Perdieron todo. Una agencia de viajes estafó a cerca de 20 contingentes de egresados
La empresa Eilat Viajes y Turismo incumplió los contratos de al menos 2000 estudiantes que terminaron la primaria de diferentes escuelas del país y ahora les exigen pagar un nuevo viaje si quieren ir a Villa Carlos Paz
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Chicos de sexto y séptimo grado de unas veinte escuelas del país, que tenían la ilusión de cerrar un ciclo ya de por sí complicado no podrán hacerlo. Su viaje de egresados, que se frustró el año pasado, parece que tampoco podrá hacerse este año. Según denuncian los padres son víctimas de una gran estafa: pagaron todo, hasta el último centavo y se quedaron sin nada.
Los dardos apuntan contra la agencia cordobesa Eilat Viajes y Turismo, que cobró los viajes íntegramente, en efectivo o en cuotas que se terminaron de pagar el año pasado, de sumas de entre veinte mil y treinta mil pesos por viaje. Se estima que son aproximadamente unos dos mil egresados afectados, más sus acompañantes.
Las alarmas se encendieron entre los diversos grupos de padres a partir de agosto de este año, cuando con la vacunación avanzada, las condiciones ya dadas para viajar y la inminente luz verde del Ministerio de Turismo para concretar los viajes postergados, los padres intentaron ponerse en contacto con la agencia Eilat o sus responsables, Susana Becerra, que figura como titular, o Bernardo “Lalo” Goldberg, su cara visible, en todos los casos, infructuosamente.
“Ahí fue cuando comenzaron las dilaciones, los vacíos y los teléfonos dormidos. Cuando frente a las insistencias, enojos, impotencias, angustias e indignaciones, nos cambiaron las reglas del juego. Nos incumplieron el contrato. Ya no tenían nada precontratado. ¿En qué momento pasó Eilat de tener todo precontratado al 100%, a no tener nada? Descubrimos también que no teníamos el contrato de Cuota Cero asegurado por los servicios reales contratados”, resumen los padres y madres damnificados en el blog www.viajedeegresados.webnode.com/-que armaron para recoger las denuncias y donde se relata un modus operandi muy similar en la mayoría de los casos.
“Ahí fue cuando comenzaron las dilaciones, los vacíos y los teléfonos dormidos. Cuando frente a las insistencias, enojos, impotencias, angustias e indignaciones, nos cambiaron las reglas del juego. Nos incumplieron el contrato. Ya no tenían nada precontratado. ¿En qué momento pasó Eilat de tener todo precontratado al 100%, a no tener nada? Descubrimos también que no teníamos el contrato de Cuota Cero asegurado por los servicios reales contratados”
La Cuota Cero es la que, por ley, sirve como seguro en caso de que las agencias entren en quiebra o situaciones similares que afecten la realización del viaje. Los padres la pagan a la agencia, que debería depositarla directamente, a través de un aplicativo, en el Bice, la empresa de fideicomisos del Banco Nación, que fue creado especialmente para fideicomisos de la administración pública nacional. En este punto radica, quizás, el mayor problema y el motivo del posible fraude, ya que la empresa habría cobrado las cuotas cero, pero no las habría cargado en sistema del Bice.
En noviembre del año pasado, el Ministerio de Turismo y Deportes dictó una resolución -498/2020- en la que se manifiesta que en la reprogramación de los viajes de egresados, las agencias de turismo deben respetar la estacionalidad, la calidad y los valores de los servicios que hayan sido reprogramados y que, a su vez, deben mantener vigentes las cláusulas pactadas en los contratos originales. Que deben hacerse dentro de los doce meses posteriores a las medidas restrictivas de circulación y que deben brindar dos fechas e itinerarios alternativos en un plazo de sesenta días de levantadas las medidas. También regula las cancelaciones. En estos casos, las empresas pueden realizar una quita de hasta un 25%, o sea devolver el 75 por ciento, y hasta en dos cuotas, la primera a abonarse a los treinta días de solicitado el reintegro.
Ilusiones y decepciones
“Ellos tenían la ilusión de viajar. El año pasado tuvieron la decepción de no poder hacerlo, era la oportunidad de reencontrarse con sus compañeros de la primaria. Esto es un mazazo. Estamos tratando de digerirlo, porque es terrible”, se lamenta Gabriel Falconier, padre de Carla, del colegio Galileo Galilei. Ellos tenían contratado un viaje a Tanti, Córdoba, por siete días y seis noches con hotel, excursión y pasajes de avión por la suma de treinta mil pesos. En octubre del año pasado firmaron una adenda con el representante de Eilat, Bernardo Goldberg, para viajar en diciembre de 2021. En julio intentaron contactarse para planificarlo, y nadie les contestó. En octubre, les dijeron que habían vendido la cartera de clientes a la empresa UpGrade, pero en UpGrade les dijeron que ellos no tenían nada que ver, que hablen con Eilat. “Empezaron los dimes y diretes, hasta que conseguimos una reunión por zoom con Goldberg. Nos dijo que por la pandemia no operarían más desde agosto. Que si queríamos viajar deberíamos abonar 15.500 pesos por un viaje terrestre por cuatro días y tres noches, sin liberados y con menos excursiones.”
