Estaba en pleno microcentro, justo frente a la iglesia de San Miguel Arcángel, y a pocos metros del Palacio San Miguel. Esa esquina, la de Suipacha y Bartolomé Mitre, se mantiene más o menos como entonces. Pero la Casa de Baños de los doctores Carrera, Leiguarda y Carrasco no corrió la misma suerte.
Se inauguró como sanatorio modelo en 1902. No fue el primero en su tipo. Muy cerca, en la calle Piedad 96 (actual Bartolomé Mitre) había abierto, en enero de 1883, la casa "La Argentina". Las casas de baños eran un descubrimiento en la ciudad. Decía Galarce en su Bosquejo de Buenos Aires (1886): "Aconsejados los baños con mucha frecuencia por los médicos, despertó del letargo una nueva industria que ha venido a satisfacer una necesidad muy sentida a pesar de la proximidad del río que nos cerca".
Carrera, Leiguarda y Carrasco, los tres médicos fundadores, ya estaban asociados en un emprendimiento del tipo situado en calle Belgrano 1038. Pero la obra que emprendieron en Suipacha 60 fue una apuesta de magnitud. Según la publicación española La Ilustración Artística (1902) la inversión superó el medio millón de pesos moneda nacional. El arquitecto español Antonio Menéndez hizo que, con excepción de los mosaicos –que eran importación valenciana del celebrado Nolla–, todo el resto fuera realizado dentro del propio edificio.
Decía entonces que "la fachada, como el interior, es árabe puro con reminiscencias mudéjares. El pórtico, el grandioso arco, los ajimeces, las ménsulas, el balcón central, las ventanas (…), las leyendas en signos arábigos, los azulejos, forman admirable conjunto de grandiosa majestad. El peristilo y portada con su doble arco recuerdan la soberbia hermosura de la mezquita cordobesa".
José María Carrera había nacido hacia 1854 en Regules, un pueblo próximo a Santander. Ramón Leiguarda Alonso (1858) era de Oviedo. Ambos eran muy reconocidos en la comunidad española local. El primero se casó con Matilde Degreef Stiefkens y tuvo 15 hijos (uno de ellos se desempeñó como médico en Azul), el segundo perteneció a una familia de larga tradición médica (el sanatorio fue heredado por su hijo Claudio V. Leiguarda, su nieto Ramón Héctor fue doctor en química y su bisnieto Ramón Carlos fue presidente de Fleni durante más de 30 años). Pedro Carrasco, por su parte, era nieto de Pedro Buenaventura Carrasco, quien participó como médico en las invasiones inglesas y fue cirujano mayor del Ejército del Norte, bajo las órdenes de Manuel Belgrano. Los tres compraron juntos, en 1906, lotes contiguos –33, 34 y 35, respectivamente– en la Península Valdés.
Estilo morisco
El Palacio Árabe comprendía una casa de baños y un sanatorio. La primera estaba divida en una sección para hombres y otra para mujeres, con entradas independientes. A su vez, estaban subdivididas en dos: un área para baños higiénicos y otra para baños medicinales, supervisados por los facultativos. Los muros filigranados estaban cubiertos con encaje, mármoles y azulejos.
Según La Ilustración Artística, "de toda la obra, lo más genial, es el espacio que media entre el peristilo y el vestíbulo: allí el artista desplegó toda la poética riqueza de su fantasía que luego fue distribuyendo por todo el interior". Menciona también una cascada que cae sobre una piscina, un gabinete de bañeras y dos templetes sostenidos por ligerísimas columnas.
Decía La Nación en 1903. "Se ingresa por una antecámara donde los cirujanos cambian su ropa por la desinfectada del establecimiento (…): Hay allí dos grandes estufas que son en la materia la última expresión científica. Una que alcanza elevadas temperaturas por el vapor y la presión, y la otra para desinfección por vehículo de la ebullición." Ofrecía baños romanos, turcos, medicinales, rusos y duchas de luz eléctrica y de aire comprimido.
Cuenta Ángel Carrasco, sobrino del doctor Carrasco, en su libro Lo que yo vi desde el 80: hombres y episodios de la transformación nacional que Hipólito Yrigoyen era un muy estimado cliente de la Casa de Baños y que, si bien había dejado de concurrir asiduamente cuando asumió la primera presidencia, recibió de inmediato a Guarino, el pedicuro de esa institución, al enterarse de que estaba preocupado porque su hermana no encontraba un puesto estable como maestra.
Yrigoyen no sólo colocó como directora de una escuela a la hermana del pedicuro, sino que habría dicho "Mándeme con Crovetto (ex gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente del Banco Hipotecario Nacional, y compañero de Yrigoyen en la Casa de Baños) una lista de los parientes que precisan empleo".
El doctor Carrera falleció en 1934, y la "Casa de Baños Palacio Árabe y Clínica Quirúrgica Suipacha" –tal como era su razón social por entonces–, se disolvió hacia 1946. El edificio fue demolido.
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