Pascua 2023: ¿qué pasó en el Jueves Santo?
Este día de la Semana Santa recuerda la jornada previa a la detención de Jesús, con eventos como la Última Cena, la institución de la Eucaristía y el rezo de Cristo en el huerto de los Olivos; qué significa cada día de este período de reflexión cristiano que antecede a la Pascua
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El Jueves Santo, una de las jornadas que anteceden al Domingo de Pascua, y que —como los otros días de la Semana Santa— está cargado de referencias que provienen de la Biblia.
Esta extensa fiesta litúrgica comienza el Domingo de Ramos. En este tiempo, los fieles recuerdan la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, a donde llegó luego de que comenzó a circular la noticia de que había hecho milagros. Por eso, muchos lo consideraban como el profeta e hijo de Dios. Una vez que llegó a la ciudad santa, sumó aún más fieles al realizar curaciones milagrosas de enfermos y otras demostraciones de su poder divino, acompañado de sus 12 apóstoles.
La Biblia cuenta cómo la popularidad de Jesús y su doctrina ponían en jaque al Sanedrín, el consejo de ancianos del pueblo de Israel. Estos constituían las máximas autoridades del pueblo hebreo, ya que oficiaban a la vez como sacerdotes y jueces, pero estaban subyugados a la dominación romana en el tiempo de estos acontecimientos. Ambas partes estaban interesadas en la detención de Cristo, que contradecía abiertamente sus preceptos y había protagonizado episodios disruptivos para su orden establecido, tal como la expulsión de los mercaderes del templo.
Por eso, buscaron la manera de llegar hasta él y la encontraron en un evento que se rememoró el Miércoles Santo. Fue el acuerdo entre los ancianos y Judas Iscariote, uno de los discípulos de Jesús, que prometió entregarlo a las autoridades romanas a cambio de 30 monedas de plata, luego de la reunión por la Pascua judía, que sería conocida posteriormente como la Última Cena.
Este evento fue organizado por Cristo como una manera de despedir a sus apóstoles, ya que —como señala el texto religioso— era consciente del destino que lo esperaba en la cruz. También estaba al tanto del acuerdo de Judas, tal como se lee en el Evangelio según San Mateo: “Llegada la tarde, [Jesús] se puso a la mesa con los doce discípulos, y mientras comían les dijo: ’En verdad les digo que uno de ustedes me entregará'. (...) Tomó la palabra Judas, el que iba a entregarle, y le dijo: ‘¿Acaso soy yo, Rabí? Y él respondió: ‘Tú lo has dicho’”.
Durante la comida, Jesús instituyó la eucaristía, uno de los sacramentos fundamentales de la religión cristiana: “Mientras comían, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y, dándoselo a los discípulos, dijo: ‘Tomad y comed, este es mi cuerpo. Y tomando un cáliz y dando gracias, se lo dio, diciendo: ‘Bebed de él todos, que esta es mi sangre de la alianza, que será derramada por muchos para remisión de los pecados’”. El profeta concluyó este momento con la famosa frase: “Yo os digo que no beberé más de este fruto de la vid hasta el día que lo beba con vosotros de nuevo en el reino de mi Padre”.
Además, en la noche del Jueves Santo, Jesús fue a rezar al huerto de los olivos, también llamado Getsemaní, donde el hijo de Dios para los cristianos fue, con algunos de sus apóstoles y mostró su costado más humano al inquirir a su Padre si era posible que no se llevara a cabo su crucifixión.
El Evangelio según San Mateo narra esta escena: “Entonces vino Jesús con ellos a un lugar llamado Getsemaní y les dijo: ‘sentaos aquí mientras yo voy a orar’. (...) Comenzó a entristecerse y angustiarse. Entonces les dijo: ‘Triste está mi alma hasta la muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y adentrándose un poco se postró sobre su rostro, orando y diciendo: ‘Padre mío, si es posible, pase de mi este cáliz; sin embargo, no se haga como yo quiero, sino como tu quieres’”.
Al aceptar su destino inminente, se juntó nuevamente con los discípulos y dijo: “Dormid ya y descansad, que ya se acerca la hora y el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. Levantaos, vamos, ya llega el que va a entregarme”. Mientras hablaba, apareció Judas, a quien antecedía —oculta— una gran turba compuesta por los príncipes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo. A este grupo le había dado una señal que se convirtió en una referencia de la cultura occidental: besaría a Jesús para señalar su identidad y que pudieran detenerlo.
Entonces, se acercó a Cristo, quien luego de recibir el beso de la traición, le dijo: “Amigo, ¿a qué vienes?”. Acto seguido, aparecieron sus detractores y lo detuvieron. En ese momento, uno de los que estaba con Jesús tomó una espada e hirió la oreja de uno de los agresores, a lo que el profeta le contestó con otra frase memorable: “Vuelve tu espada a su lugar, pues quien toma la espada, a espada morirá”. Convencido de que su sufrimiento era necesario para cumplir la profecía, se entregó a sus captores para ser juzgado, lo que se recuerda en el Viernes Santo.
Semana Santa: ¿qué se celebra cada día?
- Domingo de Ramos: en esta jornada, que da inicio a la Semana Santa, se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén. Aquel día, el pueblo le dio la bienvenida aclamándolo y agitando ramas de olivo para saludar a quien consideraba “el hijo de Dios” o “el Mesías”. Es por eso que, en esta fecha, los feligreses suelen llevar ramas de este árbol a misa para que sean bendecidas y guardarlas, luego, en su casa el resto del año.
- Lunes, Martes y Miércoles Santo: durante estos días, se conmemoran las buenas obras y milagros que realizó Jesús, así como los momentos previos a su detención y posterior enjuiciamiento.
- Jueves Santo: se rememora la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, como gesto de despedida. Durante este encuentro, Jesús estableció la Eucaristía, al bendecir el pan y el vino, y decirle a sus apóstoles que por medio de estos elementos recibirían su cuerpo y su sangre. Al terminar, Jesús fue a rezar al Huerto de los Olivos para prepararse para lo que vendría. Allí lo fueron a buscar para aprehenderlo.
- Viernes Santo: se recrea la Pasión de Cristo mediante un Vía Crucis, que en latín significa “el camino de la cruz”.
- Sábado Santo: se trata del día que pasó entre la muerte y la resurrección de Jesús. Esta jornada está dedicada especialmente a la Virgen María, quien padeció la muerte de su hijo. Además, es un día de esperanza por la promesa que había realizado Jesús al decir: “Al tercer día resucitaré de entre los muertos”.
- Domingo de Pascua: se recuerda el momento en que Jesús resucitó y, por ello, es la fiesta más importante para los cristianos.
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