Los alimentos vienen con letra chica y nosotros nos ponemos los anteojos para saber qué es eso que entra en nuestro cuerpo cuando abrimos la boca. Hoy: Mermeladas Light
Conservada en azúcar
Ya en la antigua Grecia se cocinaban membrillos en miel, pero en cualquier caso, desde hace centenares de años que la cocción de los frutos con azúcar garantiza la conservación de la cosecha que la comunidad o la familia no alcanzan a consumir en temporada. Si durante siglos se usó como técnica de conserva, ¿para qué necesitará aditivos?
¿Aspartamo o salud?
El dulzor de la mermelada baja en calorías –que se supone saludable– se logra con edulcorantes sintéticos, que ya tratamos en estas páginas. El dato alarmante: la enorme mayoría utiliza aspartamo, cuyos efectos sobre la salud siguen generando controversias entre la industria y los científicos independientes.
Conservar la conserva
Para estirar el tiempo de permanencia en la góndola, la industria utiliza principalmente dos conservantes polémicos: el benzoato de sodio (E-211) y el sorbato de potasio (E-202), que según la Organización Mundial de la Salud, genera en algunas personas reacciones alérgicas, urticaria, asma, rinitis, entre otras linduras. No les des nunca estas mermeladas a tus mascotas: el E-211 puede ser mortal para perros y gatos.
Mermelada sin fruta
La legislación europea obliga a las empresas a señalar en la etiqueta el porcentaje de fruta que contiene cada frasco. En Argentina, no, de manera que una mermelada puede llegar a tener menos del 8% de fruta. ¿El resto? Saborizantes, colorantes y gelificantes.
Danger
Un gelificante que se utiliza mucho en mermeladas es el E-407 o carragenina, que según estudios de la Universidad de Illinois, puede causar úlceras, hemorragias e, incluso, cáncer.
Color desesperanza
Todas las mermeladas industriales reconocen en su etiqueta el uso de colorantes. ¿Para qué? Para disimular la ausencia de fruta. Algunos son muy peligrosos, como el E-120 (cochinilla/carmín), que resulta dañino para los niños si se mezcla con analgésicos, o el E-129 (rojo allura), prohibido en Francia, Suiza, Bélgica y Dinamarca.
Dulce y nutritivo
Prepará tu propia mermelada baja en calorías y raw (sin cocción), que aprovecha mejor todas las virtudes de la fruta con esta facilísima receta de Natalia Kiako. Cubrí con agua tibia dos cucharadas soperas de chía y dejalas gelificar entre 15 y 30 minutos. En tanto, lavá, cortá y procesá medio kilo de fruta (cuanto más madura y de estación, mejor). Mezclá todo y endulzá con stevia (o azúcar mascabo o miel, si no te preocupa la silueta). Podés combinar frutas y saborizar con jengibre, canela o extracto de vainilla. Dura hasta una semana en la heladera y es, casi, como comer fruta.
Versión tradicional
Otra opción: Comprá la fruta madura que se vende de a dos kilos en oferta. Cortala en cuadraditos y cocinala a fuego muy lento (así, sin nada) durante al menos tres horas. Revolvé cada cinco o diez minutos, el jugo y el azúcar de la fruta harán lo suyo. Cuando tenga la consistencia que te gusta (ojo que cuando enfría, endurece, andá probando en un platito) corregile el dulzor con tu endulzante favorito.
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