Fue a cazar y descubrió una enigmática botella con una carta escrita hace casi 40 años
Se encontraba en un humedal cuando halló el envase de vidrio que tenía adentro un mensaje escrito en un papel
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Un hombre que estaba cazando venados cerca de un lago de Estados Unidos encontró una misteriosa botella de vidrio verde que en su interior tenía guardada una increíble sorpresa.
Ross Bruns se encontraba en el humedal cercano al lago Saylorville de Iowa cuando halló el envase de vidrio que tenía adentro un mensaje escrito en un papel. Y se sorprendió al abrir la botella y encontrarse con una carta de casi cuatro décadas de antigüedad.
“Estaba caminando por la orilla, de un modo muy cuidadoso para no asustar a los animales y me encontré con esta botella que tenía un mensaje adentro. Le escribí a mis amigos, que durante muchos años vinieron a cazar a este lugar, y ninguno podía creer lo que les contaba”, aseguró Bruns sobre el mensaje escrito por un hombre llamado Jim Otto en 1983.
La carta, redactada hace 38 años, llamó tan poderosamente la atención del cazador, que decidió escribir a la dirección que figuraba en el mensaje. Y cuando lo hizo, descubrió la historia que se escondía detrás de aquel texto escrito en el papel enrollado dentro de la botella.
El mensaje de Bruns fue recibido por la esposa de Jim, Janet Otto, quien informó que su marido había muerto en 2012. Además, la mujer reveló que no es la primera vez que llega una respuesta de este estilo porque su esposo había arrojado cientos de mensajes al río desde 1976.
“Mientras íbamos y veníamos de Nebraska, donde yo vivía, cruzábamos el río Misuri en Sioux City y él pensaba: ‘Voy a empezar a tirar botellas con mensajes a ver si alguien me contesta’”, explicó Janet a la cadena de televisión ABC.
Doug Otto, uno de los cuatro hijos que tuvo Jim con Janet, también contó sus sensaciones cada vez que recibe alguna carta en respuesta de los mensajes que dejó su padre dentro de las botellas. “A pesar de que murió hace tantos años, la gente todavía escribe y quiere saber quién es y quién es su familia. Y creo que realmente él apreciaría todo esto”, manifestó.
Según su familia, Jim era un aventurero que disfrutaba desafiar al destino. “Quizás demasiado. Se metía en situaciones en las que yo no estaba segura de que mi seguro de vida lo pagaría”, bromeó Janet.
El extraño pasatiempos de tirar botellas en el río, se convirtió en una especie de pasión para Jim. De esta manera, lanzó cientos de envases que él mismo numeraba y catalogaba minuciosamente con la fecha, la hora, las condiciones climáticas y la ubicación del lugar en el que las lanzaba, para aguardar una respuesta a alguna de sus cartas.
Con el paso del tiempo, el entretenimiento de Jim se transformó en hermosos recuerdos familiares que su mujer y sus hijos atesoran con cada carta que reciben. Además, para sus hijos era una actividad divertida.
“Él decía: ‘estamos llegando al río’. Entonces, el que estuviera en el asiento delantero bajaba la ventanilla, tomaba una de las botellas y la revoleaba, después de asegurarse de registrar cuál era y a dónde la había tirado. Ese era nuestro trabajo, asegurarnos de obtener el número y luego lanzarlo”, indicó Doug.
Un total de 65 personas respondieron los mensajes dejados por Jim dentro de las botellas verdes y se pusieron en contacto con los Otto. “Había gente de Inglaterra, de Alemania y de distintas ciudades de Estados Unidos que encontraron las botellas”, aseguró Janet.
“Hay amigos interesantes en Escocia, por ejemplo. Ellos vinieron a visitarnos tres veces. Él estaría emocionado y feliz de que tanta gente todavía encuentre sus botellas. Jim siempre estaba emocionado y yo también lo estoy cuando escucho que alguien encontró una botella como lo hizo el otro día Ross”, agregó Janet.
Y para finalizar, Doug afirmó que el extraño pasatiempos hizo que la presencia de su padre todavía se sienta en la familia y en aquellos que encuentran las botellas de vidrio verde. “Nos hace sentir bien a todos, que Jim todavía esté tocando la vida de las personas”, concluyó.
LA NACION
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