Eminem, genio y figura
Marshall Mathers habla sin tapujos de todo: desde el día que su madre deseó que estuviera muerto hasta su polémico nuevo álbum, The Eminem Show . Pasen y vean, así es la vida del rapero blanco más exitoso de la historia
No es sólo que Debbie Mathers maltratase emocionalmente a su hijo. Ni que lo echase de casa de vez en cuando. Ni que cuando él se hizo famoso intentara demandarlo por cerca de un millón de dólares. Por no hablar de Set The Record Straight (Pongamos las cosas claras) el simple que ella editó en 2001 con unos raperos locales desconocidos para contar "su punto de vista". Es que nunca se ha disculpado. Nunca ha dicho que lo siente. "Quiero que se disculpe", dice Em en un tono desdeñoso. "Pero eso no será suficiente, porque sé que no va a cambiar. Volverá a hacer lo que hacía. Ahora mismo no está bien".
Aunque se ha hablado mucho sobre la complicada relación con su madre, lo que ella hacía no queda muy claro, porque Marshall no está dispuesto a divulgar los detalles íntimos de su niñez. "Hay cosas de las que no puedo hablar; no quiero que me vuelvan a demandar."
Y no se lo puede culpar por eso; su madre no es la única que ha intentado vaciarle los bolsillos. DeAngelo Bailey, el matón del instituto identificado en la canción Brain Damage , ha denunciado a Eminem por "dañar su reputación". Su ex esposa, Kim, lo demandó por 11 millones de dólares y declaró que no era apto para asumir la custodia parcial de su hija, Hailie, de seis años (en una canción, Em mata a Kim. Ella intentó suicidarse en 2000, mientras él estaba de gira. Luego llegó el divorcio). Después se reconciliaron y ahora comparten la custodia.
No, no quiere hablar de estas cosas. Pero cuando se trata de su madre, todo el daño sale a relucir. "Mi madre me echaba, y yo me iba a casa de mi abuela esa misma noche", recuerda, abriendo mucho los ojos para dar a entender la regularidad de la ofensa. "Iba diciendo: "Abuela, me ha vuelto a echar"."
Y cuando las cosas se pusieron feas, según la abuela materna de Marshall, Debbie no le permitía ver al joven. "Me castigaba alejándolo de mí y de mi hijo, el tío Ronnie. Eran amigos íntimos y se querían mucho, y para castigarme, ella los mantenía alejados."
Hoy, en lo que podría parecer un círculo vicioso familiar, la hija de Eminem nunca ha visto a su abuela. "No creo que Hailie llegue a odiarme por eso. Cuando tenga la edad suficiente y quiera saber quién es su abuela, podrá hacerlo. Pero ahora es demasiado joven. No confío en mi madre como para dejarla acercarse a mi hija. Le escribía a Hailie cartas, antes de que supiese leer. Cartas asquerosas que quería que yo le leyese o algo por el estilo. No lo sé. Las tiro a la basura." No hay una forma fácil de resolver el caos en el que se ha convertido su relación. Todas las partes involucradas sienten el vacío. "Si yo pudiese disculparme por ella, lo haría", dice la abuela por teléfono con la voz quebrada, reteniendo las lágrimas. "Quiero decir que el chico merece que ella se disculpe."
Pero Eminem sigue sin poder superar el momento en que ella deseó poder cambiar la vida de su hijo por la de su hermano. "Dijo: "Desearía que hubieses muerto tú, y que Ronnie siguiese estando aquí" -se interrumpe un instante-. Así que voy a estar tan muerto para ella como me sea posible."
No es sólo que Debbie Mathers maltratase emocionalmente a su hijo. Ni que lo echase de casa de vez en cuando. Ni que cuando él se hizo famoso intentara demandarlo por cerca de un millón de dólares. Por no hablar de Set The Record Straight (Pongamos las cosas claras) el simple que ella editó en 2001 con unos raperos locales desconocidos para contar "su punto de vista". Es que nunca se ha disculpado. Nunca ha dicho que lo siente. "Quiero que se disculpe", dice Em en un tono desdeñoso. "Pero eso no será suficiente, porque sé que no va a cambiar. Volverá a hacer lo que hacía. Ahora mismo no está bien".
