Su nombre es Gonzalo Lauda y cada imagen cuesta, aproximadamente, 3000 dólares
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Gonzalo Lauda (55) propone un estilo de fotografía que podría beneficiar a la Educación. Recrea batallas históricas en los lugares de los hechos y con miembros reales del Ejército. Luego explicará en detalle cómo lo gestionó y qué busca lograr, pero adelanta que uno de sus objetivos es “que la gente se enamore de la historia argentina a través de los efectos visuales de sus imágenes”. Lauda es de zona norte. Se considera un creativo natural: “De chico me iba muy mal en el colegio, pero dibujaba bien y armaba de todo con los Rasti”. Otra cosa a saber de él: fue alumno del La Salle Florida, el Olivos School y el Nacional San Isidro.
Siempre supo que querría ser fotógrafo, por más que antes no se tratase de una carrera habitual. “No se estudiaba en la universidades”, dice. De hecho, él aprendió autodidácticamente. Describe que así se enamoró de la fotografía: “Un día, a los 17 años, estaba sentado en la playa de Cariló, en un médano, y vi a una chica sacando fotos del mar y de la arena. Luego me enteré de que las vendía. Había mucha gente que hacía eso. Me entusiasmó la idea. Yo estaba en el colegio todavía. Volví, le conté a mi viejo. Comencé un curso que dictaba Pedro Luis Raota. Ahí empecé a sacar fotos”. Pocos días después sus padres le compraron su primera cámara, una Minolta K 1000. “En ese momento yo no tenía idea de fotografía; me dieron la que me dieron”.
A los 18 años hizo la Colimba en el regimiento de granaderos a caballo. De allí se llevó varias ideas para los proyectos que crea hoy. Ahora Lauda vive de la fotografía. Cree que el secreto fue no encasillarse con un estilo. Hace todo: retratos, imágenes de paisajes, fotos micro y macro y trabajó en el área de publicidad para grandes compañías de los sectores automotrices, aeronáuticos y gastronómicos. Aunque lo que más le apasiona es el tomar fotos de paisajes.
Una excursión inesperada a las Islas Malvinas
En 2014 viajó a las Islas Malvinas. Un grupo de colegas le propuso ir en un tour a sacar fotos de los escenarios de las batallas más icónicas. “No sabía con qué me iba a encontrar. Yo me había quedado con la imagen de la guerra y con los colores del cine de los 80. Pero cuando llegué, vi otra cosa. Había color y autos modernos”, relata.
Luego del recorrido por Monte London y otras zonas icónicas del conflicto bélico, Gonzalo quedó insatisfecho. “Ya se habían tomado varias fotos de esos lugares. Yo no quería hacer lo mismo”, explica. Durante los siguientes días caminó y caminó, hasta que tuvo una epifanía: “De repente una mañana me levanté a las 6 de la mañana y estaba todo nevado. De golpe, vi otra cosa, y empecé a caminar todo y a sacar muchas fotos”. Enfatiza en que “mi cabeza no estaba en la batalla, sino en registrar cómo son las Malvinas hoy”.
Colección “Batallas”
-Gonzalo, ¿cómo se te ocurrió recrear las históricas batallas por la Independencia argentina?
-Yo tenía ganas de producir fotos históricas de ese estilo. Pero cuando empecé a hacerlas, lo primero que surgió no fue la idea de las batallas. Yo había hecho una foto medio antigua sobre un prostíbulo francés, pero era complicado porque no era fácil conseguir vestuario de época. Y pensé: “El único lugar en el que hay vestuario de época acá es el ejército”.
-¿Cuánto (con qué) aporta el ejército a tus fotos?
-Con todo. Con vestuario y con soldados. No uso actores, son todos soldados reales. En las únicas en las que había extras eran en las que había enemigos ingleses.
-¿Fue fácil convencerlos de que te proveyeran todos esos recursos?
