Cómo es el ambiente y qué platos pedir en una elección de espacios abiertos para pasarla bien
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Comer y ver la vida pasar es una gran opción para disfrutar la primavera y el verano. O como dicen los parisinos: “M’as tu vu” (Presumir de presencia) que han hecho un culto del sentarse a ver la vida (o la gente) pasar. Las veredas de Buenos Aires, y alrededores, son ideales para hacer una pausa al mediodía, disfrutar de las tardes con amigos o levantar una copa por las noches. Te presentamos 10 lugares para pasarla mejor en la ciudad.
Desde la mañana
Las veredas de Barragán son buenas opciones para disfrutar de un menú brunchero con café de especialidad. Los dos locales de esta lonchería mexicana se encuentran en amplias esquinas con mesitas cómodas, bancos, sectores con reparo del sol y mucha vegetación. “Apostamos a generar espacios verdes y alegres al aire libre”, dice Agustina Lanteri, una de las dueñas. En la sede de Palermo, dispusieron muchas plantas y una pared de cactus; en Caballito, colocaron bancos alrededor de dos árboles florecidos. “El sol es otro factor clave y muchos se acercan a buscarlo”. En Palermo, pega desde la mañana hasta el mediodía y en Caballito, desde el mediodía hasta las 16h. Afuera suenan clásicos mexicanos, boleros y pop latino. Es por su calidez y comodidad que los vecinos eligen la vereda hasta para trabajar. “Vienen con la computadora y se sientan afuera, especialmente en Caballito que es una zona muy tranquila del barrio. En Palermo, armamos un sector con enchufes para que puedan conectarse”. Allí se pueden probar desde tacos, burritos y quesadillas hasta pastelería artesanal, unos clásicos huevos revueltos o un tostón con palta y crema de maíz dulce. En esta época, suelen sacar a la vereda barras de filtrados, hacer pop-ups con cocineros amigos, organizar ferias y hacer más actividades al aire libre. Direcciones: Nicasio Oroño 1195, Caballito; Cabrera 3697, Palermo.
Tarde y noche
La comida de medio oriente atrae por sus sabores e ingredientes y platos como el Falafel, Hummus, o Baklava seducen a muchos paladares. Dentro de esta gastronomía Celeste Rizian y Guido Casalinuovo, buscan reinterpretar recetas de antaño (¡y lo logran con éxito!) en Mess -el restaurante- con huerta incluida que ya cumplió dos años con un menú de pequeñas porciones que se vive de manera experiencial (son muy didácticos al hablar de los platos que sirven y se nota que todos saben del tema), y en la que el ambiente también suma. Por eso, y por su compromiso con la sustentabilidad y el medio ambiente, gran parte de las flores, hierbas y vegetales provienen de su huerta, la que se puede apreciar desde la pérgola en la vereda del local. Dos recomendaciones de los dueños: para plato salado: Spanakopitas de masa filo, rellenas de espinacas de la huerta y variedad de quesos. Emulsión de ezmé y mostazas encurtidas. Para un momento dulce: Sorbet de rosas, crema diplomata de azahar, texturas de naranja y cardamomo y pétalos de rosa de nuestro jardín escarchados. Direcciones: Los Crisantemos 392, Del Viso, Buenos Aires.
Con sol o lluvia, vereda o terraza
Podría decirse que en Casa Dingo todo está a la vista. Los grandes ventanales de este restaurante aussie (un café con estilo australiano, con una gastronomía que fusiona las cocinas europeas) es ideal para pensar en brunchear, porque se puede tomar un café con algo dulce o salado para picar, pero también comer un plato y acompañarlo con tragos con o sin alcohol.O todo junto. Si llueve es ideal la terraza cubierta y si el día está soleado o la noche cálida, comer en la vereda, o en las mesas que dan a la plaza armenia con sus ventanas abiertas y la vista despejada es el mejor plan. Desde hace año y medio, un arquitecto y un chef, se unieron para crear un espacio con una carta con platos simples, muy bien pensados en nutrientes -fibras y proteínas- que se hacen día a día y salsas caseras, dese la mayonesa hasta la salsa holandesa. para destacar el Mince on toast, que son los huevos benedictinos pero con carne picada cocida por 4 horas. Otra recomendación: Pork Belly Eggs Benny, panceta natural curada y braseada por 6 horas, dos huevos poché y salsa holandesa sobre espinacas salteadas. Salvaje, como el perro australiano que da nombre al lugar: Dingo. Dirección: Armenia 1908, Palermo, CABA.
