto no ha sido desarrollado para niños menores de 36 meses”. Los postrecitos de las marcas más conocidas tienen esta leyenda en letras minúsculas y en lugares insólitos. Parece más una estrategia ante posibles demandas que una preocupación por la salud. ¿De qué se atajan? ¿No huele muy mal?
Azúcar por todas partes
Aunque es imposible encontrar la información sobre la cantidad de azúcar que tiene cada envase, el listado de los ingredientes está plagado de sinónimos y equivalentes. De todos los que aparecen, ninguno es inofensivo.
El hiperpolémico jarabe de maíz de alta fructosa es el más utilizado para las versiones “Light” o “Sin azúcar” o “Saludables”. Otros endulzan con aspartamo, un producto del que se sospecha fuertemente que es cancerígeno. Otros tienen Acesulfame-K, al cual se lo relaciona con tumores renales. Muchos postres contienen maltodextrina, una mezcla de polímeros de glucosa. Es decir, un endulzante artificial muy utilizado como suplemento deportivo, cuyas moléculas son rápidamente metabolizadas en el organismo humano, lo que puede generar un pico de insulina en la corriente sanguínea.
Maldito Marketing
Los postrecitos incurren en un doble engaño: a los niños los convoca el marketing de animalitos y personajes y a los padres, los anuncios saludables como “Fortificado con vitaminas”, un agregado que de ningún modo eclipsa el hecho de que son una bomba de azúcar y almidón.
Carragenina
La carragenina está prohibida en muchos países por la fuerte sospecha de que facilita la aparición de cáncer. No es fácil en nuestro medio encontrar postrecitos sin este aditivo.
Para pensar
¿Es necesario darles a los chicos una crema muy dulce con confites de chocolate? ¿El postrecito no es suficiente premio? De paso, los confites están recubiertos con colorantes ultraperjudiciales, como el azul brillante FCP y el amarillo ocaso FCF.
Opción frutal
Hacé un puré con dos paltas. Agregales el jugo de media naranja y una cucharadita de azúcar mascabo o miel. Procesá o batí todo. Ponelo una hora en heladera y disfrutá de un verdadero postre alimento.
Opción chocolatera
Receta del blog de Kiako the Cook, amiga de la casa. Disolvé 4 cucharaditas de almidón (kuzu o maicena) en media taza de leche y reservá. Mezclá ahora otra taza y media de leche, con ¼ taza de cacao amargo, y ponelo al fuego revolviendo todo el rato. Antes de que hierva, agregá la leche con el almidón y dejá que hierva unos 4 minutos, siempre revolviendo. Endulzá con miel, azúcar mascabo o stevia. Cuando esté tibio, servilo en moldes y a la heladera.
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