Inspirarse en la ducha. Cuando la magia irrumpe en la vida cotidiana
¿Por qué las mejores ideas pueden surgir mientras nos damos un baño, caminamos al aire libre o hacemos dibujos?,¿Por qué las mejores ideas pueden surgir mientras nos damos un baño, caminamos al aire libre o hacemos dibujos?
Unos días antes de que empezara el Mundial de Brasil 2014, mientras se duchaba, el ejecutivo de una multinacional de consumo masivo se imaginó una canción para compartir con sus amigos durante el viaje para ver a la selección. La estrenaron en el "banderazo" de Río, en la previa de Argentina-Bosnia, y el hit fue tan pegadizo que la gente que los rodeaba no pudo dejar de entonarlo durante 40 minutos. "Brasil, decime qué se siente?" no surgió de un workshop de creativos publicitarios, ni de un laboratorio de innovación, sino de la inspiración de Ignacio Harraca, un porteño fanático de Platense que nunca imaginó el nivel de viralización que tendría la idea que se le ocurrió bajo la ducha.
Un buen baño de agua caliente, caminatas largas al aire libre, reírnos, meditar, soñar despiertos, dibujar lo que pensamos y hasta hacer malabares son algunas de las actividades que distintos abordajes científicos, en forma reciente, vinculan al proceso creativo. Algunas se correlacionan de manera fuerte con las rutinas y los hábitos de las personas altamente innovadoras, y otras tienen una explicación neurocientífica por detrás: cuando hacemos deportes, nos reímos o nos bañamos nos deshacemos de "filtros" mentales que nos condicionan en los momentos de actividad más atenta, lo cual permite que la inspiración fluya de otra forma; y además se libera dopamina, asociada a la creatividad.
La presencia creciente de la creatividad en la vida cotidiana es uno de los temas centrales de Ideas en la ducha (Sudamericana), el nuevo libro del periodista y economista Sebastián Campanario, que escribe en este mismo suplemento, los sábados, y la columna "Álter Eco", de Economía de los domingos en la nacion. Es su tercer ensayo, luego de La economía de lo insólito (Planeta) y Otra vuelta a la economía (Sudamericana, en coautoría con Martín Lousteau).
Ideas? entra en la categoría de libros de divulgación sobre pensamiento innovador que por estos días dominan Estanislao Bachrach (En cambio y Ágilmente, ambos de Sudamericana) y Facundo Manes (Usar el cerebro, de Planeta), pero no se limita al abordaje desde las neurociencias, sino que plantea un esquema coral: el capítulo sobre "El efecto statu quo y los enemigos de la innovación" se basa en descubrimientos de la economía del comportamiento, y "Librados al azar", en hallazgos de la teoría de los sistemas complejos. A lo largo de las páginas van desfilando escritores, directores de cine, emprendedores, diseñadores, jugadores de ajedrez, tuiteros, programadores, contadores, músicos y abogados, entre otras profesiones. La creatividad dejó de ser un monopolio de las agencias de publicidad y de la psicología y hoy cruza en forma transversal todos los sectores: tiene protagonismo en aumento no sólo en la vida diaria, sino en el discurso corporativo (todas las empresas hablan de innovación y disrupción) y en el de los principales candidatos políticos.
Luego de una introducción sobre "el verdadero origen de las ideas", la primera mitad del libro discurre entre consejos, secretos y mitos que rodean al pensamiento innovador. Desde la intensidad ideal del sonido ambiente para despertar la inspiración (70 decibeles, según la aplicación Coffitivity, que promueve un fondo de cafetería tipo Starbucks para concentrarse) hasta técnicas de "mapas mentales" (que son mejores que las clásicas listas de tareas para fomentar conexiones mentales más ricas), pasando por la meditación (con sugerencias de una entrevista con el director de cine David Lynch), el poder de las preguntas, la fuerza de una actitud distinta frente a los fracasos y errores o la infinidad de recomendaciones emergentes del movimiento de los life hackers, que difunden indicaciones para mejorar la productividad personal (y generar nuevos espacios para la creatividad).
El futuro de los procesos creativos se juega con la misma lógica que se discute para la economía y la sociedad en general: los fenómenos disruptivos que están apareciendo en la ciencia, que prometen cambios nunca vistos de la mano de aumentos exponenciales en los avances tecnológicos, también incrementarán en la misma medida la capacidad de crear, a nivel individual y colectivo. La difusión de la impresión 3D, por caso, entra como un acelerador en esta dinámica, porque permite un "prototipeado" rápido de productos para testear, y replica la lógica de la producción de software (con una iteración de prueba y error veloz y barata) para la de bienes físicos.
Los nuevos programas y herramientas para la creación colectiva abren un camino inusitado para el pensamiento grupal y la "cocreación" entre individuos en distintos lugares del planeta. Y lo que se conoce como el fenómeno big data (la explosión de datos en Internet y los instrumentos analíticos para extraer conclusiones útiles de ellos) le baja el precio a la intuición y se lo sube a la creatividad, la última de las habilidades humanas que podrá ser imitada por la inteligencia artificial.
En este contexto, la Argentina aparece como una cantera de talentos, con buenos indicadores en creatividad, emprendedorismo y efervescencia cultural. El profesor de Chicago David Galenson, experto en economía de la creatividad, viaja a Buenos Aires una vez al año y asegura que el capital innovador de los argentinos está subestimado a nivel global. El país tiene la mayor tasa de visualizaciones de videos online del mundo per cápita, sigue con buenos resultados en los festivales de publicidad y es la nación con mayor flujo de contacto con HyperIsland, la meca sueca del marketing digital. En publicidad, diseño y neurociencias, tres sectores vinculados al vector de la innovación, la Argentina genera figuras de peso a nivel mundial.Con trayectorias más o menos exitosas y reconocidas, los actores de la película de la creatividad comparten un rasgo en común: la pasión por lo que hacen. Las más de 200 fuentes citadas en Ideas en la ducha trasmiten su entusiasmo en cada historia.
Sábados de innovación
IDEAS EN LA DUCHA
Sebastián Campanario (Sudamericana)
Inspirado en varias columnas que salieron en este suplemento, el libro focaliza en las técnicas para encontrar la creatividad en la vida cotidiana. Cómo salir del piloto automático, qué trampas mentales nos impiden cambiar o cómo organizar el día para ser más creativos son algunos de los temas que se pueden leer en sus páginas.
sonia@sociopublico.com