Mediodía y noche
La esquina de Av. Dorrego y su cruce con la vía, en Palermo, es una coordenada muy elegida para un plan relajado con sabores vibrantes. Ahí está Cang Tin que atrae por su cocina viet y thai pero también por su espectacular puesta en escena cargada de colores, luces, flores y música ondera. El deck de la vereda está integrado al local por medio de un amplio ventanal que deja ver la famosa barra en U del lugar, los fuegos y todos los detalles decorativos del salón. Este sector recibe el sol durante todo el día hasta las 18h y tiene toldos para resguardarse. Gusta por sus mesas amplias con nuevos bancos de colores y por generar un clima bien descontracturado. Con espacio para 30 personas, ya tiene un gran público amigo de la casa. “Al mediodía vienen trabajadores del barrio y vecinos. De noche, hay grupos de tres, cuatro y hasta seis personas, además de muchas parejas”. La música de adentro se escucha desde afuera y suelen pasar playlists según el ánimo del día. “Puede sonar R&B, soul, funk, algo más jazzero, rock alternativo y música de los 80 y 90″. En este marco, se prueban recetas tradicionales de Asia, especialmente de Vietnam y Tailandia, elaboradas con materia prima local y especias importadas. Sus dumplings de boniato son imperdibles al igual que el clásico pad thai, el crispy pork o el curry amarillo con pollo pastoril. Para poner todo al centro y compartir. Dirección: Dorrego 2415, Palermo.
Cenas y fin de semana todo el día
De acuerdo al horario que elijas, no te será difícil divisar Paquito al llegar a la esquina de Soler y Thames, en Palermo. La vereda es protagonista con sus mesas bajo una pérgola en la que la banda de sonido te traslada a España y a su mundo de tapas. De día o de noche, acondicinonada para disfrutar de tranquilos atardeceres o el sol intenso gracias a sus toldos, la consigna es fácil: si son dos pueden empezar por tres tapas (nadie se priva de la tortilla) y una sidra o el vermut de la casa. Entre las recomendaciones están la Chistorra a la sidra sobre coliflor, y según las ganas y el tiempo, los huevos rotos, la ensalada rusa o las patatas bravas, porque todo es cuestión de relajarse y armar el momento gastronómico con las variadas opciones de la carta. Se puede reservar o ir sin reservar, y mientras se espera curiosear la decoracisón interior que bien vale la pena. Hay lunes de Tarot y jueves flamencos con promos 2x1 en vermut. Dirección: Thames 1999, CABA
Del almuerzo a la cena
Con detalles en azul y madera, la espaciosa vereda de La Mar, el restaurante emblema de la comida peruana creado por Gastón Acurio, y con sedes en otros países, presenta una nueva carta “adaptada a la nueva estación”, como aclara la chef Astrid al presentarla. La barra que ocupa un espacio destacado, en el que se pude sentar alrededor, los tragos son protagonistas pero también los pequeños platos para empezar: el clásico Pisco sour combina a la perfección con uno de los preferidos para picotear, el Choripancito de mar y la Vieyra bachiche (un plato compuesto por crema cebichera, palta, alcaparras, aceite de oliva, chalaquita y ajo crocante). Para los platos principales, alguna de las siete variedades de cebiche: entre ellos “el Nikkei, preparado con trucha en leche de tigre nikkei, y el Bachiche, elaborado con pesca del día, palta, alcaparras y aceite de oliva en leche de tigre clásica”. Entre las novedades se encuentra La Gran Chalana La Mar, un plato que combina ostras, almejas, vieiras, navajas, langostinos, wantako nikkei, causa de langostinos y centolla, junto con nigiris del día. Ideal para compartir al atardecer entre amigos y en la vereda de la gran casona de de Palermo. Direcciones: Arévalo 2024, CABA.
Almuerzo tardío y cena
La sede palermitana de Koko Bao Bar está en una esquina ideal para hacer una pausa al mediodía o salir por la noche a probar sus baos rellenos. Con capacidad para 25 personas, luce mesitas con sombrillas grandes y un deck que está cubierto por toldos. “Es el sector preferido por los clientes durante esta época”, cuenta Denise Siciliano, una de las fundadoras. La ambientación es cálida y cuidada, en tonos de rosa y bordeaux con árboles que suman frescura. El clima que se genera es tranquilo y la música que suena se va renovando en cada temporada, con indie o trap argentino más algunos hits de todos los tiempos. “Al mediodía vienen vecinos solos, compañeros de las oficinas y productoras de la zona, muchos padres con niños y extranjeros que se acercan a comer nuestro menú de mediodía”. El sol aparece cerca de las 15.30h así que es un gran plan para un almuerzo tardío. “Por la noche, recibimos parejas y grupos de amigas que vienen a comer y tomar algo rico”. Sus baos artesanales son enormes, tiernos y suaves, con rellenos novedosos que se adaptan al paladar local. Hay de panceta, tofu frito, roast beef, hongos salteados, pollo crocante y bondiola especiada. Salen con papas doble cocción para acompañar con vinos naturales, cocktails y mocktails. Dato: reciben a las mascotas con bebederos de agua, una buena noticia para quienes salen con sus amigos perrunos. Dirección: Arévalo 1501, Palermo (otras sucursales en Manduca - Paseo La Plaza y Ronda - DOT Baires Shopping).
