Día Mundial de la Higiene: qué enfermedades se pueden reducir con el lavado de manos
En un contexto único de pandemia en el que la salud se convierte en prioridad, la prevención y cuidados personales son una base fundamental para poder combatir la enfermedad. Como cada 3 de septiembre, hoy se celebra el Día Mundial de la Higiene.
Esta fecha tiene por objetivo impulsar medidas de cuidado de la salud dentro de la población, tanto en el ámbito sanitario como dentro de los hogares. La buena higiene previene diferentes tipos de enfermedades, por eso es muy importante mantener la limpieza tanto personal, lavándonos las manos, como la de los alimentos y bebidas que consumimos.
Algunas de las enfermedades más frecuentes de una mala higiene derivan en diarrea, influenzas, hepatitis, neumonías, Síndrome Urémico Hemolítico (SUH) e infecciones de la piel.
Según datos de Unicef, lavarse las manos con jabón puede reducir la incidencia de infecciones respiratorias en un 23%, como la neumonía, que es la primera causa de muerte de niños menores de cinco años y que mata cada año a 1,8 millones de chicos. Los gérmenes causantes de estas enfermedades se transmiten por la ingesta de agua, alimentos o debido a un mal lavado de manos.
Debido a la pandemia de coronavirus se recomienda que todos los productos y alimentos que ingresen al hogar sean desinfectados con lavandina diluida en agua, en la cantidad adecuada dependiendo el volumen de productos que se deseen limpiar.
El rociado con una mezcla de alcohol, en un 70%, y agua, en un 30%, también sirve para la correcta higiene de los elementos que hayan estado en el exterior y a los que se precise limpiar de gérmenes.
El lavado de manos frecuente es una de las herramientas más confiables para evitar enfermedades y, en caso de no poder llevarlo a cabo, se puede reemplazar con el uso de alcohol en gel, frotándolo en las manos durante 30 segundos.
Independientemente de las medidas de cuidado impuestas por el coronavirus, existen situaciones cotidianas que requieren del lavado de manos por el contacto con microbios y bacterias. En las siguientes tareas hogareñas se precisa de un lavado de manos riguroso:
- Después de usar el baño.
- Luego de limpiar las heces de un niño o de estar en contacto con cualquier otro excremento.
- Antes, durante y después de preparar la comida.
- Antes de comer.
- Antes y después de atender a alguien que esté enfermo.
- Antes y después de tratar una herida o un corte.
- Después de sonarse la nariz, toser o estornudar.
- Luego de tocar animales, sus alimentos o sus excrementos.
- Después de tocar basura.
- Al regresar de la calle.
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