Aunque se ha hablado mucho sobre la complicada relación con su madre, lo que ella hacía no queda muy claro, porque Marshall no está dispuesto a divulgar los detalles íntimos de su niñez. "Hay cosas de las que no puedo hablar; no quiero que me vuelvan a demandar."
Y no se lo puede culpar por eso; su madre no es la única que ha intentado vaciarle los bolsillos. DeAngelo Bailey, el matón del instituto identificado en la canción Brain Damage , ha denunciado a Eminem por "dañar su reputación". Su ex esposa, Kim, lo demandó por 11 millones de dólares y declaró que no era apto para asumir la custodia parcial de su hija, Hailie, de seis años (en una canción, Em mata a Kim. Ella intentó suicidarse en 2000, mientras él estaba de gira. Luego llegó el divorcio). Después se reconciliaron y ahora comparten la custodia.
No, no quiere hablar de estas cosas. Pero cuando se trata de su madre, todo el daño sale a relucir. "Mi madre me echaba, y yo me iba a casa de mi abuela esa misma noche", recuerda, abriendo mucho los ojos para dar a entender la regularidad de la ofensa. "Iba diciendo: "Abuela, me ha vuelto a echar"."
Y cuando las cosas se pusieron feas, según la abuela materna de Marshall, Debbie no le permitía ver al joven. "Me castigaba alejándolo de mí y de mi hijo, el tío Ronnie. Eran amigos íntimos y se querían mucho, y para castigarme, ella los mantenía alejados."
Hoy, en lo que podría parecer un círculo vicioso familiar, la hija de Eminem nunca ha visto a su abuela. "No creo que Hailie llegue a odiarme por eso. Cuando tenga la edad suficiente y quiera saber quién es su abuela, podrá hacerlo. Pero ahora es demasiado joven. No confío en mi madre como para dejarla acercarse a mi hija. Le escribía a Hailie cartas, antes de que supiese leer. Cartas asquerosas que quería que yo le leyese o algo por el estilo. No lo sé. Las tiro a la basura." No hay una forma fácil de resolver el caos en el que se ha convertido su relación. Todas las partes involucradas sienten el vacío. "Si yo pudiese disculparme por ella, lo haría", dice la abuela por teléfono con la voz quebrada, reteniendo las lágrimas. "Quiero decir que el chico merece que ella se disculpe."
Pero Eminem sigue sin poder superar el momento en que ella deseó poder cambiar la vida de su hijo por la de su hermano. "Dijo: "Desearía que hubieses muerto tú, y que Ronnie siguiese estando aquí" -se interrumpe un instante-. Así que voy a estar tan muerto para ella como me sea posible."
El Lincoln High School de Warren , un barrio de Detroit, no fue exactamente un lugar popular para Eminem. Hizo noveno año más de una vez, y no se sentaba a comer con los chicos simpáticos. "Yo era un nerd", recuerda Eminem, pasándose las manos por el pelo cortado al uno. "Intentaba vestirme al estilo hip-hop, y llevaba el pelo hecho una m... Mi primer año en noveno curso llevaba un corte estilo mullet (muy corto por delante y con un mechón largo por detrás) o algo así hasta que empecé a moldearlo a mi estilo. Lo llevaba de punta, como cortado a cepillo."
Un chico blanco que intentaba hacer rap. Pocos creían en él como rapero. Y todavía menos como persona. "Una vez, un profesor me señaló y me dijo que iba a ser una m... Todo el mundo se rió. Ni siquiera recuerdo por qué lo dijo, pero realmente hirió mis sentimientos, y yo pensé que no debía haberlo hecho. El tipo ese me importaba un car..., pero me dolió lo que dijo".
El dolor sería pronto reemplazado por un joven amor. Uno de esos años en noveno conoció a Kimberly, la joven que se convertiría en su compañera y en madre de su hija. Ella también tuvo una infancia difícil. Kim y su hermana gemela entraban y salían a menudo del orfanato. "Se escapó dos veces", dice Em recostándose y fijando los ojos azules en el techo del estudio, recordando la primera vez que vio a su mujer.
"Ella vino a ver a la hermana de un amigo. Mi amigo tenía un equipo de música, y siempre que su madre se iba a trabajar, nosotros dejábamos el colegio y pasábamos el rato allí. Poníamos la música a tope y escuchábamos todo lo nuevo que andaba sonando por ahí. Yo estaba saltando sobre la mesita del salón, cantando una canción de LL Cool J. Estaba concentrado. De refilón, la vi acercarse a la entrada. Seguí cantando, exhibiéndome. Ella se quedó mirando hasta que terminé, y después la hermana de mi amigo nos presentó."