Hora feliz y noches inolvidables
Las noches primaverales piden una salida exprés con copa en mano. En Soler Vino Pizza, el plan arranca un poco antes, cuando empieza a esconderse el sol y se pone en marcha la Hora Feliz de la casa que ofrece opciones muy tentadoras. Tanto en Palermo como en su flamante local de Villa Crespo, las veredas son preferidas por parejas y grupos de amigas, aunque la nueva sede también luce patio y terraza. Allí se pueden degustar más de 200 vinos naturales y pizzas romanas al horno de leña, preparadas a mano con ingredientes italianos y locales de gran calidad. Ambas sucursales ocupan esquinas amplias, cómodas y serenas. En Palermo, tienen mesas comunitarias y otras pequeñas; en Villa Crespo, hay mesitas y hasta se pueden pedir reposeras para relajar en modo playero. Al igual que el vino, la música es fundamental. “Tenemos parlantes afuera y tratamos de generar diferentes climas según el mood del momento. Pasamos jazz, bossa, rocksteady, pop tradicional y también canciones que seguro no se escuchan en otros bares”, dice Sebastián Carreras, socio del local y músico. Para brindar, vale la pena pedir los vinos de Soler que solo se consiguen acá y fueron hechos con reconocidos productores como Matías Morcos y Juanfa Suárez. El maridaje puede ser con la clásica Margarita o la exótica Patagonzola (mozzarella de búfala, cebolla morada, patagonzola, peras, nueces y tomillo), entre muchas otras opciones. Direcciones: Soler 4201, Palermo; Darwin 996, Villa Crespo.
Desde el atardecer
Condarco es un pequeño local de Chacarita dedicado a la cocina estacional. Por estos días, su esquina se empieza a llenar desde las 18h –momento ideal para unas tapas al aire libre– y a partir de las 20h es probable que haya que esperar un rato para sentarse a la mesa. La vereda es amplia y cómoda con mesas de hierro que ocupan la ochava y ambos laterales. Tienen un fuerte público habitué, especialmente de vecinos de la zona que los visitan a diario y eso se nota en el ambiente que se genera: relajado, en confianza y animado. Cada día reciben a grupos y parejas de todas las edades que se reúnen a compartir platos pequeños y medianos bien ejecutados junto a vinos o vermuts. También es común ver gente sola que pasa por su plato preferido.
La sugerencia es probar las empanadas de carne y la tortilla de papas (pálida y cremosa, hecha con papas confitadas y huevos orgánicos). Además, hay muchos vegetales de estación y platos de mar, como la famosa lisa curada, el pejerrey tipo boquerón o la pesca del día a la plancha. Para acompañar, tienen una amplia selección de vinos curada por Juan Lago Millán, con proyectos pequeños y medianos de todas las regiones del país. Dirección: Av. Dorrego 901, Palermo.
Todo el día
Con 15 locales en ubicaciones estratégicas, todos los espacios de Dandy cuentan con veredas y patios para aprovechar los días de primavera al aire libre. En especial, una de las sucursales del barrio de Saavedra se encuentra al costado del Parque Carlos Mujica, en un escenario rodeado de verde que invita al relax y a la conexión con la naturaleza. La capacidad de su vereda es para 60 personas, entre una gran pérgola al frente y un cómodo deck al costado. La música que suena de fondo generalmente es jazz, propiciando un ambiente agradable y tranquilo. Es por eso y por su amplio menú que el público que los visita es de lo más variado. Con servicio desde las 8h hasta pasada la medianoche, allí ofrecen opciones artesanales para toda hora del día. Desde un brunch disponible de 11 a 16h, hasta el clásico Afternoon Tea de 16 a 20h y un imperdible Happy Hour con 2x1 en cocktails que funciona de lunes a viernes de 17:30 a 20:30h. Opciones perfectas para cualquier ocasión, ya sea para un café entre amigas, un almuerzo relajado, un cóctel al atardecer o un desayuno tardío de fin de semana. Dirección: Pasaje Pinto 3880, Saavedra.
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