Había llegado de un viaje súper movilizante en Bolsón cuando Jade, una compañera de trabajo me habló sobre esta experiencia. "Es increíble lo que vivís, lo que podés atravesar y visualizar si haces esa terapia. Ahora que estás en plan espiritual, te lo recomiendo", me dijo medio en chiste y medio en serio. Tal vez por mi perfil un tanto rústico y poco permeable a este tipo de terapias es que Jade quiso que conociera a Clara Davaar, la encargada de gestar en mí la sanación de útero, y de trazar ese link tan necesario entre mi mente, mi voz y mi matriz.
El encuentro con Clara sucedió en uno de los días más calurosos de febrero en un departamento de Vicente López. No estaba asustada por lo que iba a vivir, pero sí tenía mucha curiosidad por averiguar aquello que, quizás, iba a manifestar mi cuerpo. "La sanación del útero es un proceso profundo y delicado, y todo en nuestra vida es el resultado de lo que hemos vivido y también es el reflejo de lo que atravesaron nuestros ancestros", me explicó Clara antes de comenzar con nuestra sesión. "Nuestras vivencias están en la memoria de nuestro útero y, al ser el centro de creación más maravilloso que puede existir, tiene el potencial de crear, generar, curar y nutrir hasta las heridas más profundas de nuestra constelación, nuestro cuerpo, mente y corazón".Con esa premisa es que decidí entregarme entonces y empezar a escuchar la voz de mi útero.
Primera fase: relajación y liberación interna
En completo silencio, siguiendo las palabras de Clara y cada una de sus indicaciones, el primer paso fue entrar en calor moviendo cada parte del cuerpo. Desde los pies, los tobillos, subiendo por las piernas y la cadera hasta llegar al tren superior. Con cada movimiento que hacíamos sentía como las articulaciones y los músculos empezaban a moverse hasta empezar a escuchar el crujir de cada hueso de mi cuerpo. La maquinaria se había puesto en movimiento, algo así como una locomotora vieja y oxidada que empezaba su recorrido.
Después, continuamos activando las distintas partes de la boca: la mandíbula, el mentón y la lengua acompañado de frases que salían desde lo más profundo de mi garganta. En ese momento, mi estado de relajación fue tal que empecé a bostezar sin poder parar, hasta sentir cómo mis cuerdas vocales se iba limpiando y aclarando con cada sonido. Al comienzo de la sesión, Clara me comentó que este trabajo tiene distintas capas de profundidad y que cada una de ellas va a generar diferentes efectos en mi vida. "A medida que tu útero va abriéndose y confiando en el trabajo, va a dilatarse, expandirse y experimentar distintos tipos de placeres en varios planos. Siempre digo que la energía sexual es la energía vital que habita desde la sexualidad, la economía, las relaciones familiares y las amistosas".
Según Davaar, esta inteligencia vive dentro de nuestro cuerpo, nuestra mente, corazón y espíritu, y con este trabajo la voz se abre y uno comienza a sentir la relación que existe entre la apertura uterina y las cuerdas vocales, en lubricación, elasticidad y tonicidad. "El aire que entra en tu cuerpo va a poder expresarse con mayor libertad. Esto va a mejorar notablemente tu calidad de vida, va a limpiar tus memorias que quedaron rígidas en tu garganta y esto va a desbloquear tu comunicación". Siempre fui una persona de hacer mucho deporte, pero la verdad que cuando empecé a mover mi cuerpo noté esa rigidez de la que me hablaba Clara y sentí como mi cuerpo y mis cuerdas vocales me agradecían por pensar en ellos, por recordar que existían.
Segunda fase: conexión con el pasado y revalorizar el presente
El paso siguiente fue acostarme en el piso y empezar a visualizar las distintas partes de mi cuerpo. Este proceso lo hicimos con inspiraciones intensas y con exhalaciones de voz que me resultaron super liberadoras. Noté cómo expulsaba una suerte de mano invisible que me atoraba el cuello y la garganta, tal vez estaba eliminando esas cosas que no digo y que suelo callar por miedo a los resultados posteriores. Sin embargo, algo se estaba moviendo adentro mío. Tal vez, la voz de mi útero estaba empezando a hacerse carne y el mensaje revelador vendría unos minutos después.
Una vez que recorrí con mi mente cada sector de mi cuerpo, me senté con los ojos cerrados y me entregué a un nuevo camino, esta vez, el de mis recuerdos. Visualicé mi nacimiento, el 12 de mayo de 1982, las caras de mis padres y la alegría de mis dos hermanos por mi llegada. Me ví jugando en el patio de mi antigua casa, trepando al limonero que teníamos en el jardín, siempre contenta con una infancia muy feliz. Luego aparecí en mi escuela primaria y me anclé en el momento en que me convertí en "señorita". Recordé la emoción de mi profesora de gimnasia y el brindis con coca-cola en el campo de deportes. Pero, tal vez, el momento bisagra de la sesión fue cuando Clara me llevó al recuerdo de mi primer beso y mi primera vez.