Al poco tiempo se convirtieron en inseparables. Eminem y Kimberly eran la pareja rebelde del instituto que dejó el colegio y confió en el amor para conquistarlo todo. Se tenían el uno al otro.
Ahora, divorciados y con una hija (el tema está incluido en más de una de sus canciones), tienen a millones de personas contemplando cada uno de sus movimientos.
EMINEM murió una vez. Saltó la noticia en la Navidad de 2000, en la fiesta de Puff Daddy, la que organiza todos los años en un club de moda de Nueva York. Ibamos vestidos de punta en blanco, disfrutando del champagne gratis y de las canciones. De repente, el DJ cortó la música para dar una noticia asombrosa: "Me gustaría pedir un momento de silencio para la familia de Eminem", susurró con voz temblorosa. "Me acaban de decir que se ha matado en un accidente de coche."
El brillo de las pantallas de los móviles iluminó la sala mientras la gente ponía una X en sus calendarios mentales. Por un momento fue como si todo el mundo que estaba allí fuese a compartir algo para siempre: el lugar donde se enteraron de lo de Eminem.
Pero había alguien más que desaparecía esa noche con Eminem en ese falso accidente. Algo más que sus impecables letras y su piel blanca. Algo que nadie entendía sobre Marshall Mathers III y su rap. Eran los chicos blancos con la cara llena de granos. Con el ceño fruncido al fondo de la clase. Robando en los supermercados y bebiendo latas de cerveza. Vestidos con vaqueros sucios, tomando pastillas de éxtasis y comiendo solos en el instituto. "Los chicos con los que se meten en el colegio y que se enredan a tiros, y le echan la culpa a Marilyn", reza una de las letanías de Eminem. La juventud norteamericana que la sociedad da por perdida. Eso es lo que Em se moría por decirnos. Que tras la moda de los piercings faciales y las expresiones aturdidas están los hijos olvidados del norteamericano medio gritando para que los entiendan. Eminem es uno de ellos.
"Marshall , tienes que dejar de llevar pistola", decía el mensaje que una vez recibió Eminem en el contestador. La voz era la de su representante, Paul Rosenberg. Pero él hizo oídos sordos a sus ruegos y allí donde iba la fiel pistola de Eminem surgían problemas.
Lo condenaron a dos años de libertad condicional después de declararse culpable de dos incidentes relacionados con las armas, ambos el 4 de junio de 2000. Uno por pegar con la pistola a un chico que supuestamente estaba besando a su mujer en un estacionamiento. El otro por "blandir un arma oculta" durante un altercado que tuvo con un miembro del grupo Insane Clown Posse. "Miro atrás y pienso que ésa fue una etapa loca de mi vida", explica. Constantemente lo asaltaban o acosaban. Eminem no estaba acostumbrado a esquivar la atención pública. "Tengo esta nariz inconfundible", bromea. Quería que no lo interrumpieran cuando estaba con su hija, quería estar seguro en casa.
Aunque ambos incidentes ocurrieron el mismo día, Em señala que el único factor que los relaciona (aparte de que estuvo implicada la misma arma) fue la tensión a la que estaba sometido.
"Tenía un montón de m... en casa. Intentaba compaginar dos cosas como una familia y una profesión y llegar a la cumbre de mi éxito. Todavía estoy en un momento loco de mi vida. Estos tres o cuatro años han sido una locura para mí. Si pudiera, volvería y cambiaría lo que sucedió, porque fue un día de locos. Pero en cuanto a llevar algo para protegerme, no haría nada distinto."
Eminem no conoció la voz de su padre hasta que se hizo famoso. Primero la oyó en la televisión, cuando le pedía que lo dejase ser parte de su vida. Pero eso no conmovió a Eminem. "Durante 25 años de mi vida, él no quiso saber nada de mí", dice mientras se vuelve a hundir en el sofá. "Y eso de que no podía ponerse en contacto conmigo son idioteces. Sí, lo vi en televisión diciendo que tiene fotos de cuando yo era bebe. Estuvo bien verlo; así va a ser mi aspecto, mi voz, cuando me haga viejo, pero eso es todo."
