El imperio de Papá Noel: cómo es Laponia, el pueblo finlandés donde la Navidad se mezcla con las auroras boreales
Santa Claus Village es un parque temático ubicado en a pocos kilómetros de la capital; allí viajan miles de turistas cada año para conocer al icónico personaje navideño
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LA NACION
Posiblemente, los millones de niños que cada diciembre le escriben a Papá Noel para pedir sus regalos navideños desconozcan cuál es el destino final de sus cartas. Pues bien, ellos deberían saber que el querido personaje que recorre el mundo las noches de Navidad habita un pequeño pueblo en la región finlandesa de Laponia, en un área que se encuentra en pleno Círculo Polar Ártico.
El hábitat de Papá Noel es un emplazamiento temático llamado Santa Claus Village, que se ubica a ocho kilómetros de la ciudad de Rovaniemi -capital de Laponia finlandesa-, y está abierto durante todo el año a la visita de turistas de todo el mundo.
Además de poder conocer personalmente a Papá Noel y fotografiarse con él, los visitantes de Santa Claus Village pueden hospedarse en alguno de los hoteles o cabañas del lugar o de Rovaniemi y disfrutar de diferentes actividades.
Entre ellas, se puede pasear en trineos tirados por renos o perros huskies, visitar la oficina de correos donde se despachan las misivas dirigidas al soberano de ese pueblo y desde donde se pueden enviar cartas a todas partes del mundo, conocer a los Rodolfo y demás renos de Papá Noel, cenar comida típica de Finlandia y comprar cualquier tipo de suvenir relacionado con la Navidad.
También es posible hacer una excursión por el Círculo Polar Ártico, y aventurarse en el norte de Laponia para ver las auroras boreales. Últimamente se puede visitar la cabaña de la “Señora Claus”, la adorable esposa de Papá Noel -aparentemente viven separados-, donde los visitantes pueden conocer elfos, entonar villancicos y hornear y decorar deliciosos y clásicas galletas de jengibre.
Por supuesto, el plato fuerte de las actividades en el pueblo es la visita a la casa/oficina de Papá Noel. Allí, el barbado personaje navideño aguarda a los niños y a sus familias sentado frente a su enorme escritorio de madera pulida y brillante.
Tal es la escena que el dueño de casa recibe a cada uno de sus visitantes con una sonrisa y se toma con ellos una fotografía, para que los visitantes tengan una constancia gráfica de un momento inolvidable en sus vidas.
Un pingüe negocio
El lugar se encuentra abierto todos los días del año -no solo para las fiestas- y, de acuerdo con lo que informa el diario español El País, es un pingüe negocio que genera millones de euros cada año. De acuerdo con un informe de este medio, la ciudad de Rovaniemi fue visitada por 373.000 turistas en 2019. Más de 61.000 lo hicieron en diciembre, la temporada alta en el lugar, aunque la temperatura medio sea de 3,7 grados bajo cero y el sol apenas aparezca un par de horas en el lugar.
Para hacer una sumisa cuenta de la magnitud de las ganancias que deja Papá Noel en la región y en Finlandia, se puede decir que Rovaniemi cuenta con cuenta hoy día con 126 establecimientos hoteleros que suman más de 4700 camas. Además hay unos 860 departamentos de alquiler de Airbnb. Y el promedio de lo que sale una noche de hospedaje allí es de 178 euros (200 dólares).
A través de la historia, y desde que alguien estableció que Papá Noel vivía en el Polo Norte o cerca de allí, Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca se disputaron la potestad del domicilio de la icónica figura navideña. Finalmente, por una serie de casualidades y también por una viveza especial para los negocios, fueron los finlandeses los que establecieron a Papá Noel en ese punto de la región de Laponia en la que vive actualmente.
A eso hay que sumarle que, según la página oficial de la oficina de Santa Clauss, una foto con Papá Noel (con hasta cinco personas) tiene un valor de entre 35 y 45 euros (entre 40 y 50 dólares). Y es de imaginar que si uno se dispone a arribar hasta el Círculo Polar Ártico para conocer los dominios de Papá Noel, lo mínimo que puede hacer es sacarse una foto con el bondadoso personaje navideño.
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