El folk tiene voz de mujer
Ana Prada, Liliana Herrero y Liliana Vitale cuentan cómo se entona el futuro con lo mejor de la tradición
Es una casa de techos altos. Hay un gato que se llama Ferrer, un mate que pasa de mano en mano y tres mujeres que viven de su voz y hablan de lo que las hace vivir. Liliana Herrero (cantante entrerriana), Liliana Vitale (cantante y pianista bonaerense) y Ana Prada (cantautora uruguaya) no están presentando ningún show que las junte en un escenario. No piensan formar un trío. Ni siquiera pertenecen a la misma compañía discográfica. Pero aceptaron sentarse a pensar en voz alta sobre el pasado, el presente y el futuro de una manera de ver su arte y el mundo. Un estilo que se nutre de muchos otros y se empecina en conectarse con lo esencial de los textos que se cantan. De sus voces, que, dicen, se alimentan del eco de muchas otras.
Liliana Herrero, la dueña de casa, es la mayor y funciona como una suerte de referente para las otras dos y para muchas otras. De ella dijo Mercedes Sosa: "Es mi sucesora". Es cálida pero no hace esfuerzos para ser simpática. Piensa como canta: descompone las palabras para volverlas a componer. Hay dos que no le gustan nada: carrera y profesional. "La palabra carrera menos -dice-, porque eso supone que al final te van a dar un título."
Era directora de la carrera de Filosofía de la Universidad Nacional de Rosario cuando Fito Páez la descubrió y prácticamente la obligó a grabar su primer disco. Fue en 1986. Hoy tiene editadas doce placas. Trabajos que, dice, hizo azarosamente. "Encuentros felices con otra gente -explica-. He dialogado con muchas personas inscriptas en diversas tradiciones musicales, en diversos géneros. Con los que son contemporáneos a mí y con los que ya no están."
Herrero se desparrama en el sillón de su living y da un sorbo al mate. Su gato Ferrer la mira mientras ella dice que no sabe si ha hecho una obra con alto nivel artístico. "He cantado, he grabado discos y he conversado", expresa.
Conversar, de eso se trata
-¿Hasta dónde un género como el folklore permite ser intervenido y cruzado con otros?
Herrero: -No hay límites para interrogar. No hay límites.
Vitale: -Soy un desastre con eso de los límites. Mezclo a León Gieco, Spinetta, Serrat, Djavan, Chabuca, Granda, Violeta Parra... Y es un problema...
Herrero: -Un problema pa' los otros...
Vitale: -(entre risas) Es verdad (piensa) Bueno, sin duda la que marcó el camino fue Mercedes Sosa.
-Mercedes Sosa sufrió la embestida de los puristas que veían como una traición la mixtura de artistas y géneros que ella hacía. ¿Alguna vez se preguntaron por los límites?
Vitale: -Tal vez el límite es una marca en el fraseo. Que es lo que nos identifica. Ella -por Prada- es uruguaya y aunque quiera hacer un reggae le va a salir uruguayo. Y lo que yo hago es de acá, es criollo. Sea lo que sea, es criollo. Una mezcla de tango, folklore y rock de la pampa (risas). Y lo de Lili -por Herrero- es del Litoral. Su ondulación, su fraseo... es como de su tierra.
Prada: -Creo que cada persona que pasa por sí misma cualquier cosa, si lo hace desde el alma, la transforma. Si hace una búsqueda interesante y no a la bartola.
Vitale: -La voz, como emergente de un río creativo, te muestra cosas más atávicas que la propia vida.
Prada: -Me parece que ninguna de nosotras deja de hacer algo que sea nuestro. Yo no podría hacer un folklore puro porque no soy una gaucha pura. No me visto de bombachas y botas y no me crié en el campo. Me parecería una falta de respeto disfrazarme de gaucha para hacer folklore.
