La evolución del crossfit
Muchos centros están dejando de lado la versión más dura de este entrenamiento y ofrecen alternativas funcionales y aeróbicas, con rutinas que ya no intimidan
Cuando Esteban Plá y sus socios Germán Daneri y Sebastián Parodi abrieron el local que dio forma concreta a Sialamaluca, tomaron la decisión de ofrecer clases de crossfit desde un costado más flexible e inclusivo. En pleno auge de la disciplina, a la que muchos reconocen por su influencia militar, derivada de los marines de Estados Unidos, ellos eligieron no hacer foco en el uso de barras ni el levantamiento de grandes pesos, sino crear rutinas muy aeróbicas, con gran hincapié en los ejercicios de tipo funcional. El resultado fue un box –así se llama a los lugares de entrenamiento de esta disciplina– lleno de gente de las más variadas edades, logrando cuerpos tonificados, pero sin miedo al fisicoculturismo.
Dos años y medio más tarde son muchos los espacios que se han abierto a esta misma modalidad. Si bien aún con dedicación especial para aquellos que desean competir y son adeptos al crossfit más puro, varios centros han flexibilizado los ejercicios y las rutinas, logrando así un deporte que ya no intimida y que convoca cada vez más gente.
“Desde nuestra visión, crossfit no es para todo el mundo. El uso de barras requiere un nivel de capacitación que en clases muy masivas es complicado. La evolución del alumno debe ser paulatina para no lesionarse –sostiene Daneri–. Por eso buscamos la forma de brindar una actividad para todos, menos agresiva para el cuerpo y más aeróbica.” Así, los ejercicios clásicos de crossfit se adaptan, en ocasiones manteniendo el movimiento, pero con otros elementos más amigables, como por ejemplo la pesa rusa con manija (llamada “kettlebell”), y en otras modificando la acción y el tiempo. “Nuestras rutinas, al no ser tanto de fuerza, también pueden ser más largas y dinámicas. Mientras en otros lugares más puros pueden durar entre 10 y 12 minutos, acá oscilan entre 15 y 25, con mayor variedad y son más aeróbicos”, describe el coach.
Para muchas personas acostumbradas a hacer deporte, crossfit otorga un diferencial muy interesante: permite, mediante el trabajo a alta intensidad en rutinas cortas, trabajar varios grupos musculares y lograr un gran gasto energético. Eso logra resultados físicos muy rápidos, casi inigualables en otras disciplinas. Por eso, también son muchos los que lo eligen como complemento para otros deportes. Personas que juegan al fútbol, al tenis, al hockey o al voley o que eligen el running como actividad principal fueron grandes promotores de este cambio, ya que a partir de ellos y sus necesidades específicas nacieron las diferentes rutinas.
“A un jugador de fútbol no le va a servir levantar tanto peso, pero sí ganar masa muscular y fuerza, y por eso tienen programaciones especiales”, apunta Joaquín Malbrán, dueño de Bigg Crossfit Downtown, cadena en la que poseen 15 rutinas diferenciadas por día. “Fuimos ofreciendo alternativas a medida que fue apareciendo gente con distintas inquietudes. Pero si bien las programaciones varían, todos son entrenamientos funcionales”, explica Malbrán.
La diferencia entre un entrenamiento y otro ya la está experimentando María Laura Túnez, alumna de Sialamaluca, que anteriormente concurría a otro box más tradicional. “Antes me costaba mucho el tema de las barras, mientras levantaba peso me dolían los brazos y las muñecas, y sentía que era un ejercicio que requería más técnica y que yo no la tenía. Hoy estoy mucho más contenta con mi rutina. Siento que los ejercicios aeróbicos, de fuerza, resistencia y coordinación están mucho más equilibrados”, sostiene acerca de las ventajas de estas técnicas menos exigentes.
A medida que esta versión soft del entrenamiento fue encontrando más adeptos, también surgieron otras posibilidades dentro de esta práctica deportiva. En Sialamaluca, desde el año pasado se incluye dos veces a la semana una rutina especial para mujeres, con más ejercicios para glúteos y zona media, y los sábados se dedican especialmente a aquellos que quieren poner énfasis en la otra zona crítica: los abdominales.
