Andrea Goldin (36) ideó una serie de juegos para niños aplicando conocimientos en neurociencias
Texto: Leandro Africano / Fotos: Vera Rosemberg
Andrea Goldin (36)
¿Quién es? Doctora en Ciencias Fisiológicas, licenciada en Ciencias Biológicas, investigadora del Conicet y profesora de la Universidad Torcuato Di Tella.
¿Qué hizo? Aplicando las neurociencias, ideó y puso en marcha un juego digital que promueve el entrenamiento cognitivo de los niños, especialmente de aquellos en situación de vulnerabilidad.
¿Cómo lo hizo? En 2012, Andrea Goldin sorprendió en el escenario del TEDxRío de la Plata con su presentación “Cerebrar la educación”, en la que anticipaba parte de sus investigaciones sobre los principios de la neurociencia aplicada a la educación, que en gran medida fue su tema de tesis de doctorado. Luego, su entusiasmo e inquietudes la llevaron a liderar un equipo de científicos que desarrollaron una plataforma informática que tiene como objetivo ampliar las habilidades de los niños a través de juegos digitales. “Hoy somos investigadores que nos propusimos potenciar y medir la mejora en la atención y en la flexibilidad de la cognición, sobre todo para ayudar a niños que por diversos motivos no concurren con frecuencia a la escuela”, explica Goldin desde su despacho en la Universidad Di Tella de Buenos Aires.
El contexto que tienen en cuenta es que la denominada “suerte de cuna” influye decisivamente en que un niño reciba más o menos estimulación durante su infancia. Si su familia vive una situación económica compleja y no puede llevarlo a la escuela con regularidad, sufrirá mayor estrés y vulnerabilidad. Esto condicionará el desarrollo de sus habilidades de conocimiento y probablemente limite sus oportunidades de inserción escolar y social. En este sentido, cada juego está diseñado para estimular y retar a los chicos sin frustrarlos, de modo que puedan desarrollar sus habilidades. “Está pensado para capacitar cognitivamente y mejorar los aprendizajes de aquellos pequeños que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, aunque puede ser implementado en cualquier establecimiento escolar”, señala la especialista en neurociencia y agrega: “Pudimos demostrar científicamente que los niños expuestos al juego logran mejoras en sus capacidades cognitivas que les permiten alcanzar los objetivos escolares”. Por ejemplo, dentro de la plataforma de Mate Marote hay juegos para aprender a enumerar una serie de pasos con el fin de alcanzar un objetivo, desafiar la capacidad de concentración, la atención, la planificación y la memoria. Estos juegos, además, insertados en la dinámica escolar y con soporte pedagógico, tratan de corregir esos desajustes sociales desde un espacio que es muy propicio para los chicos de hoy: el ecosistema digital.