
Jamones naturales
El jamón cocido argentino vuelve a ser lo que siempre fue, un producto cuidado, rico, artesanal y reconocible en su textura tradicional, gracias a la resolución 395/2003 del Senasa, publicada en el Boletín Oficial. La Asociación Argentina de Productores de Porcino logró hacerse escuchar y el jamón-jamón, el natural y verdadero, con calidad premium como los de España e Italia, ya no podrá venderse como jamón prensado hecho con recortes al que se le agregaron almidones y proteína de soja en su elaboración. Esto también alcanza a la paleta y al lomo cocido. El recurso -para abaratar costos y sumar otras triquiñuelas- terminaba en un producto bien ajeno al cerdo, por cierto.
Además, lo podrán comer sin temor los celíacos -prohibido hasta ahora por los médicos- y todos volveremos a degustar ese sabor que el tiempo nos fue robando, a expensas de negocios que los consumidores no podían apreciar.
El jamón cocido se hace con carne de las patas traseras del cerdo, sin huesos, cartílagos, tendones y ligamentos, con o sin pellejo y grasa, curado, sazonado con especias y aromatizado en su sabor natural o ahumado.
El aspecto final es limpio, uniforme y sin manchas, de un agradable color. Así es el buen jamón cocido natural.
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