La voz de los chicos
Dar la palabra a los chicos no es un tema menor. Cuando tienen la oportunidad de hablar o preguntar, los jóvenes ansían compartir con los adultos su visión del mundo, con una mirada curiosa, fresca y cuestionadora.
Cuando la expresión de los chicos se refleja en los medios, todo se potencia. La visibilidad que reciben en un diario abre ante ellos un mundo que trasciende la escuela. La voz de los chicos cruza la puerta del aula para entrar en la sociedad y desafiar las representaciones negativas que con frecuencia circulan sobre ellos en los medios de comunicación.
En el proyecto La entrevista que siempre soñé, los trabajos realizados por alumnos de dos escuelas públicas argentinas tienen mucho que enseñarnos. En primer lugar, la elección de las entrevistadas. Los chicos eligieron dos mujeres que dan una batalla diaria por el reencuentro y la recuperación de sus hijas y nietos secuestrados por mafias y redes de prostitución en un caso y por la dictadura militar en el otro.
Con frecuencia, los adultos pensamos que los únicos modelos que los adolescentes eligen, pertenecen al glamoroso mundo del deporte, la música o la televisión. Decimos que la generación actual no valora el esfuerzo, que quiere todo ya y de manera fácil. Quizás –a partir de ahora– debamos replantearnos algunos prejuicios. Con doce años, los chicos de estas escuelas eligieron entrevistar a dos personas que se destacan por su esfuerzo incansable en una causa social.
A menudo se escucha decir que a los chicos sólo les preocupan las redes sociales, la canción de moda, los juegos en línea, un actor o un ídolo deportivo. Una vez más, estos chicos nos muestran que –aunque disfruten de todo eso– también se interesan en un tema que nos apela a todos como sociedad.
"Por culpa de las pantallas, los chicos de hoy no leen y escriben mal" –otro preconcepto. Las dos entrevistas que millones de lectores en todo el mundo podrán leer logran atrapar al público y no tienen nada que envidiar a las entrevistas realizadas por profesionales. Quizás lo que la escuela, los padres y la sociedad deban interrogarse es sobre qué les pedimos a los chicos que escriban. Cuando el tema les interesa, los emociona y los hace pensar, los textos son siempre elaborados y atractivos.
Estos chicos son un ejemplo. El reconocimiento internacional que les llega de un jurado de prestigiosos periodistas es muy merecido. Porque, más allá de sus entrevistas, nos permiten reflexionar acerca del lugar que ocupan ellos en la sociedad.
El desafío para los adultos es promover la participación de los chicos, valorarlos como actores sociales. Porque ésta es una apuesta a la democracia.
No hace falta demasiado. Quizá sólo necesitemos escucharlos más.
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