“Perdón Leo”. Quién es Jero Freixas, el influencer que jugó con Messi en la despedida de Maxi Rodríguez
El actor y youtuber recuerda cómo fue su camino hasta la cima de las redes sociales
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Llevaba tres años haciendo videos virales en Instagram cuando, en agosto de 2021, Lionel Messi lo premió con un “like”. Un corazoncito que cambió su vida. Sus seguidores se multiplicaron al instante (lo que disparó su popularidad y también sus ingresos). Después recibió un mensaje privado del capitán de la Selección Argentina donde le contaba que se divertía mucho con sus historias. Desde entonces, se mantuvieron en contacto virtual, pero nunca se vieron las caras. Finalmente, el sábado 24 último, Jero Freixas pudo conocer a su ídolo (y el de muchos).
Más de 40 mil personas despidieron a Maximiliano Rodríguez, ídolo indiscutido de Newell’s. Fue en un partido homenaje entre el club que lo vio nacer como futbolista y la Selección Argentina, que se realizó en el Estadio “Coloso” Marcelo Bielsa. Una noche llena de emociones para “la Fiera”, en la que estuvieron presentes sus amigos Lionel Scaloni, Ángel Di María, Leandro Paredes, Ezequiel Lavezzi y glorias de Newell’s como Gabriel Batistuta, Gerardo Martino y Roberto Sensini. También sus hijas, Alma y Aitana, que jugaron una parte del partido despedida y la presencia que desató una ovación en el estadio: Lionel Messi, presente en el mismo día de su cumpleaños.
También hubo figuras del espectáculo, destacados hinchas de Newell´s, como los humoristas Pablo Granados y Pachu Peña. Pero llamó especialmente la atención la presencia del youtuber Jero Freixas, que llegó a Rosario para cumplir con la invitación que le había hecho Maxi. Además de estar en la fiesta despedida de “la Fiera”, Freixas soñaba con conocer a Lionel Messi: el sábado no solo cumplió su objetivo, sino que compartió unos minutos de juego con él, incluyendo un “blooper” que se hizo viral en las redes sociales.
Jajajaj perdón Leo!! https://t.co/j9NPVabAkA
— Jero Freixas (@jerofreixas) June 25, 2023
¿Cómo empezó el recorrido de Freixas? En 2018, él y su mujer, Josefina De Cabo, prendieron la cámara de un celular adentro de su auto y entablaron un diálogo sobre la invitación al casamiento de los primos de ella en pleno Mundial de Rusia. Fue uno de los tantos videos que decidió publicar en una red social, en busca de un anzuelo que lo subiera a la superficie. La viralización, uno de los fenómenos que acompaña a los contenidos digitales, comenzó a hacerse aliado de ese compacto de 3 minutos y 20 segundos. De una charla espontánea y una popularidad que ascendió a niveles insospechados.
El humor trascendió fronteras y lo colocó en un pedestal. Las visualizaciones se sumaron a un contador que no paraba de actualizarse y darle la razón a una decisión que tuvo que meditarla un tiempo: abandonar su trabajo como cadete administrativo, lo que incluía una prepaga para su hija y aparejado con ello, el poco tiempo para realizar producciones que sean del agrado del usuario que está del otro lado de la pantalla y oficia de jurado.
“Ese video lo trabajé mucho, lo grabé 20 días antes del inicio del Mundial de Rusia y me demandó hacerlo muchos años de trabajo, un largo camino en el teatro. Una vez que entendí cómo funcionaban las redes, apunté a que la temática de los videos sean de la dinámica de la pareja; con Jose (por su esposa, Josefina) sentimos una identificación y se nos ocurrió hablar del casamiento de su primo. Grabamos durante una hora y media un sábado, dos días después lo edité y se subió a YouTube y luego a Instagram”, recuerda Freixas.
