Qué es la resaca emocional y cómo detectarla
Si te sentís mal después de haber experimentado una experiencia intensa, podría ser debido a este estado; identificá las señales y aprendé a superarla
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Te despertás con la sensación de estar agotado, letárgico, con la cabeza confusa, contracturado y con dolor de cabeza, pero anoche no tomaste nada y no pensás que hayas sido atacado por un virus; a su vez, durante el día estás irritable y con ganas de llorar, por lo que te preguntás: ¿qué está sucediendo entonces? Si tuviste una discusión desagradable con un ser querido, si pasaste por una sesión de terapia extenuante, si debiste lidiar con un extraño que se enojó con vos en el colectivo o si pasaste por una ruptura amorosa, es posible que tengas una resaca emocional.
Si bien la resaca emocional no es un término clínico, se puede comprender el concepto de que, a veces, podemos agotarnos emocional y físicamente debido a interacciones, precisamente, cargadas de emociones.
A diferencia de las resacas alcohólicas, las emocionales pueden durar desde unos pocos minutos hasta varios días. Una discusión, un día cargado de trabajo, una carga financiera inesperada, el síndrome post vacaciones o ver una película que nos haya impactado son escenarios posibles y estresantes pueden desencadenar una resaca emocional. “El cuerpo humano no está diseñado para soportar cantidades infinitas de emociones de alta intensidad durante largos períodos de tiempo”, asegura Elise Robinson, en declaraciones al sitio Charlie Health, terapeuta y fundadora de Mindful Care Therapy.
Pero no son solo las experiencias negativas las que tienen el potencial de provocar resacas emocionales. Los momentos positivos y felices pueden tener el mismo efecto. De acuerdo con la psicóloga Tara Quinn-Cirillo, consultada por la revista Women’s Health, “no solo cuenta el contenido, sino también la intensidad y la duración”. “Especialmente en situaciones sociales, es importante tener en cuenta que el tamaño del evento no es lo principal”, agrega, y sigue: “Es el esfuerzo que hacés en involucrarte y procesar la interacción con los demás”.
“Las resacas emocionales no son del todo negativas. También podemos experimentar reacciones muy similares en momentos intensamente positivos de la vida, como bodas, ascensos laborales, conciertos o vacaciones”, expresa Robinson.
Las situaciones estresantes pueden hacer que se active la respuesta de lucha o huida del cuerpo. “En el caso de las resacas emocionales, esta es una respuesta al estrés de manera prolongada”, señala Felicity Baker, psicóloga clínica y cofundadora la empresa de bienestar laboral Ultimate Resilience a Women’s Health.
“Cuando te encuentras inicialmente con una amenaza o un desafío, partes del cerebro, la corteza prefrontal y la amígdala, entran en acción”, explica Baker, y sigue: “Están programados para detectar amenazas y actuar como una alarma de humo, alertándote de la amenaza antes de que nuestro cerebro consciente la detecte. Esto activa el equivalente a “aspersores internos” que bombean adrenalina y cortisol a través del cuerpo”.
Cómo superar la resaca emocional
En este caso, no es cuestión de beber menos alcohol para reducir los síntomas de la resaca, pero sí podemos hacer algo para sobrellevar las emociones. Si bien no existe un método infalible, diferentes alternativas pueden ayudar en mantenerse calmado durante y después de un evento intenso:
- Regulá tu reacción en el momento. En el fragor de la situación, es crucial mantener la calma. Baker recomienda técnicas como la respiración profunda o ejercicios de atención plena para “bajar la actividad del sistema nervioso simpático”.
- Identificá tus desencadenantes. Reconocer qué situaciones te suelen provocar una resaca emocional te permitirá anticiparlas y desarrollar planes para afrontarlas de manera más efectiva. Quinn-Cirillo sugiere, por ejemplo, programar tiempo de descompresión después de eventos particularmente intensos o establecer límites para reducir su impacto.
- Practicá el optimismo. Enfocate en los aspectos positivos de tu vida. “Desviar la atención de los pensamientos negativos puede ser muy beneficioso”, según Baker. Recordá experiencias felices o visualizá momentos agradables para contrarrestar la negatividad.
- Permitite expresarte. No reprimas tus sentimientos. Llorar, aunque parezca contradictorio, puede ser una forma natural de “liberar el estrés” y calmarte, tal como afirma Quinn-Cirillo. Al llorar, “se liberan sustancias químicas que te ayudan a calmarte y reducir la angustia”.
- Practicá el autocuidado. Dedicate tiempo. Tomate un descanso, reprogramá tus planes si es necesario y hacé lo que te haga sentir bien. Una siesta o unas horas de lectura pueden hacer maravillas.
- Intentá moverte. Si bien la idea de hacer ejercicio puede no ser atractiva cuando te sientes mal, tené en cuenta que la actividad física tiene un efecto positivo en el estado de ánimo. Una caminata o una sesión de yoga pueden despejar la mente y mejorar el humor. Buscá un espacio verde al aire libre para potenciar los beneficios.
- Buscá ayuda profesional si la necesitás. Si te estás luchando contra una fatiga emocional intensa y prolongada, especialmente después de un evento traumático, no dudes en buscar ayuda profesional. Un psicólogo te brindará las herramientas y el apoyo necesarios para superar este difícil momento.
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