“Mi vida como meme”: el lado oscuro de convertirse en un fenómeno viral
Paul Weedon se viralizó hace más de 14 años por recibir un golpe en un video que explotó en las redes; hoy cuenta las consecuencias -no favorables- de una fama tan repentina
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El video fue subido a las redes en 2007 pero todavía tiene una inalterable vigencia. Frente a la cámara se ve a un adolescente con anteojos negros que está a punto de decir algo cuando, de pronto, una mano aparece por un costado de la imagen y se estampa contra su cara. Luego de recibir el golpazo en su rostro, el joven mira con bronca y sorpresa a su agresor y le dice: “No puedo creer que hayas hecho eso”.
A pesar de haber vivido un pésimo momento con ese golpazo, Paul Weedon, que es el nombre de este joven, decidió subir ese breve video a las redes sociales, y muy poco tiempo después se había vuelto viral. Y no solo el video. También su imagen, con los anteojos negros y la frase “No puedo creer que hayas hecho esto”, se convirtió en un meme utilizado en las más diversas circunstancias a lo largo de los años.
Esta semana, 14 años después de la creación de ese video, el propio Weedon escribió en el medio estadounidense Vice cómo le cambió la vida, en muchos casos para mal, haberse convertido en meme cuando apenas tenía 16 años.
“Casi una década y media después todavía lo estoy procesando”, escribió el joven, que además contó que todavía hoy la gente lo para en la calle para preguntarle cosas sobre el video y que, en el aspecto económico, malvendió los derechos del clip, y apenas le alcanzó para comprarse un televisor.
La génesis del video
Weedon narró en su propia experiencia como meme comenzando con su historia en relación a los videos de Internet. Contó que, desde dos o tres años antes había comenzado a hacer videos cómicos con amigos, al estilo de bromas tontas del tipo las que hacía entonces la serie estadounidense Jackass.
“En 2005 y 2006, YouTube estaba en su infancia. Este fue el momento en que los clips se limitaban a aproximadamente 100 MB y solo se podían cargar aproximadamente 30 segundos de metraje a la vez, lo que básicamente lo hacía perfecto para ráfagas de contenido frenético e inútil”, escribió el muchacho.
Ya en 2007, la plataforma de videos se había hecho bastante más popular. Allí fue subiendo el joven decenas de videos que tenía archivados. Entre ellos, la pequeña pieza que luego se viralizó. “Ese clip comenzó como una parodia sin rumbo filmada en el verano de 2006. No planeamos nada. Mucho menos que me golpearan”.
Entre otras cosas sobre los detalles de ese video, Weedon contó que el nombre del amigo que le estampa el golpe era Tim. “En el video anterior al que recibo el golpe, yo había empujado a Tim de la silla, se había caído y golpeado la cabeza, pero fuera de cámara”.
Segundos después, en lugar de socorrer a su amigo caído, el joven comenzó a filmar el video que se haría célebre. “En lugar de reaccionar ante lo que le pasó a Tim, procedí a improvisar algo frente a cámara, algo que me atrevería a suponer que hubiera sido mucho menos divertido que el acto de violencia que siguió”.
Entonces fue cuando sucedió el golpe. “Reaccioné con una respuesta llena de incredulidad -’No puedo creer que hayas hecho eso’-, que me ha seguido para siempre desde entonces”, contó Weedon.
El joven subió el video a la plataforma en julio de 2007 y poco a poco comenzó a crecer en comentarios y reproducciones. “Hasta el día de hoy, no sé cómo explotó de la forma en que lo hizo. Originalmente subí el video con el título ‘_______’, pero de alguna manera llegó al sitio 4chan, donde se extendió como la pólvora”, narró.
Un mal negocio económico
“En ese momento, volverse viral no era realmente comparable a ninguna otra experiencia. De repente estás en todas partes y está fuera de tu control. O intentás combatirlo y te destruyen, o lo abrazas y tratás de sacar provecho. Opté por esto último”, escribió el muchacho.
Pero más allá de lo que pudiera significar a nivel personal hacerse viral, el muchacho también sufrió en el aspecto económico, por apresurarse a vender -o malvender- los derechos de su famosos clip. Weedon recibió una oferta del portal Break.com, y, pensando que podía ganar algo de dinero con su imagen, aceptó la propuesta que le ofrecían por su video.
