Considerada una de las películas más famosas del cine clásico de Hollywood, Casablanca se transformó en uno de los ejemplos más populares del efecto Mandela.
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Cuando pensamos en las historias que rodean a la industria del entretenimiento de Hollywood, no hay dudas de que podemos encontrarnos con narrativas que son aún más sorprendentes que las creadas por los famosos directores y guionistas del cine. Es que si lo pensamos un segundo, todos podemos coincidir que ni en sus sueños más alocados Michael Curtiz se hubiese imaginado que su icónica película, Casablanca, se convertiría en uno de los ejemplos más famosos del efecto Mandela (recuerdos falsos compartidos).
Considerada una de las producciones más importantes de la Edad de Oro de Hollywood (1942), la cinta protagonizada por los inolvidables Humphrey Bogart e Ingrid Bergman es recordada por millones de personas alrededor del mundo por una frase que, en realidad, nunca se dice durante la historia.
Casablanca: una película que marcó la historia del cine
Justo en el pico más alto de lo que es considerado uno de los mejores momentos de la industria del cine de Hollywood, Casablanca tuvo su origen en el intento de Warner Brothers de igualar el éxito de Argel (1938), película que había sido producida por Metro-Goldwyn-Mayer. Tomando como puntapié un guion de una obra de teatro de dos guionistas casi desconocidos, en realidad lo que más le interesaba al estudio era lograr la combinación de un drama en donde la intriga, el exotismo y el romance tuviesen un rol clave.
La historia nos lleva a Marruecos durante la Segunda Guerra Mundial y nos presenta a Rick Blaine (Humphrey Bogart), un norteamericano expatriado que maneja el bar nocturno más importante de Casablanca. Manteniéndose, en apariencia, neutral de todo conflicto político-social, su vida se pone patas para arriba cuando se reencuentra con una examante, Ilsa Lund (Ingrid Bergman), quien lo había abandonado en París. Mientras que la película desarrolla los encuentros y desencuentros de esta pareja, construyendo una de las historias de amor más importantes de la pantalla grande, también es un fiel reflejo de la época.
Sin embargo no solo fue su éxito en taquilla (a finales de 1943 Casablanca recaudó 3,7 millones de dólares, mientras que el costo de producción había sido solo de 950.000 dólares) y el hecho de haber impulsado la carrera de sus dos actores protagónicos lo que la volvió un clásico del cine. Su halagadísimo guion, la dirección de Michael Curtiz y el hecho de hablar sobre el nazismo, son los elementos que todavía hoy se estudian e inspiran a los creadores de contenidos actuales.
Cuál es la frase de Casa blanca que nunca se dice
A pesar de que existen muchísimos más ejemplos del efecto mandela dentro de la industria del cine, el que rodea a Casablanca es uno de los más conocidos ya que la frase que nunca se dice se volvió parte de la cultura popular internacional. En la escena en cuestión Sam (interpretado por Dooley Wilson) se encuentra charlando con Ilsa Lund mientras está tocando el piano. Aunque al principio le pide que el pianista interprete alguna de las viejas canciones, usa esto como excusa para conversar sobre Rick Blaine y la conversación continúa así:
Ilsa: Tócala una vez, Sam. Por las viejas épocas...
Sam: No sé a qué te refieres
Ilsa: Tócala una vez Sam (Play it once, Sam) Toca As Time Goes By.
Sam: No puedo recordarla...
La confusión se encuentra, justamente, en la manera que el personaje de Ingrid Bergman le pide al músico que toque su canción favorita. Mientras que en la película ella dice Tócala una vez Sam (Play it once, Sam); la mayoría de las personas está convencida de que ella dice: Tócala de nuevo, Sam (Play it again, Sam). ¿Dónde está el origen de este error? Muchos cinéfilos conectan la frase con la película que estrenó en 1972. Conocida en Hispanoamérica como Sueño de un seductor, su título en inglés es —justamente— Play it again, Sam. Mientras que también estaba basada en una obra de teatro, en este caso, escrita por Woody Allen, el director detrás de esa cinta fue Herberts Ross.
5 curiosidades de Casablanca que quizá no sabías
- El guion de Casablanca tomó como punto de partida Everybody Comes to Rick’s, una obra teatral escrita por Murray Burnett y Joan Alison. Los autores se la vendieron al estudio por solo 20.000 dólares.
- Casablanca logró ocho nominaciones en los Premios Oscar y fue elegida como ganadora en las categorías de Mejor película, Mejor director y Mejor guion adaptado.
- Si bien Michael Curtiz no fue el primer director elegido para Casablanca, frente al rechazo de Howard Hawks, el húngaro nacionalizado norteamericano terminó marcando la historia del cine para siempre. De hecho, se lo conocía como el money director porque sus cintas estallaban en las taquillas y fue uno de los directores mejor pagados de la época.
- Uno de los mitos más grandes alrededor de Casablanca es que, hasta el día del rodaje de la última escena, nadie del elenco sabía realmente cómo iba a terminar la historia.
- Durante los años 80 se estrenó la versión a color de Casablanca, sin embargo, no fue bien recibida y los cinéfilos del mundo siguen prefiriendo la película en blanco y negro.
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