Todo comenzó en 2019
Fue para viajar, como es usual, un año después, algo que no fue posible. “Siempre nos manifestaron que sigamos pagando las cuotas, que los servicios estaban todos contratados y que iban a cumplir al 100% con las prestaciones. Así fue que continuamos pagando y confiamos. La base de todo contrato es la confianza. Todos atravesamos situaciones adversas en la pandemia, por lo cual, hicimos el gran esfuerzo y cumplimos con nuestra parte del trato. Llegado el momento de entablar reuniones para que nos informaran cómo se iba a hacer operatorio nuestro viaje, no nos contestaban los teléfonos. Luego nos enviaron una nota diciendo que cedían la cartera a la agencia Upgrade y que Eilat iba a monitorear el seguimiento y cumplimiento. Upgrade nunca se contactó, y frente a mails enviados a Upgrade, nos derivaron a Eilat y a Super Tour. Eilat, luego de insistentes llamados, nos brindó una reunión por zoom con un empleado, el cual nos dijo que nuestro contrato se reducía de siete a cuatro días, que el viaje no era por avión sino por micro, que los liberados, mellizos y padres acompañantes no estaban incluidos en la contratación. Frente a tan abusivos ofrecimientos, le solicitamos que pudieran acercarse más a una propuesta que reflejara calidad y servicio de lo que habíamos contratado”. Este relato volcado en el blog es similar al que narran los tres padres consultados por LA NACION. En líneas generales denuncian que les quieren cobrar nuevamente el viaje, y a quienes piden la cancelación no les están devolviendo el dinero como obliga la resolución del Ministerio de Turismo. En el medio, un grupo grande de preadolescentes ven como se les escurre de las manos la posibilidad de cerrar un ciclo, entre manoseos, pases de factura e intermediarios dudosos.
“Siempre nos manifestaron que sigamos pagando las cuotas, que los servicios estaban todos contratados y que iban a cumplir al 100% con las prestaciones. Así fue que continuamos pagando y confiamos. La base de todo contrato es la confianza. Todos atravesamos situaciones adversas en la pandemia, por lo cual, hicimos el gran esfuerzo y cumplimos con nuestra parte del trato”
“El tema es la ilusión de los chicos”, se lamenta Verónica Cuitiño, madre de Sofía, ex alumna del Instituto Nuestra Señora del Huerto, que ahora cursa primer año en otro colegio. Como el resto, firmaron contrato en 2019 para viajar en el 2020, y en octubre del 2020, les hicieron firmar una adenda para viajar en noviembre de 2021. El viaje era también a Tanti, con todas las excursiones incluidas, para un contingente de 65 personas, que habían pagado 32 mil pesos cada alumno, mientras que los padres acompañantes habían pagado el cincuenta por ciento de la suma. Promediando agosto, al no tener novedades, y escuchar que a otras escuelas les pasaba lo mismo, intentaron comunicarse con la empresa, pero nadie les contestó y presentaron la denuncia en el Ministerio de Turismo. Finalmente, tuvieron una reunión con un representante de la firma Up Grade, quien les pidió 18 mil pesos por un viaje de tres días y cuatro noches. “No lo aceptamos, no era lo pactado en la adenda. Además, se perdían los viajes de los padres que habían pagado el precio inicial al cincuenta por ciento, como estaba estipulado, y tampoco reconocían el dos por uno, como el caso de unas mellizas. Así que resolvimos esperar, y presentar la denuncia. Ahora estamos viendo de iniciar acciones legales o pedir la cancelación, porque nos tienen que devolver el 75 por ciento. Pero el dueño, Goldberg, dijo que ellos no están en condiciones de devolverlo -denuncia Cuitiño-. Los chicos no saben que hacer, algunos pueden pagar, otros no, y eso es injusto. En medio de la pandemia fuimos cubriendo las cuotas de los que no podían pagar, porque si no se pagaba una cuota, el plan de pagos se suspendía. Y las familias nos esforzamos mucho para que ningún plan se cayera”.
“Esto es jugar con los sentimientos de los nenes”, dice Claudia Aliaga, que es mamá de Jazmín, quien cursó sexto grado en la escuela María Auxiliadora de Avellaneda. Al igual que los otros padres relata los pormenores del acuerdo incumplido. En junio de 2019 firmaron el contrato, y pagaron, como el resto, la cuota cero. En septiembre de 2020 les reprogramaron para noviembre de 2021, a través de un acuerdo firmado con un representante de la firma Eilat. En agosto de este año, recibieron una circular de la agencia que decía que dejaban de prestar servicios y que la empresa UpGrade se haría cargo. “Tuvimos un zoom con alguien de Upgrade. Nos mintieron tratando de que pagáramos 18 mil pesos por el viaje, pero al mismo tiempo en Upgrade dicen que no saben nada”. El viaje era a Villa Carlos Paz, y habían pagado 22 mil pesos por cinco días y cuatro noches con estadía en el hotel Howard Johnson, y las excursiones. “La empresa Eilat dice que el noventa por ciento de la gente ya viajó. Nosotros tenemos contados dieciséis colegios que aún no han viajado. ¿Cuántos viajes vendieron, más de dos mil? Además, nos dijeron que teníamos que firmar un contrato desligando a Eilat de toda responsabilidad. Somos tontos pero no tanto. Parece el cuento del tío. Al ministerio les llegaron millones de denuncias de esta empresa. Jazmín está muy triste, era la despedida de sus amigos de primaria. No queremos que nos devuelvan el dinero, queremos que nos devuelvan el viaje que les prometieron. Para que puedan tener su cierre de ciclo y que no les quede un mal recuerdo, ya tuvieron suficiente con la pandemia”.
