Creados hace medio siglo, estos aparatos bancarios evolucionaron a tal punto que permiten realizar diversos trámites
- 3 minutos de lectura'
Hace cincuenta años, si una persona necesitaba dinero en efectivo tenía que ir al banco. Y para eso, debía ir a la sucursal más cercana en horario de oficina. Ni un minuto más tarde. De lo contrario se quedaba con los bolsillos vacíos.
Y eso es lo que le sucedió al británico John Sheperd-Barron, el inventor del cajero automático.
En una entrevista que el concedió a la BBC en 2007, Sheperd-Barron contó cómo se le ocurrió la idea. Enojado y frustrado, se marchó a su casa y aquella noche, mientras se bañaba, empezó a pensar en cómo podía tener acceso a su dinero a cualquier hora.
Pensó en las máquinas que vendían chocolates: al insertarles una moneda y tirar de una palanca se abría un cajón y caían los chocolates. Pero en vez de chocolates su invento daría dinero a cambio de un cheque.
Autenticidad
Para que la máquina pudiese detectar la autenticidad del cheque y éste pudiese ser pagado, se creó un proceso que requería que el cliente pasase por la entidad bancaria y se le entregasen tantos cheques por valor de 10 libras esterlinas como necesitara y cuya cantidad era descontada de la cuenta antes del pago.
Estos cheques estaban impregnados de carbono 14, lo que hacía que al ser introducidos en el cajero, reconociese su autenticidad y entregase las 10 libras. Pero antes de introducir el cheque, el cliente debía identificarse con una clave.
¿Seis o cuatro dígitos? Durante el desarrollo del cajero automático, Sheperd-Barron le comentó a su esposa, Caroline, la idea de crear una contraseña de seguridad. “Estábamos en la mesa de la cocina y le pregunté a Caroline cuál era el número máximo de dígitos que podía recordar sin problemas”, le relató el inventor a la BBC.
Él pensó en uno de seis cifras cuando se dio cuenta de que podía recordar los seis dígitos de su registro militar, pero ella le dijo que le costaba recordar seis números por lo que lo dejó en cuatro. Así es cómo nació el PIN (Personal Identification Number) o clave personal de cuatro dígitos, que se ha convertido en un estándar mundial.
El 27 de junio de 1967 se instaló el primer cajero automático -creado por Sheperd-Barron y comercializado por la firma británica De La Rue- en una sucursal del Banco Barclays. Desde aquella fecha estos aparatos se extendieron por todo el mundo.
Hoy, la red de más de 3 millones de ATM (Automated Teller Machine, el nombre genérico de estas máquinas en inglés) se extiende desde la estación antártica de McMurdo, en el sur, hasta el pueblo de Longyearbven, en Noruega, en el norte. Según el Banco Mundial, el país que más cajeros automáticos tiene es Brasil, con unos 160.000 seguido de Japón con casi 105.000.
Los ATM no sólo se propagaron por todo el planeta, sino que además evolucionaron mucho hasta convertirse en máquinas que no sólo dispensan dinero, sino que también realizan muchas otras operaciones bancarias, como depósitos, transferencias y pago de cuentas.
BBC MundoOtras noticias de Historias para conocer
Pasó por varias carreras. Viajó a España pero dejó su trabajo en Barcelona para volver al país y concretar su proyecto
De la mano de cuatro vecinos. Recorremos los ateliers de la Casa de Estudios para Artistas, un ícono de la arquitectura moderna argentina que volvió a vivir
Visita fugaz. El día que Celia Cruz volvió a tocar suelo cubano tras 30 años en el exilio y se llevó arena para su entierro
Más leídas de Lifestyle
"Me muero de amor". La reacción de Franco Colapinto al ver el video de una mini fanática
Patrimonio de la Humanidad. Cómo es la ciudad más antigua del mundo en el Mediterráneo oriental
Longevidad. Los 10 hábitos saludables a cumplir para aumentar la esperanza de vida
Gran contribución. El permitido dulce que aporta mucho magnesio y no lo sabías