Sucedió de forma imprevista. De pronto, todo aquello que le había generado muchísima expectativa y se había concretado, en realidad no era lo que había imaginado. Incluso había esperado años para tener una oficina propia y cuando finalmente la obtuvo, se encontró completamente solo entre cuatro paredes. "Creo que una parte de mí se fue decepcionando a medida que iba cumpliendo todos los objetivos corporativos con los que alguna vez había soñado".
Criado en una familia de clase media en un barrio de la provincia de Buenos Aires, Federico Popgold (26) comenzó su carrera laboral en cuanto terminó el colegio secundario. Tenía 18 cuando ingresó al call center de una empresa en que, muy de a poco, empezó a crecer. Después de atender el teléfono, pasó a ser analista de datos. Hasta que un buen día le preguntaron si le interesaba coordinar un equipo. "Mientras tanto iban pasando los años y cuando me quise acordar: ¡tenía 25 y un cargo de gerente! Mis tareas eran definir estrategias comerciales para los servicios de valor agregado. Tenía una oficina, 20 personas a cargo y viajaba por el mundo. Todo lo que había deseado de chico, pero la realidad era que no estaba contento".
Entonces, cansado de la rutina en la oficina y con una necesidad de materializar su costado más creativo, decidió anotarse en un curso corto para aprender a usar una cámara réflex. En forma paralela, abrió una cuenta de Instagram (@fedepopgold), empezó a subir las fotos que le sacaba a sus amigos y, con el tiempo, invirtió en equipos y luces para poder trabajar con modelos profesionales por intercambio. Sin buscarlo ni pensarlo, su contenido diferente le dio la posibilidad de obtener un buen caudal de seguidores y dar a conocer su propuesta, ahora con actores, actrices, youtubers y músicos conocidos (Franco Masini, Grego Rosello, Connie Ansaldi y hasta Cazzu, la cantante de trap más famosa del país fueron algunos de los que posaron para su cámara).
"Toda mi vida me habían dicho que tenía que ser abogado. Me lo repitieron tanto que me convencí de que tenía que ser lo contrario. No conocía el marketing, pero me gustaba mucho el proceso creativo que involucra la publicidad. Y ese es el motivo por el que terminé por anotarme en esa carrera. Siempre tuve una dicotomía entre lo normativo y lo artístico. Números o arte. Ciencia o cámara de fotos. Y en ese momento donde todavía conservaba mi empleo formal pero a la vez sacaba fotos, me sentía contento con ese extraño equilibrio y doble vida: de día camisa y corbata y después de las seis de la tarde, jean roto y buzo hasta la rodilla".
Objetivo YouTube
Fue en ese contexto que uno de los jóvenes que estaba a su cargo en la oficina le hizo una pregunta que lo desconcertó. "Me pasaba que me preguntaban, ¿Cómo te ves en diez años? Y yo siempre respondía en broma: haciendo videos para YouTube. Una vez, un chico de mi equipo me respondió ¿y por qué no lo estás haciendo hoy?. Y ahí me cayó la ficha: tenía un objetivo pero no estaba haciendo nada para acercarme a él".
Había llegado el momento de patear el tablero. Con una carrera corporativa en su máximo pico, se acercó a su jefe y le dijo que quería renunciar para ser youtuber. Y así lo hizo: en dos semanas, se había abierto su canal PopgoldTV, que hoy cuenta con más de seis millones de visualizaciones. Es que, además de su trabajo con las imágenes, Federico había comenzado a explorar la posibilidad de generar impacto desde otro costado y otra plataforma.
Su actividad en Instagram le había permitido tener una interesante audiencia de 10 mil seguidores que esperaba todas las semanas nuevo contenidos sobre temas de actualidad. "Yo venía trabajando con Instagram desde hacía mucho tiempo y en ese entonces ya una mini audiencia construida. Me seguían aproximadamente 10 mil personas. Y un día pensé: si hay 10 mil personas que me están dando pelota... ¿por qué no tratar de hacer contenido que deje una enseñanza?. Instagram es muy de la cola y de los abdominales perfectos. Y había una parte de mí que se moría de ganas de hacer algo diferente y demostrar que también podés triunfar de otra manera. Ojo, no tengo nada en contra de las colas y los abdominales. En ese sentido las redes me parecen muy democráticas y las banco: que cada uno muestre lo que se le cante, siempre y cuando no perjudiques a otro".
YouTube se había convertido en su nuevo objetivo. Venía estudiando la plataforma con mucho detalle y supo encontrar su nicho. "Me parece interesantísima como medio de comunicación. El público que la usa es tan amplio que es como poner en una misma habitación a un pibe de 12, una señora de 40 y a mi abuelo. Y todos tienen la misma voz y voto. Me resultaba un desafío gigante: ¿Cómo hago que mi contenido, que en YouTube es recontra serio, le interese tanto a un adolescente como a un adulto?".
Costado social, el diferencial
Hoy se define como creador de contenido experto en cultura pop, pero sabe que el verdadero diferencial lo hace con su costado social y su formato de entrevistas "Vivir Siendo", que acumula millones de reproducciones entre YouTube, Instagram y TikTok. El segmento consiste en charlas distendidas que buscan llevar a la sociedad información sobre diferentes temas tabúes que no suelen tocarse en redes sociales. Siempre, contadas en primera persona.
Ejemplos como "Vivir con Síndrome de Tourette" o "Vivir Siendo Down", acercan una visión más clara y alejada de prejuicios lo que significa vivir con esos cuadros clínicos. A pesar de no sentirse cómodo con el término activista, Federico es consciente de que "Vivir Siendo" le ha cambiado la vida a varias de las personas que pasaron por el formato. Por ejemplo, Agustina De Masi, que protagonizó "Vivir Siendo Ciega", logró conseguir su primer trabajo a dos días de publicarse la nota. Y Valentina Quiroga, que protagonizó "Vivir Con Tourette", se convirtió en una influencer en Chile. La lista es larga.
La relación con sus seguidores de Instagram y suscriptores de YouTube (que se dividen entre Argentina, España y México en su mayoría), es diaria y cercana. Todos los días, alrededor de las once del mediodía, los saluda con un "Buen Día, Goldies", e inmediatamente los sumerge en algún relato absolutamente aleatorio. A veces cuenta la situación legal de Britney Spears y otras veces narra en qué consistió la Segunda Guerra Mundial. No tiene límites para hablar sobre cualquier tema y, como la vida misma, crea un combo entre entretenimiento, diversión, seriedad y responsabilidad social.
Desde su paso corporativo hasta la actualidad, Federico ha recorrido un largo camino. Se dedicó a la fotografía un tiempo, fue notero en televisión, community manager y asesoró a PyMES en cuestiones de comunicación y redes sociales. "Si bien sabía que era algo que tarde o temprano iba a pasar, no me metí en las redes con el objetivo de ganar dinero. Creo que si hacés lo que hacés solo por dinero y no tenés ninguna otra motivación, como el deseo genuino de hacerlo, eso se nota y termina afectando el producto que generás. A veces, en la vorágine del día a día, te tentás de hacer determinado contenido solo para pegarla. Y en esos momentos trato de frenar y preguntarme: ¿tengo ganas de hacer lo que estoy haciendo o es por obligación?. La verdad que estuve muchos años en un trabajo por obligación y no renuncié para volver a encerrarme en la jaula yo solo".
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