Ante las denuncias, LA NACION consultó con el Ministerio de Turismo, que respondió vía mail a través de la Dirección Nacional de Agencias de Viajes: “En 2020 el congreso dictó la LEY DE SOSTENIMIENTO Y REACTIVACIÓN PRODUCTIVA DE LA ACTIVIDAD TURÍSTICA NACIONAL, Ley 27.563, que estableció la forma en la que los turistas podrían solicitar la reprogramación o devolución de los viajes ya contratados. El ministerio entonces dictó la Resolución 498/2020, que reglamentó con el mismo criterio el caso especial de Turismo Estudiantil. En este contexto, aun dentro de los plazos de la Resolución 498, el ministerio empezó a recibir algunas denuncias contra la empresa Eilat por falta de comunicación, irregularidades en la acreditación de Cuota Cero, devolución del dinero y reprogramación de viajes. A partir de ello, el ministerio dio de baja su certificado para operar en turismo estudiantil, lo que la obliga a cumplir con sus compromisos, pero le impide realizar nuevas contrataciones, hasta que se determine en las investigaciones sumarias que se encuentran en curso si hubo incumplimientos, y si hubo fraude respecto al pago de la Cuota Cero”.
Ayer, finalmente, la licencia de la agencia Eilat fue suspendida y su sitio web dado de baja mediante una disposición oficial del Ministerio de Turismo.
Respecto a la activación de la Cuota Cero, para el pago del viaje en caso de que la empresa finalmente no responda, desde la cartera nacional explicaron: “Para ello la norma estableció causales objetivas de incumplimiento que deben demostrarse a través de un proceso sumario. Esos sumarios se encuentran en curso y tienen un procedimiento que hay que respetar para evitar nulidades: la empresa tiene oportunidad de hace su descargo, incluso revertir su situación y cumplir; y los denunciantes de sumar documental y hacer seguimiento del proceso. Es muy importante que lo hagan puesto que en muchos casos interponen una denuncia parcial, que para avanzar requiere información complementaria. En caso de que se compruebe el incumplimiento a las normas se puede accionar el fondo de fideicomiso para solicitar el reintegro del básico o la reprogramación del viaje por otro fiduciante, es decir, otra agencia. En ese marco se citó al titular de la empresa, se puso en su conocimiento de las denuncias en su contra, se le informó de las normas a las que debe dar cumplimiento, y se le requirió la colaboración para que brinde un total de damnificados, información que a la fecha la empresa no ha puesto a disposición. En esta etapa, si bien todavía estamos dentro de los plazos de la Resolución 498°, por la cantidad y calidad de las denuncias, y dado que la agencia no está respondiendo los traslados, ni entregando la información requerida, nos encontramos trabajando para brindar una solución global”.
El miércoles, finalmente, la licencia de la agencia Eilat fue suspendida y su sitio web dado de baja mediante una disposición oficial del Ministerio de Turismo. También establece que deberá dar cumplimiento a las obligaciones contraídas hasta la fecha.
LA NACION consultó a Berbardo Goldberg, quien aseguró que tiene la intención de lograr que viajen todos los grupos. “Nunca tuve la intención de tener problemas, hace 23 años que estoy con la agencia, siempre hicimos las cosas muy bien. La pandemia nos pegó un palo fuerte, nos pegó muy mal. La inactividad, con los costos que tiene la empresa, sustentarlo durante tanto tiempo hizo que terminemos de esta manera. Estoy gestionando todo lo que pueda para lograr que todos los pasajeros de Eilat puedan viajar o tener sus devoluciones, que también hemos hecho, y venimos haciendo pero es muy complicado económicamente. Pero no hemos podio completar todo porque realmente estamos en una situación económica terrible. Mantener una empresa de la envergadura de Eilat, con producción cero, o muy poquita, es muy complicado. Nos quedan solo dos mil pasajeros que no pudieron viajar, el 12 por ciento de lo vendido, el resto se acomodó todo”, afirma Goldberg. Aunque claro, los que viajaron volvieron a pagar una importante diferencia de dinero.
Los chicos siguen perdidos en el laberinto de trámites, posibles intenciones y procesos ministeriales; quizás nunca puedan cumplir el sueño del viaje, que sus padres pagaron con esfuerzo.
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