Eminem no es el primer rapero que ha tenido malas relaciones con su padre o su madre. DMX ha hablado de su madre con un desdén similar. Es el mismo dolor que se muestra en Where Have You Been , de Jayz-Z y muchas otras. Pero, en general, la imagen de los blancos norteamericanos es más equilibrada, se pone más énfasis en la familia ideal nuclear: marido, mujer y 2,5 hijos. Eminem, sin embargo, nos informa que la disfunción no se limita a los niños de los negros del Sur.
Em afirma con decisión que se alegraría de no volver a ver a su padre. Y si se le pregunta cómo le hace sentir eso, contesta: "Todo lo que puedo decir de él es que se vaya al car...". Pero uno tiene la sensación de que hay muchísimo más.
El último álbum de Eminem , The Eminem show , es el más personal. Mientras que The Slim Shady LP (1998), su debut, estaba plagado de los exabruptos de un joven blanco lleno de ira descontrolada, The Marshall Mathers LP (2000) es una compleja mezcla de concepto y emociones. Con el tercero, Em espera concentrar su ira y sus verdaderos sentimientos. "La idea es convertir mi vida en un espectáculo", explica. "La gente puede conocer toda mi m... personal. Nada de lo que hago está tras una puerta cerrada, así que es como The Truman Show . Este álbum es el más personal de todos."
La canción White America , con su amargo sarcasmo, nos ofrece una prueba de su nueva dirección. "Todo el tema es irónico", analiza Eminem. "Como se suele decir, hay mucha verdad en los chistes. Los típicos niños blancos de las afueras que tienen problemas en el colegio, con otros chicos y con sus padres, no sólo se conectan con mis canciones, sino con cualquier música rebelde."
Por si todavía no se enteraron, Eminem es blanco. Y no necesita que se lo recuerden. "Que sea blanco es probablemente la razón de que venda el doble de discos. No digo nada distinto de cualquier otro rapero. Es que cuando se lo ven decir a una cara blanca, estos niños se conectan con ella. Llegué a las casas de clase media de los Estados Unidos porque los chicos blancos me respetaban y lo hacían porque se parecían a mí."
Las estrictas reglas de su libertad condicional respecto de las drogas, combinadas con un nuevo programa de ejercicio físico, hacen que Marshall Mathers se sienta bastante bien consigo mismo. Ha perdido peso y ganado perspectiva. Pero la risa tiene su precio. El hecho de que viva su vida sin el respaldo de un padre y una madre, cuando ambos están todavía vivos, sigue estrangulando su libertad emocional. Como en Be lleza americana , la película sobre una familia norteamericana reprimida que intenta mantener una apariencia "normal", lo que muestra Eminem es lo que los Estados Unidos han estado ocultando todo el tiempo.
Quizá la paz esté todavía muy lejos, aun cuando hubiese muerto realmente en ese accidente de coche el día de Nochebuena. Los que se reían de su corte de pelo en el noveno curso lo habrían encontrado apropiado. Viendo a Eminem pavoneándose, riéndose y dándose una sobredosis de vida, uno no puede evitar preguntarse si alguna vez se alejará lo bastante de su confusión como para reír de verdad. Em camina y hace muecas para la cámara. "Tengo que seguir trabajando para poder reírme de los que decían que no iba a llegar a nada, o hacer lo que me dé la gana. Al mismo tiempo hay un problema: ¿cómo sé que seré el último en reír?"
El lado equivocado de la calle
- 8 Mile es el nombre de la calle de Detroit que separa el barrio negro y el blanco y el título de la película que protagoniza Eminem (que está en posproducción y se estrenará el 8 de noviembre en los Estados Unidos). "No es cuestión de ser rico o pobre. Es la frontera racial. Hoy sigue estando muy separada, pero hay más negros en el Warren (la calle 9 Mile) y más blancos en el lado de Detroit que hace 10 años. No se ven mucho, pero sí algunos", dice Eminem, que encarna a Jimmy Smith, un joven que se encuentra en el lado equivocado de la calle. La película está dirigida por Curtis Hanson, aclamado por Los Angeles al desnudo , el film que consagró a Kim Basinger, que aquí interpreta a la madre del rapero. "Lo que se dijo de mi relación con Basinger es todo mentira -niega Em-, no ha habido nada."