Mafalda en braille. La historia de la fanática de Quino que quería leer las historietas por su cuenta
Katherine Vargas (31) es ciega de nacimiento. Si bien no recuerda con exactitud el momento, fueron su mamá y sus hermanos quienes le empezaron a leer Mafalda cuando era chica. También, cuenta, conocía los diálogos por la tele o a través de los comentarios que hacía la gente sobre el personaje.
"Lo que más me gustaba eran los diálogos, esa sutileza para decir de forma tan sencilla algo tan trascendente y con un mensaje tan lindo y tan claro, es impresionante", dice.
Kathy cuenta que Mafalda la fue acompañando durante muchos pasajes de su vida e incluso sentía que se veía representada en muchas de las cosas que le sucedían al personaje. "Ella era la niña que podía decir mucho de lo que yo sentía. Ella era la voz de muchas niñas que tuvimos, que tenemos y que tendremos que callar todo aquello que nos molesta, que nos hace sentirnos mal, que nos hace ser diferentes ante la sociedad. Y no me refiero solo a mi condición como trans. Para mí, Mafalda fue la primera niña feminista, la primera que puso en la voz de las infancias los derechos de los niños y de las mujeres", sostiene.
"Con el humor de Mafalda aprendí muchísimo"
A medida que Kathy fue creciendo comenzó a soñar con la posibilidad de conocer personalmente a Quino, por un lado, y, por el otro, se entusiasmó con la idea de que Mafalda pudiera ser leída en braille. Su deseo era, después de tantos años, poder leer ella misma a su personaje favorito.
"A medida que iba conociendo más de Mafalda, que me leían incluso los memes que se hacían con las historietas, cada vez la admiraba mucho más. Siempre por sus diálogos, pero también por la forma de complementar ese diálogo con las imágenes. Tiene la gran particularidad de hacerte reír con cosas que son muy serias. Pero con el humor también podemos aprender. Y yo, con su humor, aprendí muchísimo".
Encuentro soñado
Junto a su amigo Javier Kumer, una tarde de 2016 ingresó en la página web de Quino y se contactó por mail. Así, conoció a Julieta, su sobrina, quien le transmitió a su tío la idea de producir un encuentro. "Él estuvo encantadísimo. Nos invitó a su departamento (también asistió Javier), estuvimos charlando un rato y hasta nos tomamos una cervecita juntos. Cuando lo conocí fue lo mejor del mundo".
Y al poco tiempo, también con la ayuda de su amigo Javier, surgió la idea de lograr que las personas con discapacidad visual pudieran leer a Mafalda. "Lo que hicimos fue describir las imágenes y dejar los diálogos tal cual estaban. Así, yo iba entendiendo lo que armábamos entre los dos. Por supuesto, el que las veía y me las contaba era él. Y yo iba testeando a ver si se entendía o si podríamos cambiarle algo para que las personas con discapacidad visual lo entendiéramos mejor. Son tres libros, las 30 tiras de la colección Mafalda y sus amigos, distribuidas en 10 tiras por libro", explica.
Emoción, esperanza e inspiración
¿Qué sentiste la primera vez que pudiste leer a Mafalda? "Leerla, tocarla en braille y también tocar los dibujos fue algo muy lindo, sin duda. Y lo mejor de todo es que no solo puedo leerlo yo, sino que hay miles de personas que a través de la editora braille (hizo la parte técnica, de armado y dibujo del libro) pueden disfrutar de esta maravillosa obra. Es más, para quienes tienen discapacidad visual, pero no saben leer braille, las ediciones vienen con un CD que tiene las tiras en audio que permite que mientras tocan los dibujos, también puedan escucharlas. Y eso es lo realmente maravilloso de todo esto", se emociona.
"Mafalda y Quino, siempre del lado correcto del alma, de la humanidad"
Kathy comparte su pasión por Mafalda con sus dos hijos: Juan (13) y Luna (7). "Trato de que la lean lo más posible. El tema es que con esto de la tecnología y de los videos de Youtube se me complica un poco. No puedo competir contra el avance del mundo audiovisual", se ríe.
Por último, dice que el legado que nos dejó Quino es, sin dudas, Mafalda. "Porque Mafalda es Quino, y Quino es Mafalda. Su empatía, su humildad, su bondad, sus ideales. Su preocupación por el otro, su siempre seguir adelante. La historieta es hoy tan actual como lo fue al momento de ser publicada. Y así va a seguir siendo en tanto el mundo no se llene de Mafaldas y Quinos que entiendan que la única forma en la que la sociedad va a cambiar es haciéndonos escuchar. Diciéndoles lo que nos molesta, lo que nos hace mal. Como escribí en Facebook: ´Mafalda y Quino, siempre del lado correcto del alma, de la humanidad´".
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