Herrero: -Tampoco se trata de la locura posmoderna de que no hay territorio. Hay territorio, hay memoria de luchas, hay memoria de fiestas. Son memorias que están en nosotros aunque no lo sepamos. A la hora de cantar, por lo menos en mi caso, está esa conversación con muchísimos géneros y con esa memoria antiquísima y fuertísima que no sabemos que poseemos.
-¿Se han roto para siempre algunas estructuras?
Herrero: -No se trata de desarmar por el solo hecho de desarmar. Las modificaciones tienen una exigencia artística y estética.
Ellas
Ana Prada es uruguaya. Integrante de una familia "muy intelectual, muy vinculada con la educación", con padre ingeniero agrónomo, madre profesora de español, una hermana médica y otra maestra. Se recibió de psicóloga como para tener su correspondiente título, pero nunca llegó a ejercer. Empezó a hacer música con su primo hermano Daniel Drexler y un día se encontró cantando con grandes músicos del Uruguay. En 2006 editó su primer disco: Soy sola. En 2009 el segundo: Soy pecadora. En el living de Herrero, está sentada entre las dos Lilianas. Espera, respetuosa, a que hablen las otras dos y después opina. Disfruta, en silencio, de algunos contrapuntos jocosos entre Herrero y Vitale.
-A la hora de emprender su propio camino musical, ¿sintieron diferencias por su condición de mujeres?
Herrero: -Que contesten las chicas, que son feministas.
Vitale: -Yo no soy feminista.
Herrero: -Te estoy cargando (risas)... Yo no sé si hay ventajas o desventajas. Sí puedo decir que a mí me han marcado más algunas mujeres. Hubo muchas mujeres que fueron decisivas en mi formación. Me inspiraba escuchar a Violeta Parra, Elis Regina, Chabuca Granda, Billie Holiday, Joni Mitchell. Me pasé años imitando a Mercedes Sosa y años tratando de despegarme de ella. En ese proceso se va armando un estilo.
Vitale: -Creo que el mayor inconveniente tiene que ver con la distribución del tiempo. Yo soy mamá de tres niños y sólo ahora estoy pudiendo ingresar en otra etapa porque mi hijo más chico ya tiene quince años. Ahora tengo horas y horas disponibles para que algo que sólo se desarrolla en horas y horas sea posible.
Herrero: -Por ahí fui discriminada y no me di cuenta. Sí sufrí en cuanto a las formas más tradicionalistas del folklore. Pero porque los géneros en general, el folklore, el tango, el rock, el jazz, cuando son tomados así, tipo cápsula, son muy discriminatorios.
Prada: -Creo que es más difícil ser mujer en cualquier ámbito laboral. Y no soy feminista. Una debe demostrar que es un ser pensante. ¿Cuántos cientos de hombres hay por cada mujer intensa de las que tú nombraste? -le habla a Herrero-. Una vez, en un gran recital de rock en Montevideo, yo tenía que tocar y avancé hacia el escenario. Me paró un patovica y me dijo: Mujeres no, sólo músicos...
Las tres mujeres estallan en un concierto de resoplos y risas indignadas.
Los diez minutos
Liliana Vitale es la hermana mayor del músico Lito Vitale. Nació en una familia en la que se escuchaba folklore, se escuchaba a Piazzolla, se hacían guitarreadas, se cantaba y se hablaba de política. "En casa, antes de ir a dormir, mi viejo nos ponía un disco y nos hacía adivinar si era Bach o Beethoven", cuenta la cantante. Participó del recordado grupo MIA -Músicos Independientes Argentinos, una cooperativa de música creada por su hermano y otros artistas que se hizo popular en los ambientes de rock a fines de los años 70-. Luego inició una carrera solista. "Nunca me perfilé hacia nada concreto -dice-. Hice un disco de tango, interpreté, compuse... Creo que tomé prestada la magia de un montón de gente y de un montón de géneros."
-¿En qué piensan mientras cantan?
Herrero: -Qué pregunta difícil... Depende del momento del concierto. Durante los primeros temas, una está siempre medio nerviosa. Luego hay diez minutos gloriosos en los que el pensamiento se retira absolutamente y lo que piensa es la voz.
