No solo a las drogas: por qué deberíamos repensar la idea de ser adictos
Es muy frecuente encontrarnos en la clínica con una serie de patologías que podríamos agrupar en lo que se llama "patologías narcisistas" o "patologías del vacío", que muestran fallas similares. Entre ellas encontramos las adicciones en todas sus variables. Adicciones a drogas, a conductas o a vínculos de dependencia.
La cultura actual propone, desde sus características de consumo, la posesión de objetos externos que tranquilicen, valoren y resuelvan necesidades. Propio de esta era de consumo, también conocida como era digital, es que los tiempos de la vida de hoy son otros que los de antes, y lo que importa y se destaca no coincide con lo que era épocas atrás. Vivimos en la era de la inmediatez, con el mundo al alcance de las manos, globalizados, frente a dispositivos electrónicos que nos dan respuestas de modo urgente, situación que, poco a poco, va modificando el comportamiento del ser humano. La frustración no se tolera y la angustia no se elabora, y se intenta neutralizar mediante el consumo de drogas, compras, alimento, hiperactividad, entre otras. Es decir, mediante la incorporación de un objeto exterior que llene un vacío psíquico que no se puede elaborar. Más allá de esta facilitación, un estudio más profundo del tema nos lleva directamente a la observación del individuo, que inmerso en una sociedad de consumo, en algunas ocasiones se vuelve adicto y en otras no.
Existen teorías que describen el fenómeno adictivo como el intento de sobrellevar una vida afectiva difícil de soportar, sea por insuficiencia de capacidad para hacerlo o por enfrentarse a situaciones de vida con conflictos que exceden al sujeto. Aquí las drogas alivian el sufrimiento, el sentimiento de vacío, la ansiedad o la depresión, calman o activan, aunque más no sea temporalmente mientras dura el efecto de la sustancia consumida. Se trataría así de una intolerancia de los afectos que mediante el uso de la sustancia se intenta remediar.
Deudas de la infancia
Otro grupo describe el fenómeno adictivo como partiendo de fallas en los vínculos primarios del sujeto. Esto se refiere a la relación con su madre o sustituto en los primerísimos años de vida, modelo de vínculo que cada individuo repetirá en la conformación de los vínculos posteriores y en el modo en el que elija vivir. La conformación del psiquismo comienza en los primeros momentos de la vida, en el encuentro con el mundo al nacer. En este encuentro es fundamental la asistencia que ofrece la madre (o su sustituto), indispensable para que el niño pueda sobrevivir. Es característica del ser humano nacer indefenso y necesitar asistencia ajena, sin ella no podemos sobrevivir. Aquí se establece el vínculo primario con la madre. El modo en que esta relación se dé será la base de la personalidad del sujeto adulto. Cuando las cosas suceden suficientemente bien, el sujeto se constituye adecuadamente obteniendo las herramientas necesarias para atravesar la vida de un modo saludable. Cuando esto no es así se dan distintas patologías psíquicas que encontramos en los individuos adultos, entre ellas, las adicciones.
Desde esta lectura, la adicción se da partiendo de fallas en el vínculo primario, sea por exceso de presencia de la madre frente a las necesidades del bebé, o por su ausencia. Cuando es por exceso, entendemos la utilización de sustancias como una rememoración de una etapa anterior de plena satisfacción, como si el sujeto quedara fijado a un tipo de relación que gratifica excesivamente sin dejar lugar a que se genere el vacío necesario para que vuelva a surgir la necesidad/deseo. Y así es utilizado el "objeto droga" (que sería un sustituto materno en la adultez) como un objeto que llena un vacío que no se puede tolerar. Cuando es por ausencia, entendemos que se crea entre el sujeto y el "objeto droga" una relación de presencia que sólo es manejada por el sujeto, quedando el objeto a plena disposición de él. Relación que pretende reparar el daño producido por la ausencia de la madre en la época temprana de la niñez. De este modo el objeto (droga=madre) está presente o ausente a voluntad del sujeto. Sólo de él depende la relación.
Al considerar las fallas en el vínculo primario, cabe destacar que para que finalmente aparezca la patología debe fallar también la función paterna, que es igualmente estructurante del psiquismo del sujeto, y que tiene como principal misión la instauración de la ley a través de la interferencia en la díada madre-hijo.
Al hablar de adicciones no sólo se trata de sustancias tóxicas con las que el sujeto se puede relacionar. Encontramos patologías adictivas relacionadas al juego, a la comida, al deporte, a la imagen, a las redes, al trabajo, al gasto compulsivo de dinero, a las compras, a la dependencia de otras personas, patologías como la bulimia y la anorexia y a los dispositivos electrónicos, entre otras. Si bien todas ellas comparten un mismo tipo de funcionamiento psíquico, el estudio de cada una por separado aporta mucho conocimiento sobre cada patología y la posibilidad de encontrar los caminos más adecuados para el tratamiento de las mismas.
Lic. Constanza Bonelli es psicóloga
Instagram: @Lic.constanzabonelli
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