Kamala y Amala, las niñas que crecieron como si fueran lobos y nunca dejaron de aullar
Una recopilación de las más asombrosas historias de pequeños que pasaron parte de su infancia rodeados de monos, perros, osos, lobos, gatos y hasta gallinas
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A lo largo de los años, se ha dado más veces de lo esperado el hecho de encontrar niños que fueron criados por animales salvajes. Estos casos, que parecen reversionar la historia de Mowgli, protagonista infantil de la clásica novela El libro de la selva, van desde pequeñas que fueron encontradas viviendo entre lobos hasta una criatura encerrada durante ocho años en un gallinero.
El diario británico Daily Star hizo una recopilación de los casos más asombrosos de pequeños cuya ninez transcurrió en un ambiente silvestre, rodeados de diversos animales, tanto salvajes como domésticos.
Las niñas lobo
Kamala y Amala tenían solamente ocho meses y un año y medio, respectivamente, cuando las rescataron de una guarida de lobos en Midnapore, en el este de la India. El hecho ocurrió en el año 1920, y nunca se pudo saber si las niñas tenían algún vínculo familiar.
Las pequeñas, que vivían con una manada de lobos, fueron descubiertas por un reverendo de apellido Singh que las llevó a un orfanato y registró el proceso de su adaptación a la vida humana.
En sus informes, el hombre consignó que las niñas mostraban un “comportamiento de lobos” y, según escribió, ellas andaban en cuatro patas y, en ocasiones, mordían y arañaban a las personas que estaban cerca de ellas.
A pesar de todos los esfuerzos, Amala falleció un año más tarde, en tanto que Kamala vivió nueve años más y aprendió a caminar sobre sus dos pies.
Vivir entre monos
Marina Chapman, una británica nacida en Colombia, aseguró que vivió durante cinco años con monos, luego de haber sido secuestrada cuando era niña. Según sus relatos, ella dijo que tenía cuatro años cuando se encontró de pronto en una selva tropical implacable de ese país sudamericano.
Dice que tuvo que vivir entre simios en esa jungla luego de que hubo un intento fallido de secuestrarla cuando estaba en el jardín trasero de su casa.
Chapman tiene hoy 70 años y dice que nunca más vio a su familia biológica desde el tiempo en que fue secuestrada. Ella afirma que salvó su vida gracias a una colonia de monos capuchinos que la ayudaron a sobrevivir en el hostil ambiente de la naturaleza selvática. Agradeció incluso al “abuelo mono”, que la salvó cuando ella había sido envenenada por ingerir una fruta podrida.
“El abuelo mono, una criatura de pelo blanco y sin dientes, se me acercó y me empujó hacia un arroyo, metiéndome en el agua repetidamente. Cuando me soltó, me acosté en la orilla con un acceso de tos, y la tos se convirtió en vómito. Cuando terminé, otra vez me empujó hacia el agua, de donde bebí con mucha sed”, narró la mujer.
Su vida mezclada con los monos finalizó cuando la capturaron cazadores. Había dormido durante ese lustro de su vida dentro de un árbol hueco. Al volver a la civilización, la mujer escribió un libro titulado La niña sin nombre, donde documentó su crianza selvática.
El niño lobo
Tal como sucedió con Kamala y Amala, un chico conocido como Shamdeo, tuvo una experiencia con los lobos en la India. Él fue encontrado en 1972 en el bosque Musafirkhana, en el noreste del país, cuando tenía alrededor de cuatro años.
Los reportes de la época dan cuenta de que el niño tenía los dientes afilados y las uñas largas y ganchudas y era afecto a cazar pollos y beber su sangre. Había vivido entre lobos y jugaba con los cachorros de la manada cuando fue descubierto.
Shamdeo murió 13 años después de ser rescatado del bosque, pero en ese tiempo nunca aprendió a hablar, y apenas se comunicó a través de un lenguaje de señas.