-¿Diez minutos en un concierto de dos horas?
Prada: -Es como un momento en el que te baja el santo. Y si no te baja, es un concierto malo. Aunque esté lleno de gente y todo suene perfecto. Después de todo, uno hace esto por la adrenalina que le genera. A mí antes del show me pasa de todo: me quedo sin voz, somatizo... Pero ese momento de escenario tiene algo adictivo. Todo es por esos diez minutos en los que uno toma contacto con algo superior. En los que uno se transforma en un canal para dar algo a los otros.
Vitale: -También hay cosas que son como invocaciones que te llevan a veces a lugares muy íntimos.
Prada: -Es como que la cosa está ahí y lo que uno hace es descolgarla… como si fuera Internet (risas).
-Hablemos de las voces, de sus voces... ¿Cómo describiría cada una su herramienta de trabajo?
Herrero: -Una voz es una extraordinaria metáfora cultural. Mi voz es una voz que tiene una memoria cultural, política y geográfica. Una voz que piensa un territorio, una memoria.
Vitale: -Mi voz es un viaje (piensa, carraspea, duda y sigue pensando).
Herrera: -¿No querés que te lo diga yo? (risas) Porque yo la admiro profundamente. Creo que Liliana tiene un timbre único en la Argentina. Y no sólo el color de la voz, el fraseo, la manera de cantar...
Vitale: -(Se ríe) Ella lo dice porque yo dudo mucho. Porque mi voz es como un tesoro que a veces está y a veces se esconde. Y cuando está, uno escucha todas esas memorias y esas historias y esos pliegues del mismísimo ancestro. He escuchado gallegas en mi voz, porque siento que soy una gallega que vino en barco...
Prada: -En mi primer disco mi voz era una voz tímida, que estaba interesada en gustar, en ser amable, en ser buena. En el segundo hay una exigencia vocal mayor.
Herrero: -Yo siento que mi voz es rugosa, como si quisiera imitar los pliegues de la vida política y cultural de los países.
-Los países... ¿todos?
-Bueno, hablemos de nuestros pobres países del Sur. Pobres, desdichados y felices. Con tensiones y dilemas. Y la música tiene los mismos conflictos que tienen los países en relación con su identidad.
Herrero habla con la voz de mando de una profesora insobornable. Vitale -agarrada de los apoyabrazos de la silla- la mira y asiente. Prada -con las manos sobre las rodillas y el torso encorvado- mira el piso y, en silencio, también asiente.
-¿Las tres viven de la música?
Herrero: -Sí, yo vivo de la música.
Prada: -Yo sobrevivo...No tengo ni casa, mi única propiedad es mi cédula de identidad. Pero es lo que me gusta. No me puedo quejar.
Vitale: -A veces vivo del canto y a veces de dar clases de canto.
Herrero: -¡Ay chicas! Me dejan en ridículo. Parece que yo nadara en guita...
Las tres voces, sus pliegues, ríen. Ferrer duerme. El mate se enfrió.
EN QUE ANDAN
Liliana Herrero: su último trabajo, Este tiempo (S-Music), está en las disquerías y hoy se presenta, a las 20, en el Teatro SHA, Sarmiento 2255. La gira seguirá durante todo junio por Venado Tuerto, Rosario y Santa Fe. www.lilianaherrero.com.ar
Liliana Vitale: está preparando un espectáculo unipersonal que aún no tiene fecha de estreno. Mientras tanto, continúa con las presentaciones de su último trabajo a dúo con Verónica Condomí, Humanas-voces (MDR Records). En julio estarán en Córdoba, luego en Tucumán y, cerca de fin de año, en Buenos Aires. www.lilianavitale.com.ar
Ana Prada: el 17 de este mes se entregan los premios Graffiti de Uruguay, donde tiene tres nominaciones: mejor álbum de folklore por Soy pecadora (su segundo trabajo, editado por Los años luz Discos), mejor video clip y mejor tema del año por Soy pecadora. www.anaprada.com