No todo fue negativo en la década de la convertibilidad, las privatizaciones, las relaciones carnales con los Estados Unidos y la pizza con champagne. De hecho, entre otras cosas, también ha sido un período en el que comenzaron a proliferar los unitarios en la televisión argentina. Un crecimiento ostensible, no sólo en cantidad, sino también en calidad.
En ese sentido, Pol-Ka tomó la delantera por ambos factores. Aunque la productora de Adrián Suar no fue la única que ofreció destacados productos. Por caso, Artear, Ideas del Sur también colaboraron con los cambios de la década, como los mismos canales.
Durante diez años los programas elevaron su nivel de realización, ampliaron sus temáticas (incluyendo algunas nunca abordadas) y se desarrollaron en géneros casi inexplorados hasta ese momento. En ese contexto, apareció el policial romántico, la historia con dosis de terror y suspenso, temas como la marginalidad, el uso y abuso de las drogas, la homosexualidad y la delincuencia.
En definitiva, una oferta amplia y variedad, pero la consigna es quedarse sólo con cinco. A continuación entonces, nuestras elegidas.
El Garante (Canal 9, 1997)
La tira, creada y dirigida por Sebastián Borensztein, fue de las pocas ficciones de la década que abordaron el género de terror y suspenso. La trama se basó en la historia de Martín Mondragón (Leo Sabaraglia), quien es contactado por el misterioso José Sagasti (Lito Cruz) con el fin de cobrarle una vieja deuda de su abuelo y cuyo pago consiste en entregarle su alma al diablo. La dupla protagónica brilló, y el resto del elenco actuó en sintonía: Alejandro Urdapilleta, Eleonora Wexler, Luis Luque y Luis Ziembrowski, algunos de ellos.
Vulnerables (Canal 13, 1999)
Polka fue la productora más prolífica en la década y Vulnerables, su joya más preciada. La terapia de grupo fue la excusa de la trama para abordar temáticas profundas. Un adicto a la cocaína, una joven víctima de un vínculo enfermizo con su madre, un voyeur, una mujer ultra conservadora y otros pacientes con dificultades de todo tipo para relaciones sexualmente, eran algunas de las problemáticas tratadas. Jorge Marrale, en el papel del psicoanalista Guillermo Segura, era el encargado de darles contención a los pacientes interpretados por Soledad Villamil, Alfredo Casero, Damián De Santo, María Leal, Inés Estevez, Gustavo Garzón y Sandra Mihanovich.
Zona de riesgo (Canal 13, 1992)
El unitario, de la - por entonces exitosa - dupla Maestro y Vainman, se destacó tanto por la calidad de las actuaciones, su realización, como por las temáticas abordadas. Entre ellas: las adicciones a las drogas, la violencia de género, la corrupción, la infidelidad y el amor homosexual. Este último tópico, se trató en la segunda temporada, cuyo título fue "Atendido por sus dueñas"; toda una novedad en las ficciones televisivas de la época. Rodolfo Ranni y Gerardo Romano interpretaban a aquella pareja que quedó para la posteridad. En el ciclo también participaron Lito Cruz, Esther Goris y, entre otros, Héctor Bidonde.
Poliladrón (Canal 13, 1995)
En rigor, la historia no fue un hallazgo. Más bien la novedad residió en haber desarrollado una estética inexplorada hasta ese momento en la TV argentina, más cercana al cine. Además, porque supo abordar el género policial, con todo lo que ello significaba por entonces. La pareja protagónica, interpretada por Adrián Suar y Laura Novoa, contaba con los condimentos propios de toda historia romántica: las idas y venidas permanentes en la dinámica del amor-odio. En este caso, pronunciada porque ella era la policía y él el ladrón.
Okupas (Canal 7, 2000)
Si bien Okupas por unos meses ya forma parte del comienzo de la nueva década, se lo incluye por su impronta desesperanzadora, similar a la que se respiraba en Argentina a fines del siglo. De hecho, su realizador Bruno Stagnaro, antes codirigió Pizza, birra, faso junto a Caetano. El film, de 1998, describe a un grupo de jóvenes que comienza a sufrir los efectos nocivos de las políticas menemistas. Esto se traduce en marginalidad, drogas, delincuencia y violencia; elementos presentes también en la miniserie en la que cuatro jóvenes (De La Serna, Alonso, Staltari y Tirri) coinciden en una casona que luego toman y será el motivo de varios conflictos. La serie tiene momentos de alta tensión gracias al talento de Stagnaro.