Es médico en EE.UU. y revela cuáles son las señales corporales que alertan sobre una disfunción de la tiroides
Cuando la glándula está afectada influye directamente en el equilibrio del cuerpo, regulando el metabolismo, los niveles de energía y el bienestar emocional
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La tiroides, una pequeña glándula en forma de mariposa, se encuentra en la parte delantera del cuello, y desempeña un fundamental en el funcionamiento del organismo. Esta glándula produce hormonas responsables de regular el metabolismo, lo que incluye la velocidad a la que el cuerpo convierte los alimentos en energía, además de influir en la frecuencia cardíaca, el nivel de energía y la temperatura corporal.
Aunque es pequeña, la tiroides impacta prácticamente cada célula y órgano del cuerpo, por lo que cuando deja de funcionar, los efectos pueden sentirse en todos los sistemas del organismo. Según Kepal Patel, jefe de la División de Cirugía Endocrina en NYU Langone Health, el reconocimiento temprano de ciertos síntomas es clave para prevenir que una disfunción tiroidea afecte gravemente la salud.
Patel y otros expertos advierten que hasta 12% de los estadounidenses desarrollará una enfermedad de la tiroides en algún momento de su vida, y las mujeres tienen una probabilidad mayor que los hombres de padecer trastornos tiroideos.
Entre los síntomas más comunes de que la tiroides no está funcionando bien se encuentran la fatiga constante, los cambios inexplicables de peso, la irritabilidad, y la sensibilidad extrema a temperaturas frías o cálidas. Estos síntomas pueden variar según el tipo de alteración tiroidea y suelen presentarse de manera gradual, lo que dificulta su detección en las etapas iniciales sin un chequeo médico especializado.
Tipos de disfunciones de la tiroides y sus síntomas
Existen varias disfunciones tiroideas, siendo las más comunes el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. Cada una de estas condiciones presenta síntomas específicos que pueden afectar el organismo de manera distinta.
En el caso del hipotiroidismo, la glándula no produce suficientes hormonas tiroideas, lo que ralentiza el metabolismo. Esto lleva a síntomas como fatiga extrema, aumento de peso inexplicable, piel seca, caída del cabello, y sensación de frío persistente.
La enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune, es una de las principales causas del hipotiroidismo y ocurre cuando el sistema inmunológico ataca la tiroides, provocando inflamación y reduciendo su capacidad para producir hormonas.
Por otro lado, el hipertiroidismo implica una producción excesiva de hormonas tiroideas, acelerando el metabolismo y causando síntomas opuestos al hipotiroidismo. Las personas con esta afección pueden experimentar pérdida de peso rápida, ansiedad, insomnio, temblores y pulso acelerado.
La enfermedad de Graves es una de las principales causas de hipertiroidismo, y se presenta cuando el sistema inmunológico ataca la glándula de manera que provoca una sobreproducción hormonal. Este tipo de disfunción suele provocar un alto nivel de estrés en los órganos principales, como el corazón y el sistema nervioso, debido a la aceleración de las funciones corporales.
Además de estas dos condiciones, los nódulos tiroideos son otro signo de alerta. Se trata de bultos o crecimientos anormales en la glándula tiroides que, en la mayoría de los casos, son benignos, pero en otros, pueden ser indicativos de cáncer o problemas funcionales.
Es importante realizarse chequeos periódicos y estar atentos a cualquier bulto en el cuello que persista por más de dos semanas. Algunos nódulos pueden llegar a producir una cantidad extra de hormonas tiroideas, causando síntomas similares a los del hipertiroidismo, mientras que otros no presentan síntomas y solo son detectados mediante un examen físico o una ecografía de rutina.
Cuáles son las señales que sugieren un chequeo de tiroides
Los síntomas de las enfermedades tiroideas pueden variar en intensidad y en el momento en que se presentan. Se debe consultar a un especialista si se experimentan varios de estos síntomas a la vez o si se presentan cambios drásticos en la salud física o emocional sin causa aparente. La depresión, la ansiedad y los cambios de humor inexplicables pueden estar relacionados con el funcionamiento de la tiroides, en especial si no responden a otros tratamientos convencionales.
Los cambios de peso sin motivo claro son otro síntoma que puede indicar una alteración tiroidea. Esta regula el metabolismo, por lo que un aumento o pérdida de peso inexplicables, incluso cuando se sigue una dieta equilibrada, puede estar vinculado a una disfunción tiroidea. Asimismo, la sensibilidad al frío o al calor es otro signo común de una posible disfunción en la glándula.
Cuándo consultar a un especialista
Aunque algunos síntomas pueden parecer menores, los especialistas indican que es recomendable consultar a un médico si estas señales persisten y afectan la calidad de vida. Un simple análisis de sangre puede revelar niveles anormales de hormonas tiroideas, lo cual permite determinar es la causa subyacente de los síntomas.
Además, el estado emocional es un aspecto que a menudo se pasa por alto en la evaluación de la tiroides. La glándula tiene una relación directa con el sistema nervioso, y su disfunción puede causar cambios en el estado de ánimo, desde la irritabilidad hasta la depresión profunda.
Diagnóstico de problemas de tiroides
Para confirmar la presencia de un trastorno tiroideo, los médicos suelen realizar varios exámenes que incluyen una revisión de antecedentes clínicos, un examen físico, y análisis de sangre que miden los niveles de hormona tiroidea. En casos donde se presentan bultos, se pueden solicitar pruebas adicionales, como una ecografía del cuello, que ofrece una imagen detallada de la glándula tiroides y ayuda a identificar anomalías estructurales.
Si se detecta un nódulo, se puede realizar una biopsia con una aguja fina para extraer una pequeña muestra de tejido y analizarla. Aunque la mayoría de ellos son benignos, este procedimiento permite descartar la posibilidad de cáncer y establecer un plan de tratamiento adecuado.
Tratamiento para enfermedades tiroideas
En el caso del hipotiroidismo, el tratamiento principal es la terapia de reemplazo hormonal, que consiste en administrar una hormona sintética para suplir la falta de producción de la glándula. Este, que suele ser de por vida, ayuda a restablecer los niveles hormonales y a reducir los síntomas.
En el caso del hipertiroidismo, las opciones incluyen medicamentos que bloquean la producción de hormonas, la terapia con yodo radiactivo, y en casos severos, la cirugía para extirpar parcial o totalmente la glándula. Aquellos pacientes que reciben yodo radiactivo o cirugía también necesitan reemplazo hormonal de por vida, ya que la glándula queda inactiva o se retira completamente.
La importancia de la prevención y el chequeo regular
Los expertos recomiendan que cualquier persona con antecedentes familiares de enfermedades tiroideas, o quienes experimenten síntomas inexplicables como fatiga, cambios de peso o cambios emocionales, consideren realizarse un chequeo de tiroides. Mantener una dieta balanceada y rica en yodo es esencial para la salud tiroidea, ya que este mineral es fundamental para la producción de hormonas. Consumir alimentos ricos en yodo, como pescado, productos lácteos y huevos, y evitar el consumo de tabaco y la exposición a sustancias químicas tóxicas puede contribuir a la salud de esta glándula.
La enfermedad de la tiroides puede requerir tratamiento de por vida, pero con un diagnóstico y manejo adecuados, la mayoría de las personas puede llevar una vida saludable y plena.
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