Nochebuena mortal: la historia del brutal ataque de una orca a su entrenador
El 24 de diciembre de 2009, el entrenador de animales oceánicos Alexis Martínez fue asesinado por Keto, una orca a la que había adiestrado durante años. El brutal ataque ocurrió en el complejo acuático Loro Parque de Tenerife, en las Islas Canarias de España.
Keto, que tenía 14 años y nunca había nadado en el mar, atacó a Martínez durante el entrenamiento de Nochebuena. La ballena había vivido los últimos tres años en el parque acuático de Tenerife, pero antes había viajado de país en país dando espectáculos. La orca y su entrenador se conocían muy bien, y Martínez tenía una confianza ciega en el cetáceo.
Pero algo falló esa tarde. Según el periódico británico Mirror, algunos compañeros del entrenador recordaron que la orca comenzó a portarse de un modo extraño. Contaron que Keto se ubicó entre Martínez, que nadaba en el tanque, y la plataforma fuera del agua. Como si bloqueara el paso de la que sería su víctima mortal. Además, no había realizado ninguno de los movimientos que siempre solía hacer bien.
Cuando comenzó la parte submarina del entrenamiento, Martínez, de 29 años, comenzó a nadar y Keto se acercó a él por encima y lo empujó hacia el fondo del tanque. Los demás entrenadores intentaron detener al animal pero este los ignoró. Finalmente, Keto salió a la superficie con el adiestrador en la boca. La abrió y el cuerpo de Martínez se hundió hasta el fondo.
Los demás entrenadores intentaron llevar a la orca hacia otro tanque. Y cuando lo lograron, buscaron a Martínez pero no había nada que pudieran hacer porque ya estaba muerto. La autopsia reportó heridas graves, múltiples fracturas y desgarros en órganos vitales.
Otro ataque de una orca en un parque acuático
Dos meses después del brutal ataque de Keto a Martínez, los espectadores del parque SeaWorld en Orlando (Estados Unidos), fueron testigos de otro incidente mortal cuando Tilikum asesinó a su entrenadora, Dawn Brancheau.
La víctima, especialista en comportamiento animal, era la entrenadora con mayor rango y experiencia dentro del parque. El diario inglés cuenta que Brancheau y Tilikum tenían un lazo especial. Y según recordaron sus compañeros, la entrenadora y el animal tenían un muy buen vínculo.
En ese fatídico día, Brancheau salió del tanque y se acostó en la plataforma junto a Tilikum, con el que había pasado horas de entrenamiento. Hasta que de repente, la orca la mordió en el hombro y la arrastró hasta la profundidad donde comenzó a jugar con el cuerpo de la entrenadora. El ataque fue brutal: el brazo de Brancheau se separó de su torso y la piel de la cabeza quedó en el fondo del tanque.
La ballena asesina continuó jugando con el cuerpo de Brancheau y se resistió a soltarlo. Los otros entrenadores intentaron distraer al animal con comida pero no tuvieron éxito. Finalmente, lograron hacer que nadara hacia otro tanque más pequeño, donde pudieron calmarlo y Tilikum soltó el cuerpo.
Según la autopsia, la orca rompió la columna vertebral de la entrenadora, también varias costillas y la mandíbula. Las causas de la muerte fueron el ahogamiento y el trauma físico de los golpes. Luego del incidente, el cetáceo pasó el resto de su vida en un tanque de contención, inmóvil y fuera de la vista del público hasta que murió en 2017.
Cuatro años antes de los ataques, Brancheau había denunciado los peligros del trabajo con ballenas asesinas. Y seis años después de su muerte, SeaWorld anunció que terminaría su programa de cría de orcas en cautiverio. La empresa reorientó su actividad hacia tareas de conservación de la fauna marina.
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