Paula Pérez, una de las alumnas de Bigg Downtown, reconoce que prefiere la versión clásica, es decir, más dura del crossfit, pero destaca que la nueva es más divertida. Además, le resultó muy útil desde que está en recuperación por una molestia en la muñeca. “Si bien siempre prefiero hacer el WOD Bigg, que es el más clásico y central, por estos días me sirven las variantes para ver en cuáles puedo usar menos la muñeca o hacer menos fuerza de brazos, y así voy alternando entre el woman y el fitness, por ejemplo. E incluso cuando hay algún ejercicio que no me conviene hacer, el coach me propone una adaptación especial así no pierdo ritmo de entrenamiento.”
Aunque entre la mayoría de los hombres predomina la versión hard del crossfit, y algunos miran de reojo las nuevas opciones de entrenamiento, hay quienes lo ven como una buena manera de iniciarse en la disciplina. “A mí me sirvió la diferenciación para ir acercándome más a mis objetivos”, cuenta Gustavo Giambruni, que comenzó haciendo aquel WOD original, Bigg, pero ahora elige el FAB, destinado a aquellos que controlan la totalidad de las técnicas y pueden considerarse alumnos avanzados.
Desde que abrieron el abanico a estas nuevas rutinas, en Bigg notaron que empezó a aumentar la matrícula, especialmente de gente que jamás se hubiera animado al crossfit clásico. “Nos diferenciamos de muchos otros box y logramos una diversidad que hizo que la gente se sintiera incluida y se empezara a sumar. Tuvimos un crecimiento exponencial”, sostienen.
¿Más inclusión?
Claro que todo cambio de hábitos lleva un tiempo en ser aceptado, sobre todo cuando se trata de fanáticos cuyo objetivo es lograr el cuerpo soñado. Para Martín Casas, director comercial de Tuluka Crossfit, pionera de la actividad en la Argentina porque fue la primera en traer el entrenamiento al país, hace ocho años, el cambio costó un poco en comprenderse, pero una vez que se logró, la gente lo adoptó. Una de las razones –fundamental cuando se trata de rutinas de entrenamiento– es que demostró muy pronto la eficiencia de resultados, especialmente para aquellos que lo complementan con otro deporte.
“Hemos entrenado a las Leonas y los Leones de hockey, y tuvieron grandes avances en los resultados de sus disciplinas”, explica Casas a la vez que destaca la amplitud de público que esto permitió, con alumnos de 16 a 60 años y con el caso increíble de uno de 90 que concurre a clases hace tres. “Si bien la imagen general de crossfit siempre va a estar asociada a lo competitivo, del mismo modo que una publicidad de fútbol muestra a Messi y no a un amateur, esta separación interna le deja ver a la gente que aquí pueden venir a buscar salud, bajar de peso y entretenerse, y no solamente a competir”, destaca Casas. Derribado el mito de que crossfit es sólo para convertirse en un atleta de alto rendimiento y ganar masa muscular, muchos, a partir de este cambio, perdieron sus inhibiciones y se acercaron. Especialmente las mujeres.
Sin embargo, los tres centros consultados coinciden en que la afición al crossfit más puro, la esencia de la disciplina, no se pierde. Y en todos los casos mantienen con gran convocatoria el espacio para aquellos que sí quieren convertirse en atletas de esta disciplina, tanto con sus rutinas especiales y más avanzadas como con clases extras, personalizadas o en grupo. De aquí, por ejemplo, suelen salir aquellos que clasifican en los Southfit, las competencias regionales. De hecho, Bigg ha ganado tres de estas ediciones.
Los complementos
Pero además de esta modificación sustancial en el modo de entrenar, la evolución del crossfit también se hace notoria en otras cuestiones. En Tuluka, por caso, por estos días están dando lugar a algo inédito en el rubro: la incorporación de máquinas para complementar las rutinas. Con el nombre Tuluka Endurance y disponible por ahora en sus sucursales de Palermo y Caballito, se ofrecen bicicletas, máquinas de remo y cintas, con el fin de trabajar más aún el costado cardiovascular del ejercicio.
“Si tuviéramos un río cerca propondríamos ir a hacerlo en serio, pero como no lo hay ofrecemos el equipo como una forma de superar esa limitación. Lo mismo sucede con la cinta o la bicicleta; la idea es brindar complementos a nuestra actividad, y evolucionar también la resistencia cardiovascular”, explica Casas. En todos los casos, el equipamiento se usa a partir de clases brindadas por los mismos entrenadores, enseñando a los alumnos cómo utilizarlo del mejor modo posible. “Tenemos referentes de cada una de estas actividades, para enseñarle a la gente a hacerlas de la mejor manera y así prevenir lesiones y buscar mejor rendimiento con menor esfuerzo”, sintetiza el especialista, que además asegura que esto es algo que se está haciendo también en otras partes del mundo.