“Esta no fue una gran idea. Después de firmar un formulario de autorización con algunos términos bastante espantosos, durante los meses siguientes tuve varias interacciones con investigadores de varios programas de televisión que buscaban licenciar el clip. Cada uno ofrecía condiciones mucho más favorables que las de Break”, dijo el joven.
Entonces, el muchacho se dio cuenta que “la había jodido por completo”. Break se quedó con los derechos sobre el video y él, con tan solo 18 años, solo había podido comprarse un televisor con el dinero recibido. “Pronto comencé a tener la sensación de que esta era una decisión que me perseguiría siempre. Pero, por otra parte, fue fácil desvincularme así del clip, abandonar YouTube y seguir adelante con mi vida”.
Pero por más que él quisiera olvidar la historia, las preguntas de la gente perseguían al muchacho donde quiera que vaya. Por eso, Weedon se encarga, en su columna de Vice, de tratar de responder las más reiteradas y frecuentes: “No, el video no fue escenificado, ni escrito; no fue un montaje; no sabía que vendría el piñazo y sí, me dolió”.
“Por cierto -aclaró luego el joven-, Tim y yo todavía somos amigos. Es un tipo encantador y, contrariamente a algunos de los comentarios absolutamente locos que la gente deja en YouTube, puedo confirmar que ninguno de nosotros está en prisión”.
En cuanto a si tuvo intenciones de convertir el video en viral, Weedon niega rotundamente. “Ni siquiera había considerado la posibilidad de que alguien fuera de mi círculo de amigos lo viera. Para mí, era solo otro clip tonto que algunos amigos encontrarían divertido”, expresó.
A continuación, el joven del video viral contó que la compañia Break había quebrado, y que no tiene idea qué pasará entonces con los derechos de propiedad de su video. “Por cierto, si alguien tiene alguna idea en esa área, me encantaría escucharla”, escribió, a modo de broma.
El lado positivo de ser viral y meme
Luego de expresar su arrepentimiento por no haber aprovechado mejor monetariamente su suceso breve en el mundo de las redes, Weedon señaló el lado positivo del asunto: “Hay algo bastante empoderador en tomar algo vergonzoso y aceptarlo antes que alguien más pueda decírtelo. Aprendí que si hacés las bromas vos mismo y te adelantás, nadie puede tocarte”.
Pero, a su vez, otra vez en el aspecto económico, Weedon expresó un sentimiento de algo similar a la envidia al saber cómo “monetizan” sus acciones los youtubers de estos tiempos. “Pero ese es el mundo en el que vivimos ahora”, reflexionó.
Weedon se mostró también sorprendido por la vigencia que sigue teniendo todavía hoy aquel lejano video. Aseguró que hay jóvenes que recién descubren en estos días ese video que tiene 14 años y que ellos piensan que es una creación reciente hecha para “Vine o TikTok”.
El joven escribió que también hay gente que se muestra incrédula de que alguien con un video que tiene 9,2 millones de visitas y unos 20.000 suscriptores sin haber tenido la intención de llegar a eso se aleje de la plataforma y no quiera crear más contenidos.
“Todavía lo estoy procesando”
“La verdad es que, casi una década y media después, todavía lo estoy procesando. Me encanta ver cómo se ha reinterpretado en los medios modernos y esa asociación positiva ha hecho que sea más fácil de aceptar”, agregó el joven.
Luego, Weedon relató algunos de los momentos estelares que ha tenido en la cultura popular estadounidense el meme creado, sin intención, por él mismo y por el manotazo de Tim. “Will Smith incluso lo presentó en una loca publicación de Instagram durante la pandemia. Le envié un mensaje para decirle ‘gracias’ y obviamente no me respondió”, escribió.
Como quien todavía no puede despegarse del todo del meme, el muchacho relató finalmente que tienen, con amigos, un proyecto cinematográfico para, como él mismo lo expresa, “explotar la naturaleza del meme: cómo creció, su impacto en mi vida y mi relación con Internet en general”.
“Al hacerlo, la esperanza es que, mientras respondo algunas de las preguntas candentes que otras personas todavía parecen tener, finalmente podré hacer las paces con todo el asunto”, concluyó su escrito Weedon.
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