Londres rendida ante el genio Da Vinci y una muestra en escala real de sus inventos

LONDRES.– Un guante palmeado para nadar, que dicen fue el precursor de las patas de rana. El primer traje de buzo, que en lugar de haber sido ideado para observar el mundo subacuático fue pensado para hundir barcos enemigos y mantener los puertos de defensa. Incluso el que se considera el primer prototipo de auto, y que consiste en una plataforma propulsada mediante un complejo sistema de engranajes y resortes. Los inventos de Da Vinci no sólo sorprenden por su peculiaridad precursora, sino también por la variedad de disciplinas que abarcan.

La exhibición Leonardo da Vinci: The mechanics of genius –juego de palabras que significa la mecánica del genio y de la genialidad a la vez– explora los singulares conceptos mecánicos de una de las mentes más brillantes de nuestra civilización. La muestra, que puede visitarse por estos días en el Museo de Ciencias de Londres, ha sido descripta como una de las más populares de Europa este año. ¿Pero qué tiene de particular esta exhibición respecto de tantas otras realizadas sobre el genio renacentista? El hecho de que sus ideas han sido materializadas y recreadas respetando hasta el más mínimo detalle.

La muestra está dividida en 5 secciones, cada una de las cuales se enfoca en un área particular del conocimiento: la construcción, la fuerza motriz, la guerra, el vuelo y la ingeniería textil. A esto se le suma una selección específica de objetos que se encuentran en la entrada de la exposición y que están relacionados esencialmente con los campos de la mecánica y la producción.

Son 39 artefactos históricos, que fueron construidos en tamaño real en Milan en 1952 para conmemorar los 500 años del nacimiento del inventor, numerosas reproducciones en gran escala de diseños y bocetos, 13 juegos interactivos que retoman fenómenos físicos estudiados por Da Vinci y 10 instalaciones multimedia. También hay prototipos de robótica, aeronáutica y materiales tecnológicos que aplican conceptos extraídos de sus investigaciones.

En el siglo XV, el arte de la guerra era una inquietud primordial entre los ingenieros y pensadores. Por eso no sorprende la gran cantidad de armas ingeniosas, entre las que se destaca el primer tanque de guerra blindado jamás concebido. Fue pensado para ser operado por un soldado en su interior, con cañones y hasta capacidad de avance. Pero Da Vinci no sólo se dedicaba a solucionar problemas del mundo . También era un apasionado del teatro y fue un pionero en la creación de efectos especiales.

A los 20 años, Leonardo fue contratado por el taller de la catedral de Florencia donde formaba parte del equipo que estaba finalizando el duomo. Influido por los arquitectos, matemáticos e ingenieros de la época, comenzó a diseñar grúas y maquinaria, intentando mejorar la eficiencia de los dispositivos y procesos existentes. Es probablemente por eso que se pueden observar numerosas soluciones prácticas para la construcción, como por ejemplo la que fue la primera sierra hidráulica o una máquina para excavar canales y traspasar distintos tipos de materiales a gran velocidad.

¿El invento más original? Probablemente un artefacto cuya morfología se asemeja a la de un helicóptero. ¿La máquina más compleja? El primer telar automático. De hecho, el campo textil fue aquel al que el genio le dedicó mayor cantidad de inventos debido al auge de la industria de la seda en esa época.

Han sobrevivido más de 6000 hojas manuscritas por Leonardo con notas, bocetos, ideas, comentarios y hasta chistes y recetas de cocina. Utilizaba abreviaciones y un sistema de anotaciones propio: están escritas en forma de espejo, de derecha a izquierda. “Tiene un acercamiento único. Sobresale su gran capacidad para observar en detalle la naturaleza y replicarla en la solución de problemas”, comenta Madoka, una ingeniera japonesa estudiante de posgrado que no podía perderse la muestra. “Es una gran inspiración para mirar el mundo que me rodea con una mirada fresca.”

Leonardo Da Vinci supo como nadie combinar arte y ciencia. No sólo fue un pintor extraordinario, sino uno de los inventores más creativos y prolíficos de nuestra civilización. “Uno de los más grandes pensadores independientes”, define al genio Ian Blatchford, director del Museo de Ciencias de Londres. “Un pensador cuya determinación por imaginar un mundo novedoso inspiró a la humanidad por generaciones y seguirá haciéndolo en las generaciones por venir”, agregó.

La exhibición explora también la relación de las observaciones de Da Vinci con la aeronáutica y robótica moderna.

Se exhiben inventos tan sofisticados como un símil ultraliviano, un paracaídas o el primer artefacto móvil a energía eólica. Sin embargo no hace falta entrar en campos tan rebuscados para darse cuenta de que la semilla de gran parte de los adminículos que utilizamos diariamente en nuestra vida cotidiana seguramente se ha originado en la cabeza de un inventor que hoy tendría 564 años.

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