Una más de la manada
No tuvo una infancia nada fácil la niña ucraniana Oxana Malaya. Cuando tenía apenas tres años, sus padres discutieron furiosamente dentro de la casa y se olvidaron por completo de ella, que estaba en el parque. Las autoridades encontraron a la niña años después, viviendo en una cucha en el jardín de su propia casa.
Se había escondido en ese lugar luego de que sus padres la dejaran afuera. Encontró calor junto a dos perros mestizos que eran sus mascotas. Oxana pronto comenzó a moverse en cuatro patas y a ladrar, al igual que sus cánidos amigos.
Después de que la pequeña fuera rescatada, en el año 1991, cuando contaba con 8 años, aprendió a adaptarse nuevamente a la vida humana. Ahora, la pequeña amiga de los perros tiene 40 años y vive en una granja en Ucrania donde, entre otras cosas, ayuda a cuidar animales.
La niña Mowgli
Una niña que fue calificada como la Mowgli de la vida real fue encontrada viviendo de modo salvaje en el en el año 2014. Se trata de Karina Chikitova, que pasó 12 días en un bosque siberiano lleno de lobos y de osos.
La pequeña se metió en el bosque para seguir a su padre sin que él lo notara, y en su tiempo en lo salvaje aprendió a comer bayas silvestres para sobrevivir. Finalmente, su perro, que se había internado en el bosque con ella, se fue de su lado para buscar ayuda. La niña fue rescatada después de dos semanas de haberse extraviado.
El riesgoso paso de Karina por el bosque siberiano no tuvo consecuencias negativas para el resto de su vida. Según el propio Daily Star, la niña, que ahora tiene 11 años, había podido ingresar en una prestigiosa escuela de ballet. La pequeña sueña con bailar algún día en el Teatro Bolshoi de Moscú.
Entre perros y gatos
La pequeña Natasha Mikhailova no vivió en la naturaleza entre animales salvajes. Pero de todos modos sufrió un destino relacionado con seres de cuatro patas. Ella estuvo encerrada durante años en una habitación donde convivió con los gatos y los perros de su propia familia.
Al vivir entre mascotas, la pequeña adoptó muchas de sus conductas, como tomar agua con la lengua del bebedero de ellos y caminar en cuatro patas. También ladró tal como un perro, provocando el horror de los servicios sociales que la rescataron de la casa en que la mantenían en cautiverio, ubicada en la ciudad Rusa de Chita, en Siberia Oriental.
A la niña la encontraron rodeada de los animales. Tenía su ropa sucia y rota. Un vecino de la familia dijo más tarde: “No sabíamos que la niña existía. Ellos tienen tres perros feroces que sacaban a pasear, pero nunca vimos a esta pequeña”.
La menor fue llevada a un orfanato, donde recibió una intensa educación para que vuelva a obtener comportamientos humanos. Igual que Karina Chikitova, esta pequeña también fue llamada Mowgli, como el niño que se crió con animales en El libro de la selva, de Rudyard Kipling.
El niño pollo
Sujit Kumar era un pequeño habitante de Fiji que perdió a sus dos padres muy joven y pasó a vivir con sus abuelos que, al no querer hacerse cargo de él, no tuvieron mejor idea que encerrarlo en un gallinero.
El niño permaneció seis años allí, pero luego de ser rescatado, en el año 1978, fue llevado a un asilo de ancianos. Pero allí, por su comportamiento agresivo e inadaptado, fue atado a su cama, donde pasó unos 20 años.
Elizabeth Clayton, una millonaria australiana, lo rescató en 2002 y creó una organización benéfica para niños con necesidades. “Sujit trató de morderme cuando me acerqué. Cuando era la hora de comer, tiró su comida blanda al suelo y la picoteó”, dijo la mujer, sobre su primer encuentro con el muchacho.
La mujer promovió que el niño fuese llevado a un orfanato, donde ayudaron al niño a caminar, hablar y comer.
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