Para Pat Von Borowski, alumno de crossfit hace cuatro años y atleta de competición hace dos, este agregado de las máquinas le sumó mucho a su objetivo. “Los cambios se notan enseguida, tu capacidad de trabajo aumenta y preparás mucho más el sistema cardiovascular. Es un aporte general a tu capacidad física. Y es interesante, porque no es estar haciendo máquinas aisladas, como sucedería en un gimnasio, sino que las usás como complemento y resulta perfecto”, sostiene. Pat asegura que esta novedad es algo que también puede verse en los Crossfit Games, una suerte de mundial de esta disciplina.
El foco en la alimentación
En línea con los cambios que van surgiendo, el foco en la alimentación saludable es otro de los puntos que más crecieron. De hecho, en Sialamaluca llevaron este interés un paso más allá y, mediante una alianza con el emprendimiento Tienda Delibox, ofrecen viandas, alimentos congelados y hasta clases de cocina, todo con un sello saludable y fit que se produce en el mismo box. “Proponemos una alimentación clean, es decir, limpia de aditivos, conservantes y procesados, con harinas alternativas y platos ricos, para que, al margen de ser saludables, te tienten y quieras comerlos”, describe Giselle Riedel, socia junto a Carolina Palacios del emprendimiento de comida saludable.
Con gran éxito entre los alumnos, que complementan su esfuerzo con una alimentación sana al alcance de la mano, algunos de sus platos estrella son los braseados de ternera con chips de batata, las bondiolas a la mostaza, las pizzas sin gluten y las variantes de pastelería –el agujero más grande al momento de mantener hábitos saludables–, como muffins, tortas, postres y hasta una versión del clásico postre Mantecol. “En el deporte, la alimentación es fundamental. Es el combustible que le das a tu cuerpo para moverse y cada alimento influye en tu desempeño –apunta Palacios–, Por eso, según lo que cada uno busque, sea bajar de peso, generar músculo o mantenerlo, entre otros objetivos, les brindamos viandas que contengan diferentes proporciones y combinaciones de proteínas, grasas saludables e hidratos de carbono.”
Así lo comprobó Dominique Froment, que entrena en Sialamaluca hace dos años y desde hace uno se suscribió a las viandas de Delibox. “Entendí que realmente la ecuación es 30% ejercicio y 70% lo que comés. Antes, aunque hacía ejercicio, no bajaba de peso porque me tentaba con porquerías y lo que comía equivalía a lo que quemaba en el entrenamiento. Pero variar el modo de alimentarme me cambió el cuerpo. Adelgacé mucho dejando las harinas y me sentí desde el principio con más energía y fuerza. Significó una gran diferencia en el resultado.”
Consultados sobre si estos cambios son la estrategia de crossfit para convertirse en hábito en lugar de moda y perdurar en el tiempo, y no ser el paddle de los 2010, todos los entrevistados coinciden. “No se trata de un juego, realmente se inventó una nueva modalidad de entrenamiento con la que la gente se siente cómoda y tiene grandes resultados. Notamos cambios radicales en la gente que viene y tenemos una tasa de fidelización muy alta. Crossfit llegó para quedarse. Basta saber que en su origen, en Estados Unidos, es una empresa que crece al 70% anual y está valuada en US$ 3000 millones”, destaca desde Bigg Joaquín Malbrán.
“Dentro de América latina, la Argentina es uno de los países donde crossfit más explotó. Como sociedad somos bastante adictos a las modas y eso puede ser una explicación, pero ahora el desafío es que perdure, y por eso esta evolución. Transformarlo en un deporte y que llegue a cada vez más gente es una gran clave. Y creemos que estamos en el camino correcto”, concluyen desde Sialamaluca.
Lo más nuevo
Rutinas aeróbicas
A diferencia del crossfit más puro, con peso y uso de barras, se hace hincapié en las rutinas más aeróbicas y funcionales, con movimientos que imitan los de la vida diaria y ejercitan varios músculos por vez
Amplitud de público
Como se generan hasta 15 rutinas distintas en una misma clase, se abarca un público más amplio: desde mujeres y adolescentes hasta deportistas profesionales y amateurs que buscan complementar su entrenamiento
Alimentación
Los ejercicios se complementan con la alimentación, y algunos gimnasios ofrecen viandas o productos saludables, que pueden ser de las corrientes fit, paleo o sin gluten, entre otras
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