La verdura marina que es ideal para la salud del sistema digestivo y aporta muchos nutrientes
Las algas son alimentos repletos de vitaminas y minerales que ayudan a una buena digestión; en el último tiempo, se volvieron virales por sus propiedades y particular sabor propio de la cocina asiática
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Apodadas “verduras marinas”, las algas no solo ofician como alimento, sino que también se usan como medicamento y para tratamientos de belleza. Yael Hasbani, Health Coach certificada en Salud y Nutrición Holística, explica que “al ser de origen vegetal y natural, aportan un montón de cualidades nutritivas que son ventajosas para la salud”. Pero, ¿qué esconden realmente? ¿Tienen aval científico?
¿Qué son las algas marinas comestibles?
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), las algas marinas se consideran alimentos saludables, nutritivos y de bajo contenido calórico. A través de un informe, enfatizan que en un contexto donde los problemas ambientales son cada vez mayores, “las algas constituyen una de las diversas opciones sostenibles que pueden contribuir a la seguridad alimentaria mundial”.
Desde tiempos remotos, forman parte de una tradición culinaria de las sociedades del continente asiático, quienes las incluyen de manera regular en su alimentación. Actualmente, China y Japón son sus principales productores y consumidores. Y se estima que, por día, sus ciudadanos ingieren entre 8,5 y diez gramos de algas.
Por su parte, en los países occidentales se las empezó a incorporar como alimento en las últimas décadas como consecuencia de la curiosidad por la nutrición saludable. No obstante, su uso siempre fue limitado: estaba destinado a la industria farmacéutica y cosmética. El objetivo era extraer los hidrocoloides, compuestos que le dan forma y textura a los distintos productos.
¿Cómo se consumen las algas marinas comestibles?
Las algas se consideran versátiles por sus múltiples formas de cocción y consumo. Estela Mazzei, licenciada en Nutrición, explica que vienen frescas (se asemejan a la lechuga) o secas en forma de láminas, ideales para saltear, hornear, hervir y combinar en distintos platos, preparaciones o en forma de chips para el momento de una colación. Además, “se encuentran en formato polvo para mezclar en infusiones”, resalta la especialista.
“La forma de consumo que la mayoría conocemos es en el sushi. El alga nori envuelve el arroz del roll y hace que conserve su forma. Sin embargo, son infinitas las opciones que hay para ingerirlas”, comenta Hasbani. Para esta coach, además de todos los nutrientes que aporta, “le da a la comida un sabor especial”.
¿Cuáles son los beneficios de comer algas marinas?
Este alimento se posiciona como una gran promesa nutricional. Para Hasbani, lo que lo hace especial es que es fuente de minerales tales como el yodo, una sustancia que no se encuentra fácil en alimentos y que favorece la síntesis de hormonas de la glándula tiroidea; calcio, que provee estructura ósea y dentaria; hierro, que colabora en el transporte de oxígeno y fortalece el sistema inmune; fósforo, que interviene en las contracciones musculares y las señalizaciones nerviosas; y potasio, esencial para el buen funcionamiento cardiovascular y para regular la presión arterial.
Por otra parte, la experta remarca que contiene vitaminas del grupo A, C (solo si se consume cruda), B1 y B12. Entre todas, se encargarán de mantener saludables los tejidos óseos, la piel, los vasos sanguíneos y brindar energía.
Por su parte, Mazzei cuenta que son fuente de fibra: “No solo aportará saciedad sino que regulará el sistema digestivo y generará los aminoácidos esenciales que le darán estructura al organismo y evitarán que se inflame”.
Según la National Institutes of Health (NIH, por sus siglas en inglés), las algas protegen el sistema inmune y el aparato digestivo, y previenen enfermedades crónicas y autoinmunes tales como la diabetes, el cáncer y la hipertensión.
Si bien su consumo es altamente recomendado, Hasbani comenta que ciertos grupos poblacionales deberían evitarlas o moderar su ingesta, entre ellos, “las personas que sufren hipertiroidismo, hipertensión, problemas cardíacos y las mujeres embarazadas o en etapa de lactancia”.
Sucede que “el posible exceso de yodo que traen puede ser contraproducente para aquellos que tienen disfunciones en la tiroides o patologías crónicas”, explica Mazzei y agrega que también pueden traer altas dosis de metales pesados, mercurio, plomo y sodio que a largo plazo son dañinos para la salud.
Por ello, los especialistas consultados hacen hincapié en que las algas no son para incorporarlas a diario porque “no podés controlar ni asegurarte de la cantidad de estos componentes que traen”.
Tipos de algas marinas comestibles.
Mazzei, cuenta que hay dos tipos, las que provienen del mar: kombú, hiziki, wakame, nori y agar-agar y, las del río o agua dulce: espirulina y chlorella. “Entre ellas la diferencia está en la cantidad de nutrientes que tiene cada una, y en el color, que puede ser azul, pardo y rojo en función de la profundidad en la que estén”, describe.
Previo a su consumo, Hasbani recomienda enjuagarlas bien para quitarles el excedente de sodio. Después, sugiere hidratarlas durante media o una hora.
- Kombú: como es una de las algas que más yodo tiene, es recomendada para reforzar el sistema inmunológico, combatir y evitar el agotamiento. También sugiere añadirse al agua de la cocción de legumbres y arroces porque facilita su digestión. De todos modos, debido a un posible exceso de este mineral, su consumo debe ser moderado.
- Wakame: es ideal para incluir en ensaladas, sopas y mezclarla con verduras. Sus beneficios tienen incidencia en el sistema circulatorio; ayuda a remover las toxinas de la sangre. Además, favorece el correcto funcionamiento del aparato digestivo. Una de sus curiosidades es que al hidratarla, expande hasta diez veces su tamaño.
- Nori: de contextura blanda, es conocida como el alga para hacer sushi. Es excelente para tratar problemas cutáneos, disminuir el colesterol y favorecer la eliminación de depósitos grasos.
- Agar-agar: suele usarse en la cocina, sobre todo los vegetarianos y veganos, para gelificar alimentos debido a su poder de absorber agua. Al ser alta en fibra, es una aliada para tratar problemas intestinales.
- Hiziki: es un alga de textura blanda, similar a la nori, rica en fibras y minerales. Sin embargo, no se recomienda su consumo ya que, por lo general, contiene arsénico inorgánico, compuestos químicos que liberan las industrias y que a veces se deposita en el mar.
- Espirulina: es una de las algas de tamaño más pequeño y azulada. Se caracteriza por aportar gran cantidad de proteínas, incluso superar la cantidad que tienen los huevos, el pescado o la carne. También aporta vitaminas, calcio y fósforo. Suele utilizarse como suplemento o en polvo para mezclar en infusiones o comidas.
- Chlorella: al igual que la espirulina, aporta una gran cantidad de proteínas y es una importante fuente de vitamina B12. Es una de las algas con más concentración de clorofila, una sustancia que fomenta el proceso de fotosíntesis y que en el organismo humano actúa como antioxidante.
Si bien las algas son consideradas uno de los alimentos más antiguos, lo cierto es que en el último tiempo han cobrado gran relevancia y popularidad en las cocinas occidentales.
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