La Dra. Mónica Ibarra, médica dermatóloga y miembro del Comité Científico de Oxapharma, revela todos los secretos para tener una piel luminosa en las diferentes etapas de la vida.
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A partir de los veinte años (e incluso, en la actualidad, desde más jóvenes) tanto mujeres como hombres comienzan a hacer hincapié en la falta de “ese no sé qué” que tenía su rostro y ya no lo perciben. Ese brillo especial que se da con el ejercicio diario de retirar el maquillaje, exfoliar, hidratar y realizar mascarilla para lograr una hidratación más profunda entre tantas rutinas de belleza. El paso de los años no significa que la piel luzca menos luminosa. Para mantener un aspecto saludable y tonificado de la piel hay una serie de buenas prácticas que vale la pena sostener como hábito.
¿Cuáles son las causas de una piel apagada?
La piel tiene un proceso de recambio natural que ocurre aproximadamente cada 25 días, es decir que la epidermis se renueva mensualmente. La opacidad aparece cuando se acumulan células muertas en la capa córnea y mucho más si la piel se encuentra deshidratada. Hay muchísimas causas que contribuyen a la opacidad pero si simplemente se tiene el cuenta el grosor de la misma como parámetro, es posible advertir que los factores que generan un mecanismo de defensa -como la exposición al sol, la polución, el viento o condiciones ambientales desfavorables-, aumentan la apariencia de la piel opaca.
¿El paso de los años es sinónimo de piel opaca?
A medida que envejecemos, el recambio celular se altera y se modifica el manto lipídico de la piel. Aparecen entonces los signos de la deshidratación. Por todo esto la barrera natural de la piel se ve alterada. Es un hecho que en esta etapa de la vida se pierde más agua transcutánea y es necesario reponer ciertos nutrientes.
¿Qué cuidados se recomiendan para que la piel conserve su luminosidad?
Para lograr una piel iluminada se recomienda un tratamiento con renovación celular diario en base a productos que aceleren este recambio como ácidos frutales, retinoides etc. que el dermatólogo indica según el tipo de piel del paciente y la época del año. También se puede sumar algún exfoliante semanal en ciertos casos y la aplicación de productos que combaten radicales libres, es decir, antioxidantes como la Vitamina C , la Vitamina E, lactobiónico et. pueden utilizarse en forma de sueros, cremas, emulsiones o por medio de la mesoterapia francesa en algunos casos.
Existen productos que complementan estos tratamientos -no invasivos y de efectos inmediatos- e invitan a mantener en casa, una rutina que ofrezca a la piel un efecto de triple acción: antioxidante +luminosidad + antiage. Conviene buscar aquellos que, gracias a sus ingredientes, promueven la formación de colágeno, que protejan la barrera cutánea y devuelvan luminosidad. Por ejemplo, el ácido glicólico favorece la regeneración celular y combate los signos del envejecimiento. No provoca irritación. Brinda una piel lisa, flexible y luminosa. También hay fórmulas nutritivas que combinan ácidos grasos esenciales ricos en omegas, ceramidas y fosfolípidos. En conjunto, estos activos mejoran la firmeza, la elasticidad y la textura de las pieles maduras y muy secas.
Buenas prácticas en casa
● Limpieza facial e hidratación por la mañana y la noche. Son recomendables el uso de agua micelar, diferentes cremas, serums, ampollas
● Cada 15 días exfoliar la piel y realizar una limpieza más profunda,
● Es recomendable consultar con el dermatólogo al menos una vez al año. En base al estado de la piel, el especialista recomendará el uso de ácidos, emulsiones despigmentantes, productos específicos y posibles tratamientos para cada patología.
● Siempre retirar el maquillaje
● Utilizar protector solar fuera y dentro de casa, para proteger la piel tanto del sol como de la luz azul de los dispositivos electrónicos. Actualmente se tiene en cuenta la protección no sólo de UVB, sino de UVA, luz visible y luz azul (en relación a dispositivos electrónicos). Se recomienda en general protección diaria +30 y en algunos casos que contengan pigmentos que ayudan a filtrar también. Todo esto en relación a la aparición de manchas que aumentan la opacidad y no dejan tener una piel de color uniforme.
● Realizar actividad física al menos 30 minutos diarios. Media hora de caminata activa es suficiente (siempre recordar hidratarse de forma adecuada en base agua). ¿Por qué se hace tanto hincapié en mover el cuerpo? La piel es el último órgano del sistema al que le llegan nutrientes e hidratación por lo que, a menor circulación de la sangre, menos oxigenación y, ante esta falta, la piel se ve más opaca.
● Beber al menos 2 litros agua al día
● Consumir Vitamina C tanto en alimentos -tomate, frutillas, cítricos- como a través de la aplicación de productos destinados especialmente a nutrir la piel.
● Detox consciente: el consumo de harinas, embutidos y procesados debe ser para disfrutarlos esporádicamente y no como base de la dieta diaria. Es sabido que el exceso de estos alimentos produce procesos intestinales más lentos, aparición de acné y aumento de sebo que, de no eliminarse correctamente, dañan y merman la luminosidad de la piel.
● Intentar desconectarse de las pantallas antes de dormir ayuda a descansar bien. Asegurar, al menos, 7 a 8 horas de sueño reparador. Slow mood antes de dormir. Leer un buen libro o meditar un rato ayudan a iniciar un sueño saludable. Además, evitar la exposición a la luz azul invita a relajarnos y conseguir una mejor calidad en el descanso.