"Vivimos en un mundo muy hostil. La mujer está comenzando a posicionarse en un nuevo lugar y un nuevo paradigma está llegando: esto muestra cuánto dolor habita dentro nuestro, cuántas cosas no dichas, cuántos miedos no superados quedaron en nuestro sistema, cuánto abuso atravesamos, desde lo sexual, desde todos los planos de la vida", me había dicho Clara al comienzo de la sesión. Inmediatamente, comprendí que muchas veces la voz que viene desde nuestro interior es silenciosa, pero está muy presente. Solo hay que abrir nuestros sentidos y conectarnos en ese mensaje que nuestro cuerpo nos está dando. También pensé que si todo lo que nosotros y nuestros ancestros vivieron habita dentro en las memorias de nuestro útero, a través de esta sesión iba a poder limpiar los malos recuerdos y dejarlos atrás.
En esa búsqueda descubrí que fui una verdadera afortunada, que gracias a dios nunca había pasado por una situación incomoda con un hombre y que tenía que estar completamente agradecida de haberme cruzado con parejas tan respetables, tan amorosos y protectores, mucho más en este contexto del #noesno tan presente en nuestra sociedad. Así todas mis vivencias se revalorizaron y recobraron un nuevo sentido para mí.
Terca fase: final inesperado
Cuando finalizamos nuestra sesión, Clara me contó que en esta recorrida por los recuerdos de mi adolescencia ella había notado mi fortuna de haber vivido nada más que bellas experiencias y que tenía que estar súper agradecida por que era algo que no sucedía tan a menudo. Dicen que mediante la sanación del útero uno puede abrir caminos, curar dolores (sean físicos o emocionales), pero que todo depende de cuánto una está dispuesta a entrar en aquella dimensión que no se puede ver con los ojos. Cuentan que después de esta vivencia la conexión con tu cuerpo va a ser totalmente diferente: tu sistema nervioso entenderá el ‘link’ que existe entre todas tus articulaciones, todos tus órganos, fluidos y huesos, en relación con tu energía vital primordial, que generalmente está adormecida por los traumas que han quedado en la memoria celular.
En mi caso puedo decir que al mover toda esta energía y al abrir mi útero comprendí la relación entre mi linaje femenino (tanto materno como paterno) y las cuestiones que no estaban fluyendo en mi vida. Ahora, por lo menos intento hacer el ejercicio de agradecer por los buenos momentos vividos y empezar a comunicar aquellos pensamientos que se acumulaban en mi garganta. La conexión entre el útero y nuestra voz es inmensamente estrecha y, sin duda, lo todo lo que sucede en un punto repercute en el resto de nuestro cuerpo. Definitivamente, es momento de comenzar a escuchar la voz de mi útero.
¿Quiénes pueden practicar esta experiencia?
-Todas las mujeres que hayan menstruado y aquellas que hayan tenido relaciones sexuales, independientemente de la edad.
-Para algunas el proceso de sanación será más difícil, dependiendo de las resistencias inconscientes que cada una tenga y de su historia de vida.
Es ideal para mujeres que:
- Quieren expandir su cuerpo, mente y corazón
- Buscan sanar heridas en el cuerpo, desde memorias de abusos hasta enfermedades como el cáncer.
- Quieren aprender a tener más placer sexual, conexión con una y con lo que la rodea
- Buscan quedar embarazadas y no pueden.
- Buscan conocer el Poder de su Sagrado Femenino.
- Quieren conectar con su real belleza, la que habita en su esencia verdadera y no en los estándares de belleza que se imponen por la sociedad.
- Quieren aprender a entrar en conexión con su ciclo menstrual y el Poder de su sangre como fuente de nutrición.
- Cantantes o no cantantes que quieren conocer el poder de la relación entre La Voz y los órganos sexuales y el placer sexual que habita en las Cuerdas Vocales.
Origen y maestros
El trabajo uterino viene desde los tiempos más antiguos, cuando el ser humano estaba conectado con su propio poder. Las mujeres se reunían en estados de luna llena para hacer sus rituales femeninos, honrando su sangre menstrual, danzando y recibiendo lo que ese mes abría como portal para sus procesos. El caso de "La Voz del Útero" es el resultado de un profundo proceso de investigación. Clara Davaar se formó principalmente como cantante lírica y Terapeuta de Sonido y, aproximadamente hace 10 años empezó con el estudio de la relación entre las cuerdas vocales y el Tantra.
Paralelamente, Clara fue a vivir a las culturas más remotas de Ghana (África), de India, Grecia, Amazonas y otras partes del mundo para recibir conocimientos ancestrales que no se encuentran en las grandes ciudades. Por último, estudió sobre psico-espiritualidad y experimentó muchos trabajos de medicina ancestral, pero principalmente teniendo un enorme compromiso con su conexión espiritual y sus procesos de cura para comprender la relación entre los órganos sexuales, las cuerdas vocales y el placer para la vida.
Si querés saber más sobre "La Voz del Útero" podés ingresar a http://claradavaar.com/ o a @claradavaar
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