Un mensaje de WhatsApp de un amigo lo alertó de que el camino escogido fue el correcto y el contenido comenzó a fluir en grupos amigos, hasta llegar a países donde jamás lo hubiese imaginado: “Llegué a mi casa y vi que en YouTube ya tenía 7 mil visitas, que para ese momento era un montón. Cada vez que miraba, subía el número y empecé a entender que en otros países el video empezó a picar. Al otro día, abrí la puerta de la cocina y encontré a Jose con los ojos abiertos. Lo primero que me atinó a decir fue ‘gordo, somos virales’”.
De cadete a “girar” por el mundo
Siempre supo que quería ser actor. Esquivó los test vocacionales que le indicaban como resultado un destino de comunicador social o abogado. Cambió la apatía de su papá Fernando, que no veía con buenos ojos su proyecto de vida, a que él sea uno de sus principales seguidores y un sosten emocional en una sala de teatro donde pasaba la gorra al terminar las funciones. Guiado por su instinto, luchó contra los lineamientos de una sociedad que le obligaba a tener un sueldo fijo y una obra social que abarcaba también el cuidado de su hija Rita. Dentro de la vorágine de la rutina, tenía muy poco tiempo para estar con su esposa Josefina, quien hoy en día es su partener y clave del éxito para que su nombre esté en la agenda de los productores más importantes del país.
“Desde chiquito me apasionaba ser actor, escribir poemas, actuaba en los cumpleaños de mi familia, era un showman. Me conectaba con el teatro. En mi intimidad, sin que lo sepan mis compañeros de colegio, donde había mucho bullying para el que salía de una supuesta ‘normalidad’, escuchaba Pimpinela, donde ellos montan un show. Era una persona más sensible que la media”, manifestó Freixas.
En medio de una época donde Internet y las clases virtuales no eran moneda corriente, ingresó en el Centro Cultural Rojas, ubicado en la avenida Corrientes, para palpar lo que era subirse a un escenario: “Me anoté en una clase de teatro que daba Alejandra Flores; recuerdo que eran los viernes por la tarde. Ahí me volví loco, me metí en un juego de los no perjuicios, de poder mover el cuerpo como se me diera las ganas, gritar, meterme en un personaje”.
Por un contacto de su papá, y acompañado por un pequeño fuego interno de ser futbolista, consiguió una prueba en River y “quedó”... pero renunció poco tiempo después porque no se sentía cómodo en ese ambiente. En marzo de 2004, con el apoyo de sus hermanas Clara y Luisa, juntó coraje y le dijo a su padre que lo suyo era la actuación (a pesar de que un test vocacional indicaba que su futuro estaba en un juzgado, como abogado, o en un medio de comunicación como periodista).
Su padre, conservador, no recibió con agrado la noticia. Sin embargo, después de varios días de una profunda desazón por no sentir el espaldarazo, se inscribió en la Universidad del Salvador en la carrera de artes dramáticas. Allí conoció a Josefina, con quien hoy tienen dos hijos, Rita y Ramón.
En el comedor de su antiguo trabajo, donde realizaba una jornada laboral de 8 a 19 como cadete de una empresa textil, un grupo de compañeros de trabajo, sentados en una mesa, observaban un video de una persona por Instagram y lo llamaron para que lo mirara. El fuego interno se avivó nuevamente. A la noche de ese día, Jero le reveló a su esposa que quería adentrarse en el mundo de las redes: “Es mi última oportunidad”. Así fue como decidió filmar su primer video, así fue comenzó todo.
Actualmente, su cuenta de Instagram tomó una dimensión superlativa: tiene 1,5 millones de seguidores. Jero y Jose se dedican tiempo completo a su pasión, la actuación: mientras hacen contenidos para sus redes, “giran” por el mundo con una obra de teatro, Una pareja real, que ya presentaron en gran parte de Latinoamérica y también en España. Los vieron más de 70 mil espectadores. Grabaron videos con grandes glorias del fútbol internacional y ahora, además, Jero tira paredes con Messi.
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