Cronobiología: dormirse tarde favorece el aumento de peso más allá de la duración del sueño, afirma un estudio
Una investigación de científicos brasileños reveló que quienes se van a la cama después de las 23 hs presentan los mayores índices de masa corporal; esto ocurre independientemente de la duración del sueño
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Dormir tarde, especialmente después de las 23:00, así como dormir poco, son factores asociados de forma aislada a un mayor índice de masa corporal (IMC), es decir, a un mayor peso.
Así lo demuestra un estudio de investigadores de la Facultad de Nutrición de la Universidad Federal de Alagoas (Ufal), publicado en la revista científica Sleep Med X y presentado en el World Sleep Congress 2023, realizado en octubre en Río de Janeiro.
“Nuestros principales hallazgos fueron que tanto la duración del sueño como la hora de dormir estaban asociados por separado al IMC, que disminuyó 0,40 kg/m2 para cada hora adicional de duración del sueño y aumentó 0,37 kg/m² para cada hora adicional en el horario de dormir”, escriben los autores en el trabajo.
Giovana Longo-Silva, profesora de la Ufal y autora del estudio, explica que los valores más elevados de IMC fueron identificados en aquellos que se iban a la cama a partir de las 23 hs. Dice que era esperado que esto ocurriera por una duración menor del sueño. Sin embargo, observaron que incluso aquellas personas que continuaban teniendo un sueño de 8 horas tenían el peso más elevado.
“Normalmente, pensábamos que, al dormir tarde, dormíamos menos y eso es lo que influía en el peso. Pero nuestro estudio percibió que esto ocurre independientemente de la duración del sueño. Es decir, el hecho de dormir tarde tiene una asociación con mayor peso”, dijo al portal Medscape.
Los resultados del estudio se basan en una investigación realizada entre agosto y diciembre de 2021, con 755 personas de 18 y 65 años, de diversas regiones del país. Los participantes respondieron cuestionarios online informando datos sobre el sueño, peso, altura, hábitos alimenticios, práctica de actividades físicas, entre otros factores. Nuevas etapas de la investigación, llamada SONAR-Brasil: investigaciones cronobiológicas del sueño, alimentación y nutrición, con más voluntarios, están siendo llevadas a cabo.
A partir de los hallazgos, los especialistas defienden que “además de la duración del sueño, el horario del sueño puede ser considerado para desentrañar la asociación sueño-obesidad y apuntan para la necesidad de incorporar medidas de sueño como parte del asesoramiento, comunicación e investigación médica y nutricional, como muchos otros factores de estilo de vida que contribuyen a la salud nutricional, al examinar el control del peso y la promoción de la salud”.
¿Por qué dormir tarde engorda?
En lo que se refiere a los motivos para que dormir tarde sea un factor aislado para el favorecimiento del aumento de peso, los investigadores escriben que la práctica se asoció en el estudio a hábitos no saludables, como peor dieta, más tiempo de pantalla antes del sueño —lo que empeora su calidad— y tabaquismo, “que pueden, a largo plazo, influir en el aumento de peso”.
Uno de los problemas es la consecuencia de estos hábitos en la propia calidad del sueño, en el contexto en el que la relación entre dormir mal y engordar ya está más establecida. Usar pantallas antes de dormir, por ejemplo, afecta la liberación de melatonina y puede causar un “desalineamiento circadiano”.
“Dormir poco o dormir mal aumenta la producción de leptina, que es la hormona del hambre, y reduce la producción de grelina, que es la hormona de la saciedad. Esto tiene un impacto directo en el día siguiente, con aumento del hambre. Una sola noche mal dormida ya causa este efecto en el día siguiente. Teniendo más hambre, la tendencia es comer más. Imagina el efecto de dormir tarde o dormir poco todos los días”, dice Longo-Silva a la Agencia Einstein.
Los investigadores escriben aún que otro motivo posible es que aquellos que duermen más tarde estén aplazando el sueño para atender a demandas de trabajo o sociales y, con ello, tengan una realidad de más barreras para conseguir incluir en la rutina una dieta saludable, ejercicios físicos u otros comportamientos ligados al control del peso.
La investigadora a cargo del trabajo destaca aún que permanecer más tiempo despierto, en el que se come, durante la noche, no es lo mismo que estar más tiempo despierto y alimentándose por la mañana. Esto porque el cuerpo es más activo en el inicio del día, más preparado para metabolizar la comida.
“Si vamos a dormir muy tarde, probablemente vamos a comer en horarios que nuestro metabolismo no será el mismo de comer durante el día. Así, la tendencia es engordar”, declaró a la Agencia Einstein.
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