-Al principio, no. Me presenté, les comenté mi propuesta y no me prestaron mucha atención. Yo los necesitaba, porque el alquiler de esos trajes tenía un valor de 2 millones de pesos.... No los podía pagar. Pero tuve la ayuda de un General retirado que conocí en el viaje a Malvinas. Él me ayudó con los contactos y a conseguir todo. Él me llevó a los Patricios. Pegué buena onda con ellos; de hecho, ellos me ofrecieron a los Granaderos. Y los de Granaderos me hicieron el puente con todas las instituciones que tuvieran uniformes históricos.
-¿Cómo es tu método de trabajo? ¿Elegís qué batallas recrear?
-En realidad empecé a construir sobre los uniformes que tenía, no sobre lo que quería hacer. Yo no decía “quiero hacer tal batalla”. No. Ellos me decían “están los uniformes de Tupungato en Tupungato”, entonces agarraba el auto e iba a Mendoza. Lo mismo con un viaje a Uspallata a un regimiento que es con el que había cruzado los Andes San Martín.
-El método que usás, que es como filmar una película y ponerle pausa, debe ser difícil. Más si trabajás con soldados reales y no con actores.
-A veces tenía que convencerlos de que no se rieran, jajaja, pero trabajan bárbaro.
-¿Cuánto tardan, más o menos, en encontrar la foto perfecta?
-Hemos estado días enteros. Cuando hice la foto de los infernales de Güemes llegué, preparamos todo durante el día y nos fuimos a dormir. Ellos salieron a caballo a las 3 de la mañana a un lugar arriba de la montaña que habíamos ido a ver el día anterior en auto. Yo los estaba esperando arriba. Cuando salió el sol corrimos con los caballos, hicimos una y otra toma, estuvimos todo el día filmando eso y luego bajamos.
-En tu sitio web hay fotos de todo tipo. Hay unas de los comandos élite del ejército. ¿Son parte de otro proyecto tuyo?
-En realidad es como un método de pago. Cuando empecé a hacer esto fui con el jefe del regimiento y le dije “yo no tengo plata [...] te ofrezco mi trabajo como pago por lo que vos me des para la producción. Yo necesitaba , no sé, 50 patricios en un lugar a tal hora. Ellos me dijeron que querían sacarle fotos a los comandos elite.
-¿Las fotos están a la venta?
-Sí, sí. Las estoy comercializando, ya vendí como 14. Yo hago series de 7 copias de cada foto. La de las invasiones inglesas, por ejemplo, ya está completamente vendida.
“Se destruye la Historia”
Lauda está trabajando en un libro que va a recopilar muchas de las fotos que tomó en su carrera. Piensa que las más recientes, esas en las que recrea antiguas batallas de la independencia argentina, podrían ser de gran utilidad educativa. “El libro va a tener una historia sobre cada foto -de una carilla, máximo-. Yo quiero con este libro transmitir, a los que no les gusta la Historia, que pueden haber imágenes pictóricas que, desde lo épico, y con una breve carilla, expliquen de manera atractiva algo de lo que pasó en esas batallas”.
-Es raro, pero hay muy poco material visual de estas batallas. Pocas pinturas.
-Mi visión es que se destruye la Historia. Siempre hay alguien que quiere borrar lo que nos pasó. San Martín murió aislado. A Belgrano lo maltratamos. La guerra de Malvinas… fue mal hecha; no estoy de acuerdo con la guerra ni un minuto, pero hay gente que fue, luchó y murió. Y eso es lo que el libro valora, no si fuimos a la guerra porque Galtieri estaba borracho. Yo quiero llevar el hecho histórico a mis fotos: Malvinas existió.
-¿Van a haber más fotos de batallas?
-Me quedarán una o dos más. Me gustaría terminarlas. Tengo algunas ideas para el futuro. Hace poco viajé al norte para hablar con la gente que vive en lugares olvidados, de donde no se quieren ir, gente que vive en la montaña, por ejemplo. Estuve haciendo pruebas. Lo estoy armando.
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